Gerardo Vivas: “En Venezuela hay algo muy parecido al comunismo”

Un análisis realizado por el historiador Gerardo Vivas permite identificar similitudes entre el comunismo, el nazismo y el socialismo. Revelaciones de biografías y documentos antiguamente secretos expuestos por el profesor, también permiten apreciar el trágico impacto de estos regímenes que, en total, han dejado 100 millones 850 mil muertes registradas.

Lisbeth Bernal / Departamento de Información y Medios USB.-

Luego de mostrar fuentes bibliográficas, analizar los regímenes comunistas desarrollados a lo largo de la historia de la humanidad y compararlos con la situación nacional, el historiador Gerardo Vivas no duda de la gran similitud que existe entre el comunismo y el llamado “nuevo socialismo del siglo XXI” instalado en Venezuela. De hecho, aseguró que “cada día es más evidente que en Venezuela tenemos algo muy parecido al comunismo”.

De acuerdo con el profesor jubilado del Departamento de Ciencias Sociales y miembro activo del Instituto de Investigaciones Históricas Bolivarium, el comunismo se trata de una “opción política genocida, esencialmente represiva y antidemocrática”.

En sus conclusiones, expuestas durante una charla organizada por el Decanato de Estudios Generales en el marco del 45 aniversario de la USB, el especialista en la materia concluyó que el marxismo contraría los fundamentos de la democracia al proponer un partido único y reprimir las libertades individuales, políticas y económicas. Sin embargo, acotó que la influencia marxista continúa en la actualidad, en especial en aquellos que se identifican con la izquierda.

No obstante, la historia del siglo XX, señaló Vivas, ha dictado su “sentencia condenatoria” contra el comunismo que no sólo es parecido al “nuevo socialismo del siglo XXI”, sino también al nazismo, su enemigo ideológico.

En el comunismo, al igual que en el nazismo y también en el nuevo socialismo, el historiador asegura que se utiliza la propaganda como el principal instrumento para “lavar la cara de los horrores producidos en el ejercicio del poder”. Pero tal maquinaria propagandista finalmente no puede ocultar lo que el profesor denominó la más cruda de las verdades: el genocidio, pues al caer los regímenes se han revelado importantes acontecimientos y en especial, cifras de las muertes que ocasionaron.

Por ejemplo, mencionó a China Maoísta, responsable de 70 millones de muertes ocurridas entre 1949 y 1976, de las cuales, 36 millones fueron producto de lo que se conoce como “El Gran Salto Adelante”, un invento de Mao para industrializar a China a través de unos hornos caseros hechos por los campesinos, quienes perdieron todos sus instrumentos para cultivar, incluso partes de sus hogares, al fundirlos en dichos hornos, para crear una mezcla de metales inútil que sólo dejó una gran hambruna, comentó el profesor tomando como fuentes las obras más recientes publicadas por protagonistas de esa fatídica experiencia.

Sobre otros hechos que muestran la vida privada de Mao, el profesor utilizó como referencia  al libro escrito por Li Zhisui, el médico de cabecera de Mao.

Una revelación que impactó al público, fue la orden de aniquilar a 6.600 personas, según un documento estadal soviético, firmado por Stalin durante su régimen que duró de 1878 a 1953. “Esa era la cuota que debían morir”, agregó el profesor de acuerdo a estos papeles secretos que ahora se hacen públicos.

Otras estadísticas, reveladas por Stéphane Courtois y Karel Bartösek en su “Libro Negro del Comunismo”, según informó Vivas, indican que en total, sumando los genocidios ocurridos en Corea del Norte, China, Unión Soviética, Camboya, Afganistán, África, Vietnam, Europa Oriental y América Latina, se han contabilizado 100 millones 850 mil muertes por el comunismo. Esta grave realidad, sumada a otros aspectos, también revela en su opinión que los dirigentes de estos regímenes tan parecidos como Hitler, Stalin y Mao, “son comparables”.

La ley es un parapeto

Entre otras conclusiones sobre el comunismo, el historiador mencionó la eliminación de las instituciones existentes. Sin embargo, de esa forma explicó que el comunismo “se declara la guerra a sí mismo, al creer que puede controlar la capacidad de respuesta de la sociedad, que siempre termina revirtiéndolo”.

En el comunismo “ningún valor ni principio es más alto que el de la Revolución, que termina conformando el concepto madre inviolable, del cual se desprenden otros conceptos sucesores aplicados por el líder, quien se ampara precisamente en ese concepto madre de Revolución para justificar sus tropelías”, manifestó Vivas.

Uno de los elementos que mayor énfasis le otorgó el historiador se trató del manejo de la ley, considerada por estos sistemas como un “parapeto” para concentrar el poder en manos del “Estado y su líder indiscutido”. Y sobre el caso venezolano mostró abundante evidencia de ello.

Las violaciones de la Constitución venezolana, aseguró, se pueden detectar en los artículos 3, 4, 26, 102,104, 109, 112, 263, 279, 299, 305, 328, 330 y en muchos otros artículos con sus respectivos numerales.  En ellos se habla sobre la promoción de la prosperidad como fin del Estado, de la descentralización, de la educación como un servicio público que está fundamentada en todas las corrientes de pensamiento, de los requisitos para ser magistrados, de las medidas que debe tomar el Estado para alcanzar niveles de autoabastecimiento y de la Fuerza Armada y su carácter apolítico, entre otros puntos.

Inaugurada exposición

En el Decanato de Estudios Generales, ubicado en el primer piso de EGE, se inauguró la exposición que lleva el mismo título de la charla dictada por Gerardo Vivas, “La Trágica Huella del Comunismo. Un siglo de Terror y Genocidio”.

En la muestra que permanecerá abierta durante este trimestre, los visitantes podrán conocer todos los datos investigados por Vivas, sus análisis y conclusiones sobre el comunismo y sus líderes, además de su parecido con el nazismo y el “nuevo socialismo del siglo XXI”.

Fotos: Javier Zamora