Hospitales caraqueños presentan 25% de infección intrahospitalaria

Funindes USB preside Comisión de Calidad del Ministerio de Comercio

Gabriella Zavatti/ Funindes USB

Calidad y salud en Venezuela no son términos que vayan hoy precisamente de la mano. Un estudio realizado por la Unidad de Gestión de Tecnologías en Salud, adscrito a Funindes USB, determinó que en los hospitales públicos de Caracas, uno de cada cuatro pacientes está infectado, fundamentalmente, por deficiencia del servicio de agua en los centros hospitalarios.

En el día mundial de la Calidad, celebrado la semana pasada, tuvo lugar el evento organizado por dos dependencias del Estado venezolano, Fodenorca y Sencamer, ambas relacionadas con el desarrollo para la normalización, calidad, certificación y metrología, que reunió a empresas públicas y privadas e instituciones universitarias con la intención de crear un sistema de normas que avale la calidad de productos y servicios venezolanos.

En este evento, el profesor Rodrigo Mijares, coordinador de la Unidad de Gestión de Tecnologías en Salud de Funindes USB, realizó una exposición en la que explicó que tres de los factores a los cuales está asociada la calidad en el sistema de salud son los riesgos internos, las estructura de las instalaciones y los procesos médicos, áreas en las que Funindes USB ha realizado investigaciones y asesorías.

Dijo el experto que el riesgo constituye uno de los elementos más importantes que hay que tomar en cuenta en las instituciones de salud, justamente por las infecciones intrahospitalarias, “en la última investigación que realizamos se determinó que 25 por ciento de los pacientes de hospitales públicos caraqueños tenían algún tipo de infección adquirida durante su estancia en el hospital”, porcentaje que contrasta con casos como el de Chile, cuyo sistema hospitalario presenta 3 por ciento. Estimamos que el porcentaje en ciudades del interior del país, como Maracaibo, por ejemplo, debe ser aun mayor que el reportado en Caracas”.

El solo servicio de agua en la instituciones de salud, explica Mijares, influye notablemente en la reducción de infecciones, “una enfermera o un médico debe antes de atender a un paciente lavarse las manos, e igualmente hacerlo antes de salir del área donde se encuentra el paciente, el otro aspecto está relacionado con la esterilización de los utensilios médicos, pero lo más importante es que enfermeras y médicos tengan las manos y vestimentas limpias, son las condiciones mínimas que todos los hospitales deberían tener según la OMS”.

El profesor Mijares agrega que justamente uno de objetivos de la Unidad de Gestión que coordina es el de brindar asistencia técnica y asesoría a las instituciones de salud públicas y privadas, con el fin de aportarles soluciones en materia de infraestructura, instalaciones industriales, equipamiento medico y redes de comunicación, entre otras, para garantizar, desde el punto de vista de la ingeniería, la calidad de la atención médica prestada en cuanto a las tecnologías usadas para el diagnóstico, monitoreo y tratamiento de los pacientes.

Otro de los factores que ha incidido en la pérdida de la calidad en la salud pública nacional ha sido la centralización administrativa, explica el experto. Mencionó el caso de dos instituciones emblemáticas que fueron administrativamente autónomas y a las que Funindes prestó servicios; la primera, el Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo, que “entre los años 1990 y 1999, con una inversión de 800 dólares por derechohabiente, logró tener un índice de calidad de atención médica, ubicado entre 70 y 75%,  mientras que en la misma época, EEUU, con una inversión de entre 6 y 7 mil dólares per cápita en su sistema de salud, reportaba 80 por ciento de calidad, es decir, que el Hospital Militar mostraba un alto índice de eficiencia, en la relación costo beneficio, dado por la acertada planificación”. Más adelante, Funindes realizó una nueva evaluación de este centro que comprendió los años 2000 a 2009, periodo en que se incrementó la cobertura de atención por orden presidencial, pero sin planificación alguna, con lo cual disminuyó la calidad del servicio a 50 por ciento.

El segundo ejemplo es el del Hospital del Niño JM de los Ríos, el más importante pediátrico del país, que manejaba en 1997 un presupuesto de 5 millones y medio de dólares, y que para 2017, en la última evaluación realizada por la Gestión de Tecnologías en Salud de Funindes USB, había mermado a 36 mil dólares, 0.7 por ciento de lo que había sido la inversión estatal 26 años atrás.

El profesor Mijares mencionó también las reuniones que se están realizando entre diferentes sectores del país para reflexionar sobre cómo debe ser el sistema de salud pública nacional. “Existe una tendencia dada por experiencias internacionales exitosas como la francesa, a considerar cuatro elementos claves: que la rectoría del sistema sea asumida por un solo ente y no de forma dispersa como lo está actualmente dividida entre el IVSS, el Ipasme, las Fuerzas Armada, el Ministerio de Salud, Barrio adentro y los CDI, haciéndolo costoso e ineficiente; que los recursos provengan fundamentalmente del sector público, las experiencias más exitosas de los sistemas de salud hablan de una inversión de 70 por ciento pública y 30 por ciento privada, y que esté por encima de 7 por ciento del PIB. Hoy en día, Venezuela invierte menos de 4 por ciento del PIB, del cual 70 por ciento proviene de la salud privada; el tercer aspecto es el de la distribución de los recursos y, el último, se refiere a cómo deben constituirse los establecimientos, apuntando a la necesidad de reducir el número de hospitales generales y crear un sistema de hospitales especializados, por cuanto permitiría definir procesos estándares y evaluarlos, así como crear protocolos e instrumentos para que el conocimiento científico sea aplicado. Al detectar con mayor precisión y facilidad dónde están los puntos débiles de los procesos, se reducen costos y se mejora notablemente el diagnóstico y el tratamiento”.

Funindes preside Comisión de Calidad del Ministerio de Comercio

Finalmente, el profesor Mijares anunció que en estos momentos Funindes, a través de la Unidad de Gestión de Tecnologías en Salud, ejerce la presidencia de la Comisión de Calidad que desarrollará todas las normas en la materia, una iniciativa del Ministerio de Comercio a través de sus dependencias Fodenorca y Sencamer, y que reúne a las empresas más importantes del país.

La política pública en la que está trabajando esta Comisión se denomina Evaluación del desempeño de las organizaciones y sus implicaciones, “que reviste gran importancia por cuanto las instituciones públicas generalmente no son sometidas a evaluaciones, y por ende, se dificulta la medición de los resultados de efectividad y eficiencia en la solución de los problemas de la ciudadanía”.

La comisión atiende a la Ley Orgánica del Sistema venezolano para la calidad, de 2002, “que apenas ahora comenzará a generar políticas públicas en la materia, al normar el concepto de calidad para los servicios y productos venezolanos”.

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