Encovi 2017: “La dieta del venezolano es anémica”

UCV, USB y Ucab presentaron resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida 2017

Elsa Pilato / Departamento de Información y MEdios USB.-

El panorama de la alimentación en Venezuela es sombrío y complejo y su población se está alimentando con una “dieta anémica”, en la que predomina el consumo de arroz, maíz, harina de trigo y tubérculos, y escasean las fuentes de hierro y otros micronutrientes por la disminución en la ingesta de carnes, hortalizas, frutas y harina de maíz enriquecida.

Marianella Herrera Cuenca, doctora en Nutrición por la USB e integrante de la junta directiva de la Fundación Bengoa, expuso los resultados en el área de alimentación de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi 2017), presentados hoy por las tres universidades responsables del estudio desde 2014: Católica Andrés Bello, Central de Venezuela y Simón Bolívar. “Los venezolanos están desarrollando estrategias de supervivencia, no para alimentarse adecuadamente, sino para sobrevivir. Cada vez resulta más difícil sustituir alimentos. El panorama de la alimentación en el país es sombrío y complejo, y empeorará mientras no se intervenga con las políticas adecuadas”.

Un cambio significativo con respecto a las Encovi pasadas, es que en 2017 el primer cereal que aparece en la lista de intención de compra del venezolano es el arroz. “Se registró una caída importante en la compra de harina de maíz. Es gravísimo porque las harinas de maíz disponibles en las bolsas Clap son importadas y no contienen los requerimientos de enriquecimiento establecidos para la población venezolana: hierro, dos vitaminas del complejo B y vitamina A”.

Otra caída considerada dramática por la investigadora fue la del consumo de hortalizas y frutas, al mismo tiempo que aumentó el consumo de tubérculos, en especial de yuca. “La Encovi 2016 reveló que la gente compensaba la alimentación con hortalizas y frutas de estación, en 2017 se muestra que ya no lo puede hacer. Si se pudiera examinar a la población, se determinaría una disminución importante en micronutrientes con consecuencias en el estado nutricional de las personas”.

Al igual que en 2016, 90% de las personas encuestadas manifestó que sus ingresos no son suficientes para comprar alimentos, y la inseguridad alimentaria que predomina en 80% de los hogares venezolanos se expresó en que en los últimos tres meses 70,8% no ha podido comprar alimentos por no tener suficiente dinero; 70% no le ha alcanzado el ingreso para comprar comida saludable y balanceada; en 63% de los hogares algún adulto ha recortado o saltado comidas para ahorrar alimentos; 80% ha comido menos por falta de alimentos; 78% ha comido menos por no haber conseguido alimentos; y 61,2% se ha acostado con hambre porque no había dinero para comprar alimentos.

La pérdida de peso que reportó 64% de los encuestados fue en promedio de 11 kilogramos en el último año. “De los hogares con más inseguridad alimentaria, situados en el bloque de pobreza extrema, los que más han perdido peso son los que dicen que se acuestan con hambre, con un promedio de 11 kilos. Pero llama la atención que en la clase que pudiera aparecer con mayor seguridad alimentaria, el promedio de pérdida de peso es de 10 kilos. La situación nos está afectando a todos”.

Como conclusiones, Herrera destacó que la dieta del venezolano continúa perdiendo calidad y cantidad, cada vez es menos variada, sigue disminuyendo el aporte de proteínas de alto valor biológico, y se consumen alimentos desmejorados como las bebidas lácteas de insuficiente aporte de proteínas, ácidos grasos y calcio, y harinas de maíz precocidas no enriquecidas. “En Venezuela éramos muy exigentes con las regulaciones y normas alimentarias, era muy difícil lograr la aprobación de un etiquetado nutricional venezolano, se exigía calidad en los productos. Ahora vemos una desmejoría en la calidad”.

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