USB trabaja con la comunidad de Turgua en la prevención de la leishmaniasis cutánea

Los participantes observaron muestras de telas y diseños para mosquiteros.
Los participantes observaron muestras de telas y diseños para mosquiteros.

Elsa Pilato / Departamento de Información y Medios USB.-

La preocupación por la detección de algunos casos de leishmaniasis cutánea entre trabajadores de la USB que habitan en Turgua, llevó a la universidad a diseñar un plan de acompañamiento educativo para ofrecer a esa comunidad del Municipio El Hatillo las herramientas para conocer, divulgar y prevenir la enfermedad.

El viernes pasado se realizó el segundo taller con trabajadores uesebistas y vecinos de Turgua para explicarles en qué consiste la enfermedad, cómo se transmite y qué se puede hacer para evitar contraerla. La profesora Jazzmin Arrivillaga, del Laboratorio de Ecología molecular, insectos vectores y salud ambiental, informó que los talleres corresponden a la primera fase del programa que consiste en establecer los vínculos con representantes de la comunidad, organismos municipales y de investigación. “En la segunda fase, las personas que quieran participar de forma voluntaria recibirán formación para identificar el vector, conocer el comportamiento del insecto, hacer labores de monitoreo y dar alerta a las autoridades sanitarias. El objetivo es que la comunidad cuente con una plataforma de conocimiento sobre la leishmaniasis cutánea”.

La profesora Solange Issa, entomóloga y miembro de la Comisión Turgua, conformada para darle seguimiento al uso de los terrenos de la Universidad en la zona, señaló que el programa fue impulsado por la Coordinación del Rectorado y el Rectorado a raíz de la identificación de algunos casos de leishmaniasis cutánea entre jardineros.

Arrivillaga indicó que se tuvo conocimiento de seis obreros con tratamiento para leishmaniasis cutánea, todos hombres y habitantes del sector San José de Turgua. “Al primer taller asistieron otras personas que manifestaron haber estado en tratamiento y ya estaban clínicamente curados”.

Los asistentes pudieron observar en el microscopio las diferencias entre el flebótomo y el aedes aegypti (zancurdo vector del dengue).
Los asistentes pudieron observar en el microscopio las diferencias entre el flebótomo y el Aedes aegypti (zancudo vector del dengue).

Como parte del programa, el martes 28 de octubre se llevará a cabo, a las 9 de la mañana, en el Paraninfo de la Casa Rectoral, el Simposio sobre leishmaniasis cutánea, que contará con la participación de científicos y autoridades sanitarias.

Zoonosis endémica

La leishmaniasis es una zoonosis (enfermedad o infección que se da en los animales y que es transmisible al hombre en condiciones naturales) endémica en Venezuela. En su variante cutánea, el parásito (leishmania) produce úlceras en la piel que aparecen cerca de donde ha picado el flebótomo, el mosquito conocido también como palomilla, pují, angoleta o plaga del perro.  Murciélagos, roedores, zorros, perezas y perros pueden ser afectados por la enfermedad. “En los bosques la leishmania circula entre los animales, al ocurrir las deforestaciones y el cambio de uso de las tierras, el hombre entra en el ciclo porque los animales huyen y el insecto busca otra fuente de alimento entre los humanos que viven o frecuentan la zona”, explicó Arrivillaga.

El tratamiento de la leishmaniasis cutánea, cuya morbilidad es alta y mortalidad casi nula, consiste en aplicar un tratamiento químico (inyecciones de antimoniales pentavalentes) en el área afectada. “La respuesta al tratamiento dependerá del estado de salud y nutricional de la persona, y provoca efectos secundarios que ameritan reposo”.  Los fármacos son proporcionados en los centros de salud públicos y a través de los Institutos de Medicina Tropical y Biomedicina de la UCV.

La hembra del flebótomo es la que pica y lo hace entre 7 de la noche y 6 de la mañana, nunca de día, por lo que es necesario saber identificar a los insectos. “A veces a la casa sólo llegan machos y hay personas enfermas, entonces se debe identificar el sitio dónde se infectó”. La vecindad con el bosque, o frecuentarlo siempre, supone un riesgo, señaló la experta.

Observaron insectos vectores de enfermedades.
Observaron insectos vectores de enfermedades.

Al tratarse de una endemia, con 63% de la población venezolana expuesta a la infección de acuerdo con un estudio de 2007, el Estado es responsable de la política de salud para el manejo y control de la enfermedad. “Las fumigaciones son muy costosas y las autoridades deben asumirlas, mientras que las comunidades pueden trabajar en tareas de monitoreo y prevención”.

Las fumigaciones domiciliarias, el uso de mosquiteros y repelentes, las ventanas y puertas con mallas son medidas que pueden tomarse para reducir el contacto con el vector, así como el control de los reservorios. En este último caso, se necesita también una política para evitar la infección en los perros callejeros. “En San José de Turgua han comenzado a aparecer casos, por lo que se debe actuar para evitar que se convierta en una zona de alta incidencia tal como ha sucedido en comunidades cercanas como Los Mangos”.

Fotos: Javier Zamora

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