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José Antonio Abreu, sinónimo de humanista

En medio de una larga ovación recibió hoy el maestro José Antonio Abre el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Simón Bolívar. Con una mano en el corazón, el insigne músico agradeció el homenaje de esta casa de estudios. Homenaje que, expresó, es para todos los profesores y músicos que lo han acompañado con ejemplo de vocación y de servicio social en su proyecto dirigido a la juventud.

Para Abreu, más allá de leyendas doradas y negras, el pueblo venezolano ha consolidado un legado. Un cambio que ha contribuido y que es una realidad en nuestro país, señaló, lo constituye el que la educación artística haya dejado de ser monopolio de una élite para ser un derecho social.
De acuerdo con quien fue fundador y director de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil y la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles (Fesnojiv), una red de orquestas que involucra a 250 mil jóvenes músicos y que ha sido modelo para otros países de Latinoamérica y el Caribe, ningún proyecto social seriamente concebido puede negar el carácter social y prioritario que implica el rescate de los jóvenes y niños.

Y en sintonía con el rector Benjamín Scharifker, definió la educación musical como un ejemplo continental, como “un despertar de la juventud hacia aquella sociedad que debe concebirse cual hermosa orquesta”. En ese sentido, expresó, que la orquesta constituye un modelo de vida social que les permite a jóvenes y niños aprender a compartir y a insertarse de manera íntegra en la sociedad, porque no sólo le brinda la oportunidad de hundirse plenamente en la obra, sino también les enseña a desarrollar control intelectual con mesura y equilibrio. Experiencia de la cual, surge además, un sentimiento de integración nacional, de lucha y fe, de dolor y esperanza.

“La pobreza material será vencida por la riqueza que germina con la música”, dijo el ahora Doctor Honoris Causa de la Simón Bolívar, sin dejar de mencionar el reto que tiene la USB en la continuación de esa profunda transformación social de acceso a los menos favorecidos.

Hombre de muchos talentos
Precedieron a las palabras de Abreu, los discursos del Rector y los académicos Pedro Palma y Diana Arismendi, quienes abordaron las distintas facetas del maestro como economista, político, gerente y músico.

Scharifker hizo un recorrido por la historia de la USB y las contribuciones de Abreu y una generación de profesores e intelectuales que le han otorgado el liderazgo a la USB en materia de educación. Habló del concepto de estudios generales desarrollado en los programas de todas las carreras como un puente entre las ciencias, el arte y la cultura. Tres líneas de acción, dijo, se desarrollaron en la institución en sus primeros años de vida ante su intenso compromiso: los cursos de apreciación musical, la creación de la Coral Simón Bolívar y la programación cultural que incluye numerosos conciertos con destacados directores.

Una larga lista de asignaturas se dictó centrada en el tema de la música, desde sus fundamentos y evolución hasta lo que denominan la música urbana. Aunado a esto, citó los convenios firmados entre la universidad y otros entes, que dieron lugar a la creación del Instituto Universitario de Estudios Musicales y de proyectos de investigación, extensión e intercambio académico.

El Rector no dejó de mencionar el nacimiento y desarrollo de diversos grupos musicales, del primer postgrado en música y de un concurso bianual de composición, entre otros hitos que destacan el enfoque integral de la educación en la USB.

El economista Pedro Palma exaltó las habilidades de Abreu como pedagogo y distinguido estudiante de la carrera de Economía en la Ucab, de donde el homenajeado se graduó mención Suma Cun Laude. Sobre su desempeño como diputado, como profesor de economía y planificador, manifestó gran admiración y comentó algunas vivencias que despertaron en el público aplausos y jocosas expresiones, como la vez que tocó el órgano en su boda, invitación que le recordó insistentemente por varios días dados los numerosos compromisos que poseía Abreu y que lo hacían cancelar otros ya adquiridos. Ese día, recordó, el maestro llegó a las 5 de la tarde para no faltar ni llegar tarde, siendo la boda a las 8 de la noche. Desde esa hora, contó que dos bodas que lo antecedieron le comentaron que disfrutaron de un brillante organista desconocido.

Por su parte, Diana Arismendi, jefe del Departamento de Ciencias Sociales y profesora del Postgrado en Música, centró su discurso en el trabajo artístico de Abreu. Su legado como director de orquesta, como hombre de fe, como humanista e infatigable trabajador social. Habló del nuevo paradigma sobre acción social que creó Abreu con su visión de futuro y su propuesta de “aprender tocando”. A nosotros, dijo, nos corresponde seguir construyendo inspirados en el maestro Abreu.

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