USB celebró sus 52 años de trayectoria académica

Frente al Bolívar Académico, obra del escultor peruano Joaquín Roca Rey, los uesebistas e invitados especiales se congregaron para celebrar los 52 años de inicio de actividades académicas de la Universidad Simón Bolívar.

La conmemoración comenzó con el Himno Nacional de Venezuela interpretado por el Orfeón Universitario Simón Bolívar y la Orquesta Sinfónica Juvenil de Cúa, y el Himno de la USB, Canción del Nuevo Mundo, interpretado por el Orfeón Universitario Simón Bolívar.

El Rector interino, profesor Jorge Stephany, ofreció el discurso recordando al profesor Enrique Planchart, fallecido en ejercicio de sus funciones como Rector durante más de 11 años, y de quien resaltó la dedicación y el legado de trabajo que la USB le reconoce.

Stephany hizo un recuento de la historia de la institución. Rememoró el nacimiento de la Universidad Experimental de Caracas, en un momento crítico por el que atravesaban las universidades venezolanas, “signado por la intervención a la UCV, lo que contribuyó a que la USB tuviera una infancia feliz, con dinero del BID y del gobierno”.

El financiamiento de programas, el desarrollo de proyectos, el equipamiento y la formación de profesores fuera del país tuvieron impacto, así como la apertura, 8 años después, de la Sede del Litoral, para la expansión de sus programas académicos.

Con el financiamiento continuo del Estado, dijo, la USB siguió desarrollándose y sus graduados se destacaron en el país.

El profesor Stephany se enfocó en el presente y el futuro de la Simón Bolívar, y reconoció que la USB no está en un buen momento, pues luego de dos años de emergencia sanitaria y respondiendo a puerta cerrada, cumplió su función, pero los procesos se hicieron complicados.

“La USB supo enfrentar la adversidad manteniendo sus programas a distancia y el avance de los estudiantes, así como los proyectos de investigación y desarrollo”. Luego de dos años, el Consejo Directivo acordó restablecer las actividades presenciales, y, a pesar de la presencia de la variante ómicron, la Universidad ha estado restableciendo sus actividades paulatinamente con sus funciones propias, así como la recuperación progresiva de la infraestructura, indicó.

Aprendiendo de las limitaciones

Al referirse a la situación por la que atraviesa la USB en cuanto a los recursos presupuestarios, Stephany mencionó la continuación de la misión de la universidad con una visión modificada de lo que se puede hacer con los recursos que se tienen y aprendiendo de las limitaciones.

La USB, dijo, ha desarrollado una identidad propia que se ve en el perfil de sus egresados en el impacto en la sociedad venezolana, en los programas de extensión y en muchos otros aspectos. “Esa identidad nos acompaña en esta nueva etapa, cuando debemos retomar las actividades con las limitaciones que imponen las circunstancias”.

Las Tecnologías Digitales Disponibles son la alternativa para su crecimiento, explicó, lo que “debe traducirse en un beneficio para la vida universitaria, pues la Universidad cambió por la emergencia”.

No se invirtió para la sustentabilidad

También resaltó que la falta de recursos afecta de forma profunda el funcionamiento institucional y reconoció que “la USB siempre ha sabido que el presupuesto era una semilla con la cual se tenía que fomentar la sustentabilidad para cuando la riqueza petrolera menguara”.

“En las instancias de discusión fue una constante el tema sobre el peligro de la visión rentista. Fue una premonición el problema que vendría cuando no hubiera recursos.  

El Estado no ha tenido la capacidad de suministrar los recursos para mantener el sistema universitario, ni el de la administración pública como se venía haciendo, y, a pesar de que el problema se identificó hace mucho tiempo, no se tomaron acciones concretas”.

“La Universidad no aprendió a identificar los costos de lo que se necesitaba para el desarrollo, no se hicieron las inversiones para la sustentabilidad, sino para el logro de metas inmediatas. No se crearon las condiciones para que el quehacer universitario diera frutos, con proyectos con la empresa privada para el desarrollo del país y la creación de riqueza”.

“La situación prevista y no atendida hizo que en los últimos años las universidades no mantuvieran el nivel y sus procesos no son sustentables. Debemos ver cuáles son las herramientas que tenemos para consolidar una comunidad universitaria donde el trabajo creador permita continuar la función de formación que hemos hecho en 52 años”.

Mencionó algunas acciones como trabajar por que los egresados se arraiguen y se queden contribuyendo con la generación de riqueza y el progreso y desarrollo del país, que la inversión en formación se transmita al país en forma más rápida y eficiente, “lo que requiere la transformación de ideales, la evaluación de resultados y un proceso de transformación que deje de lado las formas de hacer algunas cosas, por medio del consenso, con el trabajo creador y validado por las diferentes esferas”.

Stephany finalizó su discurso resaltando que “la USB tiene las condiciones para hacerlo con todos los sectores, con los cuales contamos para construir esa transformación y beneficiarnos de los frutos. Creando una universidad sustentable y más cercana a la realidad del país”.

El acto culminó con la intervención de la Orquesta Sinfónica de Cúa, bajo la dirección de Adrián Hernández, con las piezas Serenata Nocturna, de Wolfgang Amadeus Mozart; Te Deum, de Charpentier; Venezuela, de Pablo Herreros y José Luis Armenteros; y Alma Llanera, de Pedro Elías Gutiérrez.

Fotos: Alfredo Terán.

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