La revuelta estudiantil alemana inició el camino hacia una Europa unida

Elsa Pilato / Departamento de Información y Medios.-

La revuelta estudiantil alemana de los años 1967 – 1968 inició el camino hacia una Europa unida, fue la manifestación contundente del descontento por la división alemana y la permanencia de las viejas estructuras heredadas del período del nazismo.

Como si fuera un cuento, el periodista y escritor alemán Ulrich Enzensberger relató cómo se desarrolló el movimiento estudiantil en Berlín, y de esta ciudad a toda Europa y otros lugares del mundo. “Fue un aporte, pequeño, pero lo fue, para disolver la confrontación, la polarización política entre las Alemanias, que no se hablaban ni se relacionaban entre sí, lo que representaba un gran peligro para toda Europa”, expresó quien fue uno de los fundadores de la Kommune I (Comuna I), un grupo conocido por su  gran impacto en las manifestaciones de los estudiantes de finales de los sesenta.

Enzensberger, nacido en 1944 en Wassertrüdingen, criado en la destruida Nuremberg, como muchos jóvenes después de culminar el bachillerato se mudó a Berlín occidental para evadir el servicio militar. Entonces, la policía federal y la estructura gubernamental continuaban conformadas por personas que habían servido al nazismo, además Alemania occidental aún se negaba a reconocer las fronteras polacas. “Eso nos daba vergüenza, muchos nos hicimos objetores de conciencia, no queríamos morir ni para Alemania occidental ni para Alemania oriental. “En la Comuna, de la que todavía hoy se habla en Alemania, rechazábamos toda autoridad, queríamos mostrar nuestro desprecio a las fuerzas políticas gobernantes, a los fascistas, a los comunistas, a la Guerra Fría, a los anticomunistas, a aquellos que defendían que la mitad de Polonia era alemana”, contó el escritor invitado a Caracas por la Embajada de su país para una serie de coloquios, uno de los cuales tuvo lugar en la Universidad Simón Bolívar la semana pasada con la coordinación del postgrado en Ciencia Política.

Berlín occidental era una isla, contó Enzensberger, donde se aglomeraron los objetores de conciencia, muchos provenientes del lado este de la ciudad. Uno de estos últimos, era Rudi Dutschke, quien fue líder de las primeras manifestaciones, entre ellas la “huelga sentada” que reunió a 3.500 estudiantes contra la Universidad Libre de Berlín que no permitía que los comunistas hablaran en la universidad. “Si era una Universidad libre, podía hablar cualquiera, por eso nos rebelamos”.

El descontento de los jóvenes se mostraba de variadas e ingeniosas maneras mientras eran reprimidos duramente por la policía y criminalizados por la prensa berlinesa. “En Navidad, que es la gran fiesta alemana, hicimos un árbol y lo decoramos con bambalinas que tenían la forma de las caras de los políticos occidentales y orientales, y luego lo incendiamos. Hubo 86 detenciones, no sólo de estudiantes. La policía fue dura, golpeaba a la gente por un chiste o una treta humorística”.

El 2 de junio de 1967 los estudiantes dieron la “bienvenida” al Sha de Persia que visitaba Berlín occidental y a quien consideraban un tirano. “Fue una gran manifestación que la policía secreta de Irán reprimió, y un policía alemán mató a uno de los jóvenes, Benno Ohnesorg. El policía fue absuelto”.

Enzensberger señaló que ese asesinato fue el detonante del movimiento de protesta estudiantil alemán y europeo. “Se manifestó la fuerza del movimiento estudiantil que no estaba dispuesto a soportar la división alemana, ni quería asesinos ni tiranos políticos”.

Una de las más famosas fotos de la Comuna 1 de Berlín
Contra el líder estudiantil Dutschke también hubo un atentado, en abril de 1968, al que sobrevivió. “Un neonazi le disparó y ahí sí se formó la gran revuelta, fue reprimida, igual que en Checoslovaquia o en México, y en todas partes del mundo, pero el movimiento alemán había logrado un viraje, un cambio de ambiente en Alemania”, que permitió la llegada de Willy Brandt al poder en 1969. “Con el nuevo jefe de gobierno, se levantó la prohibición sobre el Partido Comunista, se modernizó la democracia alemana, muchos temas fueron actualizados, se acabó la confrontación entre las dos Alemanias, se aceptaron de hecho las fronteras de Polonia y se retomaron las relaciones diplomáticas con los países de Europa oriental. Brandt fue quien sacó las primeras piedras para derribar el Muro de Berlín, no se puede abstraer la revuelta estudiantil de 1968 de la historia de la reunificación alemana”.

Fotos: Alfredo Terán

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