Energías alternativas no son tan verdes

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Un estudio expone que un incremento en el uso de energía solar puede elevar los niveles de plomo en el ambiente

Andrea Small Cardona / El Nacional.-

El incidente ocurrido ayer en Francia revive las dudas que rodean la energía nuclear. Sin embargo, no sólo ella está en debate. Algunas otras fuentes alternativas también son cuestionadas en la actualidad por razones de seguridad relacionadas con la disposición de desechos que generan.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Tennessee, en Estados Unidos, revela que un incremento en el uso de la energía solar elevaría la presencia de plomo en el ambiente a niveles peligrosos debido a que este metal es muy común en las baterías que se utilizan para almacenar la energía que resulta de la conversión fotovoltaica.

“En líneas generales, el uso de energía solar es uno de los más seguros, incluso por encima de la energía nuclear”, afirma Raúl González Acuña, ingeniero mecánico e investigador del Instituto de Energía de la Universidad Simón Bolívar. “El problema al que se refiere la investigación está directamente relacionado con la disposición final de las baterías que se utilizan para guardar la energía”, acota.

De acuerdo con González Acuña, la energía proveniente de celdas fotovoltaicas tiene una desventaja: “Solo puede utilizarse de día. Por eso necesitamos instrumentos que nos ayuden a almacenarla para utilizarla también de noche.

Las baterías son el mecanismo para ello”.

Aunque se llevan a cabo investigaciones para desarrollar baterías de gel, las más empleadas en la actualidad son las de plomo-ácido. “Si al terminar su vida útil son desechadas de manera inadecuada, las sustancias en su interior pueden derramarse y filtrarse a través de los suelos, contaminar las fuentes de aguas subterráneas y afectar la salud de las poblaciones vecinas. A mediano y largo plazos, esa exposición a los químicos desencadenaría el riesgo de enfermedades genéticas en las personas que hayan estado cerca de la fuente”.

El estudio estadounidense, reseñado esta semana en el portal científico SciDev.net, expuso que el riesgo de contaminación es especialmente fuerte en Asia, donde países como China e India ya presentan filtraciones de 33% y 22% de plomo, respectivamente, provenientes de las baterías utilizadas para acumulación de energía solar.

Al respecto, Subhes Bhattacharyya, experto en sistemas de energías renovables en países en desarrollo de la Universidad de Dundee, Reino Unido, señaló que “en Europa, el proveedor de las baterías es responsable también de su disposición final, aún cuando han sido utilizadas por otros.

No hay mecanismos para implementar regulaciones similares en India y China, y la pena por incumplimiento de reglas asociadas al asunto es muy débil”.

“El mayor problema reside, sin duda, en las políticas gubernamentales. Los países que utilizan energía solar, en especial aquellos en los que hay planes de hacer crecer la industria, deben asegurarse de tener el marco legal adecuado en lo que a disposición de desechos se refiere. Es la única forma de evitar inconvenientes a largo plazo”, puntualiza González Acuña.

Riesgos nucleares

Cinco meses después del terremoto y tsunami que sacudió a Japón causando grandes daños en la planta nuclear de Fukushima Daiichi, la Organización Internacional de Energía Atómica aseguró ayer que los reactores están “básicamente estables para lograr una parada en frío”.

El debate sobre la seguridad de ese tipo de energía se intensificó con este episodio. Alemania, incluso, decidió cancelar en su totalidad los programas nucleares.

También ayer, Francia reportó una explosión en un horno de tratamiento de desechos nucleares en la ciudad de Marcoule, sur del país. El saldo fue de una persona muerta y 4 heridas.

“En términos operativos se considera que la energía nuclear es más riesgosa que la solar, pero comparten un mismo problema: la ubicación de los desechos derivados de esa operación. Aunque un país se surta en su totalidad de energía solar, si dispone mal de las baterías de almacenamiento es probable que tenga problemas tan graves como los que resultarían de un inconveniente nuclear”, advierte González Acuña.

Aún así, el científico defiende los beneficios de la energía solar. “La fuente, el Sol, es inagotable, no así el uranio que se utiliza para el funcionamiento de plantas y reactores. Es de fácil acceso a todo el mundo.

Hoy es sencillo comprar cosas como cargadores solares de baterías para el celular, e incluso se puede tener en casa una celda que provea parte de la energía que se utiliza a diario.

Aunque es más costosa ahora que otras formas de electricidad irá ganando terreno”.

El Nacional, 13 de septiembre de 2011, Ciencia y Ambiente / 4

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