A Héctor Isava Emmanuelli se le debe la idea de crear una nueva universidad para Caracas

Héctor Isava Emmanuelli, fallecido el domingo a los 91 años de edad, tuvo innegables nexos con la Universidad Simón Bolívar, en opinión del cronista de la USB, Luis Loreto, para quien fue el creador de la idea que a la larga cristalizaría en la consolidación de esta casa de estudios.

Isava integró junto con Luis Manuel Peñalver, Luis M. Carbonell, Mercedes Fermín, Miguel Ángel Pérez, la comisión conformada el 15 de mayo de 1967, que realizó “el estudio y el informe sobre la creación de un Centro de Educación Superior en aquellas ramas de la enseñanza que convinieran al desarrollo económico y social del país”; pero antes de formar parte de este grupo de trabajo, Isava tuvo un papel crucial en los orígenes de la USB, pues fue él quien propuso la idea de crear una nueva universidad para Caracas.

El cronista Loreto lo cuenta de esta manera: “Al reiniciarse las actividades en la Universidad Central en enero de 1967, la primera reunión ordinaria del Consejo Universitario que se convocó tuvo como tema central la imposibilidad de que esa institución pudiera atender la creciente demanda de cupos en la Educación Superior en el área metropolitana. Esperando que se completara el quórum reglamentario, el Rector Jesús María Bianco se paseaba impaciente por el recinto. Tratando de aprovechar el tiempo y para librarse un poco de la carga que lo agobiaba, el Rector informó a los presentes, entre los que se encontraban el Decano de la Facultad de Ingeniería Héctor Isava y la Representante del Ministerio de Educación Mercedes Fermín, que se habían preinscrito dos mil bachilleres y que la universidad no tenía ni el espacio suficiente ni contaba con el profesorado necesario para atender a tantos estudiantes. Una vez iniciada la sesión, el debate rápidamente se caldeó. Cuando le tocó el derecho de palabra, el Decano Isava dijo que si esa era la situación, se debería dirigir una comunicación al Ministro de Educación para informarle del problema y sugerirle la creación de otra universidad nacional en el área metropolitana para aliviar a la Universidad Central”.

La discusión se hizo más acalorada con el argumento de que si ya a la Universidad Central se le estaba restringiendo el presupuesto, “al crearse otra universidad sería imposible conseguir los recursos porque la partida resultaría insuficiente por la cantidad que debería dársele a la nueva universidad, la cual de paso no sería autónoma”.

Entonces, la profesora Fermín se ofreció para presentarle la propuesta al presidente de la República Raúl Leoni, quien la aceptó y la presentó como el regalo que le haría a la ciudad capital en los cuatrocientos años de su fundación. “Así la chispa se propagó desde el Presidente de la República Raúl Leoni a través del Ministro de Educación José Manuel Siso Martínez y del Viceministro Humberto Rivas Mijares, quien a la postre firmaría el Decreto de creación como Ministro Encargado”, cuenta Loreto.

La comisión creada en mayo de 1967 para el estudio de la futura universidad estuvo en funcionamiento hasta el 7 de enero de 1969.

Un prócer civil

De acuerdo con una nota publicada en El Nuevo País / Zeta, en los años del estallido de la insurgencia castrista que arrastró a prominentes figuras de la Generación del 58, culminando con la experiencia guerrillera en la cual se consumieron talentos de excepción, el profesor Isava convenció a los estudiantes de Ingeniería de que su actividad política no debía ejercerse en perjuicio de la calidad profesional que requería un país en construcción. “Su exhortación encontró en los estudiantes una acogida que mucho dice en cuanto al potencial humano de Venezuela. De hecho, los ingenieros egresados en esos años fueron protagonistas del crecimiento del país en las décadas siguientes, cuando coronaron las obras de Guri y se amplió una apretada red vial, eléctrica y electrónica, mientras el sector privado definía un perfil contemporáneo en las ciudades”.

Entre sus logros en el campo de la ingeniería, está el desarrollo, en acuerdo con el Ministerio de Sanidad, de la investigación y especialización en Ingeniería Sanitaria, “lo cual fue determinante en la habitabilidad de regiones rurales donde cada tanto brotaban las viejas endemias, como el paludismo, la anquilostomiasis y el chagas. Este saneamiento permitió que para 1998 en Venezuela hubiera más de cinco millones de hectáreas bajo cultivo -hoy tenemos apenas más de un millón- y el país casi o totalmente se auto-abasteciera en rubros como carnes, lácteos y cereales”.

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