La USB rinde homenaje a su fundador
Elsa Pilato / Departamento de Información y Medios USB.-
Seis profesores universitarios perfilaron al rector fundador y jardinero Ernesto Mayz Vallenilla como el filósofo venezolano más importante del siglo XX, como universitario y político, y como constructor de un sueño: la Universidad Simón Bolívar, institución formadora de personas responsables de la influencia de su conocimiento en la sociedad y defensoras de la libertad.
En las Jornadas Mayz: filósofo, constructor y jardinero, organizadas por la Dirección de Asuntos Públicos, Fernando Rodríguez, exdirector de la Escuela de Filosofía de la UCV, definió a Mayz como “un gran amigo y un gran enemigo, guerrero implacable en las luchas que creía justas”.
Sesenta años de amistad con el rector fundador le permiten a Rodríguez decir que con base en su experiencia como practicante del boxeo, “Ernesto era un gran confrontador, capaz de llevar su energía al límite, pero al mismo tiempo capaz de expresar ternura y gran entrega hacia los otros”, dijo sobre Mayz Vallenilla, quien falleció el pasado 21 de diciembre a los 90 años de edad.
La calidad y cantidad de su obra otorgaron “esplendor y dignidad a la filosofía nacional, fue el filósofo venezolano del siglo XX”, y como político demostró “pasión por Venezuela, no se limitó a estar en un escritorio, salió a la calle y conoció el país”.
Para Gustavo Sarmiento, profesor del Departamento de Filosofía de la USB, Mayz Vallenilla “es uno de los pensadores más destacados de nuestro tiempo, con una obra extensa y abarcadora de diversos temas”.
Sarmiento analizó algunas de las obras fundamentales de Mayz: El Problema de la Nada en Kant (1965), El ocaso de las universidades (1984), El problema de América (1959), Del hombre y su alienación (1966), y Fundamentos de la Metatécnica (1990).
En torno a su pensamiento sobre la educación, Sarmiento indicó que para Mayz la misión más importante de la universidad es “construir conocimiento teórico no disociado de la práctica, forjar una idea del mundo para lograr mejores condiciones de inserción en la sociedad”.
El cronista de la Simón Bolívar, Luis Loreto, recordó a Mayz como profesor en la Facultad de Ingeniería en la UCV. “Cuando terminaba la clase, no lo dejábamos ir, queríamos seguir preguntándole y conversando con él. Luego, de 1968 a 1969, período crítico de la universidad venezolana, Mayz Vallenilla pasó a ser perseguido en esos mismos pasillos donde antes lo rodeaban estudiantes, porque se opuso a la tristemente célebre ‘revolución académica’”.
Como primer rector de la USB, Mayz se propuso “buscar a los mejores profesores y contar con los mejores alumnos”. “Y sí vinieron los mejores estudiantes, muchos de ellos provenientes de la Central, que estaba cerrada, comenzaron sus estudios desde cero en la Simón Bolívar”.
Loreto recordó que para Mayz la “ignorancia es el mayor mal de Venezuela, y por eso siempre creyó en la educación como la mejor inversión”.
Estudios Generales: Rasgo esencial
Joaquín Marta Sosa, profesor jubilado de la USB e Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua, profundizó sobre los estudios generales como rasgo fundamental de la USB y de la idea de universidad que tenía Mayz Vallenilla. “Fue el primer rector universitario con una idea y que había pensado sobre la universidad y sus problemas conceptuales y operativos. Eso le dio ventaja”.
Los estudios generales en los planes de estudio de una universidad tecnocientífica representaron una novedad. “Estos estudios no fueron concebidos como remediales, ni propedéuticos ni reduccionistas. La idea de la educación en estudios generales en la USB es crear condiciones de libertad: el pensamiento libre, formación libre, expresión libre. Los enemigos que los estudios generales deberían contribuir a derrotar son lo impuesto, el dogmatismo, la irresponsabilidad y el peligro del poder”.
En este sentido, el exrector Benjamín Scharifker, Profesor Emérito de la USB, contó su experiencia como estudiante en los primeros años de la Universidad. “Desde el principio los estudiantes estuvimos expuestos al conocimiento, pero no como objeto, sino para interactuar con ese conocimiento y ser actores en su modificación y avances”.
Destacó la organización matricial innovadora de la USB, alejada de las islas epistémicas de la universidad autónoma tradicional venezolana, y el impacto que generó en el resto de universidades. “Los estudiantes de entonces sentíamos que el futuro estaba en nuestras manos, que era brillante y que éramos los llamados a ser líderes de ese futuro”.
Para Scharifker, la estructura robusta de la USB sustentada en el pensamiento de Mayz sobre la Universidad, le permitirá a la Simón Bolívar sortear la actual crisis y cualquier otra que se avecine.
Por su parte, el exrector Freddy Malpica contó acerca de lo cercano que en lo profesional y personal le fue siempre Mayz Vallenilla, y cómo en ocasión de los 25 años de la USB, el rector fundador solo aceptó como homenaje que se le otorgara el título de jardinero. “Vio en la USB la posibilidad de formar los dirigentes que mejorarían y transformarían el país. Para eso había que seleccionar las mejores semillas, los mejores estudiantes. No se trataba de una élite económica ni de clase social, sino de reunir a los mejores talentos para formarlos como dirigentes del país, como agentes de cambio. Hoy debemos ser ayudantes de nuestro jardinero ante los retos y enemigos de la universidad”.
El rector Enrique Planchart abrió las jornadas recordando la dedicación de Mayz a la construcción de la USB, que implicaba incluso un esfuerzo físico pues supervisaba la construcción de los edificios y de los jardines, y resaltó la innovación que en el sector universitario representó la escogencia de estudiantes y profesores por sus méritos. La actividad contó con la moderación de la profesora Colette Capriles.
Para cerrar las jornadas, Malpica donó al Archivo Mayz Vallenilla de la Biblioteca la caricatura original realizada por el artista plástico Pedro León Zapata y publicada en El Nacional en ocasión del 25 Aniversario de la USB y nombramiento de Mayz como jardinero.
Fotos: Estrella Salazar
