Falta de servicios públicos y problemas de infraestructura agravan situación de los hospitales

La USB tiene la capacidad de mejorar las instituciones de salud

Elsa Pilato / Departamento de Información y Medios USB.-

Los estudios realizados en el sistema público de salud por la Universidad Simón Bolívar concluyen que 90% de los hospitales del país presenta problemas en su sistema eléctrico, sin embargo, esta no es hoy la dificultad más urgente que enfrentan estos centros, pues ha quedado desplazada por la falta de suministro de agua y su contaminación, y el deterioro de la infraestructura que ha hecho frecuente la roturas de las tuberías de aguas servidas dentro de las instalaciones hospitalarias.

Rodrigo Mijares, coordinador de la Unidad de Gestión de Tecnologías en Salud (adscrita a la Fundación de Investigación y Desarrollo, Funindes USB), destacó que hace veinte años los problemas de agua “no eran tan acuciantes como lo son en la actualidad”.

Entrevistado por María Yánez en el programa Radar de la Salud de Radio Caracas Radio 750 AM, en su edición del pasado 2 de noviembre, Mijares, con base en la experiencia de más de tres décadas de trabajo de la USB en las instituciones de salud del país, explicó que hace veinte años el suministro de agua potable era intermitente. “Había agua dos o tres días, el hospital tenía su abastecimiento propio con tanques y podía paliar la situación. Hoy observamos que el agua ya no es potable, está contaminada, y esto no se veía, como tampoco las inundaciones de aguas servidas por roturas de tuberías que no son reparadas”.

Para ilustrar cuán fundamental es contar con los servicios básicos en un hospital, Mijares se remontó a 1845 cuando la enfermera Florence Nightingale “aplicó elementos esenciales de un entorno saludable para reducir la mortalidad intrahospitalaria en un 20%. Esos elementos son aire puro, agua potable, eliminación de aguas residuales, higiene y luz”.

Para comenzar a resolver lo básico, que es lo más urgente en los hospitales del país, Mijares recomienda, ante todo, “garantizar el respeto a la Constitución Nacional, es el marco donde debe moverse la sociedad; respetar la descentralización, tal como lo dice la Carta Magna, ahora todo está centralizado, que los hospitales Tipo III y IV se conviertan en servicios autónomos, con liderazgo propio, y se retome la ingeniería clínica para asegurar el mantenimiento”.

Que los hospitales funcionen como servicios autónomos, con médicos, enfermeras y personal encargados de administrar el hospital, haría que hubiera “más esmero en la administración de los recursos, porque son los dolientes del hospital quienes estarían a cargo del mismo”.

Dio el ejemplo del Hospital de Niños J.M. de los Ríos que hace 22 años tenía graves problemas, apenas contaba con 26% de sus equipos operativos, y con la asesoría de la USB, se convirtió en servicio autónomo y se logró en menos de seis meses la recuperación de 64% de la tecnología, entre otros logros. “Hace año y medio evaluamos el hospital y encontramos que está peor que hace 22 años. Hace dos décadas con 992 mil dólares recuperamos la tecnología, hace poco tiempo se invirtió en una sola obra en el hospital, el área de urgencias, 1,2 millones de dólares y no fue recuperada”.

Problemas agravados

La evaluación de 22 hospitales que realizó la UG de Tecnología en Salud en 2001 permite comparar con el presente. Ya en ese entonces 90% de los hospitales tenía su sistema eléctrico comprometido, 72% del sistema de aire acondicionado dañado, y 73% de ascensores con problemas. Todas estas fallas se han agravado con el pasar de los años, con la falta de mantenimiento como factor constante, según las evaluaciones realizadas por la USB. “Observamos caídas de tensión eléctrica que dañan prematuramente los compresores de los aires acondicionados; determinamos que el principal problema de los ascensores es el daño a los sensores de las puertas producto del mal uso; y observamos la merma de potencia y calidad del suministro eléctrico”.

Mijares destacó que el sistema hospitalario es una de las estructuras más complicadas que existen, pues acumula gran cantidad de tecnologías y servicios básicos y su mantenimiento debe ser acorde con esa complejidad. “Cuando comenzamos con estos estudios, observamos que no había lista de equipos dañados ni en reparación, no había manuales de operación y mantenimiento de cada uno de los equipos. Otro aspecto que nos preocupa mucho son los planos de las edificaciones que no están como tampoco están las modificaciones a la infraestructura que se han realizado. Los recursos humanos para mantenimiento son casi inexistentes en los hospitales públicos”.

Rodrigo Mijares, Zaida Sierra y Néstor Utrera, parte del equipo de la UG de Tecnologías en Salud de la USB.

La USB en capacidad de ayudar

Rodrigo Mijares resaltó la experiencia y conocimiento de la USB que puede contribuir a resolver los problemas del sistema de salud nacional. “La USB tiene la capacidad de mejorar las instituciones de salud en poco tiempo, si hay descentralización y se convierten en servicios autónomos”.

Para ello la USB cuenta con el equipo de la UG de Tecnologías en Salud, “integrado por los profesores Néstor Utrera, Sara González, Alexis Maldonado, Luis Azpúrua y Sergio Méndez, el ingeniero Rubén Lugo, la licenciada Zaida Sierra y otros colegas, quienes han realizado más de 80 proyectos a lo largo de 30 años de trabajo en el sector salud”.

Como reflexión, Mijares dijo que “la experiencia política de estos últimos años en Venezuela está marcada por la amplia intervención del gobierno, lo que ha generado un gobierno fiscalmente deficitario, administrativamente incongruente, con un crecimiento desmedido que abarca todas las áreas de la sociedad. Todos los estudios indican que el crecimiento desmedido de un gobierno termina en déficit fiscal y en déficit de consenso político”.

 

Foto: Javier Perozo

 

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