Se dejarán de producir 6.225 megavatios en el bajo Caroní si se para El Guri

Eduardo Páez Pumar, ingeniero civil, secretario de la Asociación Integral de Políticas Públicas y miembro de la Comisión de Infraestructura de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat.
Eduardo Páez Pumar, ingeniero civil, secretario de la Asociación Integral de Políticas Públicas y miembro de la Comisión de Infraestructura de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat.

En una charla organizada por el Instituto de Energía de la USB, el experto Eduardo Páez Pumar sostuvo que “si el clima se mantiene y si no se logra levantar la producción de las plantas termoeléctricas, habrá un racionamiento intenso en todo el país”

Elsa Pilato / Departamento de Información y Medios USB.-

Si El Guri llega a la cota de 240 metros sobre el nivel del mar, se dejarán de producir 6.225 megavatios (MW) en el bajo Caroní: 4.225 MW de El Guri y 2.000 MW de Caruachi, Tocoma y las tres Macagua, explicó en la USB Eduardo Páez Pumar, ingeniero civil, secretario de la Asociación Integral de Políticas Públicas y miembro de la Comisión de Infraestructura de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat.

En una charla organizada por el Instituto de Energía (Indene), unidad operativa de la Fundación de Investigación y Desarrollo (Funindes USB), Páez Pumar indicó que al cerrar las compuertas de El Guri, disminuiría el caudal y se verían afectadas aguas abajo Caruachi, Tocoma (aún sin terminar su construcción) y las Macagua, represas que aprovechan el curso del río Caroní. “En teoría, porque no disponemos de información oficial –dijo el experto- se desincorporarían de El Guri 4.225 MW, quizás es menos porque se habla de que la represa está por debajo de su capacidad, más 2.000 MW de las otras represas. Sin embargo, sabemos que Tocoma fue llenada en el proceso de construcción y posiblemente el as bajo la manga sea aliviarla para dar vida a Caruachi y Macagua, por lo que esos 2.000 MW se podrían estirar”.

A esto se suma que los embalses andinos y de los llanos altos occidentales están también en cotas críticas y dejarían de producir 925 MW, para un total de 7.150 MW menos en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN). “Si consideramos que la disponibilidad actual es de 15.900 MW, según estimaciones de José Aguilar, consultor internacional en energía eléctrica, y restamos los 7.150, quedarían disponibles 8.750 MW. Con una demanda de 14.831 MW, según cifras oficiales, que ya es baja, esta cifra representa un déficit de energía de 41 por ciento”.

Para el experto, “manejar este déficit será muy difícil”, pues implicará cortes de energía de doce o más horas en poblaciones rurales y apagones zonificados en las principales ciudades del país. “Si el clima se mantiene y si no se logra levantar la producción de las plantas termoeléctricas, habrá un racionamiento intenso en todo el país”.

Foto publicada el 31 de marzo por el ministro Motta Domínguez en Twitter (@LMOTTAD).
Foto publicada el 31 de marzo por el ministro Motta Domínguez en Twitter (@LMOTTAD).

El más reciente reporte de Corpoelec, indica que la represa tiene 244,89 metros sobre el nivel del mar, a 34 centímetros de la cota mínima histórica de 244,55 metros, registrada el 10 de mayo de 2003, y a 89 centímetros de la llamada cota de colapso.

Páez Pumar explicó que la cota de colapso fue fijada 4 metros por encima de la toma de las ocho turbinas más altas de la represa (ubicada en la cota 240). “Es muy riesgoso operar las turbinas por debajo de las especificaciones del fabricante, porque se podrían generar vórtices y turbulencias, que podrían derivar en un colapso. Lo lógico sería apagar las turbinas por seguridad”.

De acuerdo con Páez Pumar, el fenómeno climático El Niño, no es el culpable de la actual situación, lo que ha sucedido en Venezuela es que se “han sobreexplotado los embalses por mala administración y mal mantenimiento, y hay una alta indisponibilidad de la generación termoeléctrica, que hace que apenas se disponga de 30 – 35 % de la capacidad instalada”, entre otros factores por el déficit de gas para alimentar las plantas.

Indicó que El Niño actual ha tenido una influencia prolongada en el país en los años 2014, 2015 y 2016, es el segundo más fuerte desde 1950, y se estima que durará hasta mayo. “Luego entraría La Niña con fuerza en los últimos tres meses del año”. Consideró que una vez que comience a llover, “la recuperación del caudal del Caroní será rápida”.

Una de las medidas prioritarias, recomendó, para enfrentar la crisis energética es la reparación y recuperación de equipos de las centrales termoeléctricas, resolver el déficit de gas y que el criterio técnico y la planificación priven sobre lo político. “Contamos con profesionales capaces para recuperarnos”.

Otras acciones recomendadas son el cambio al anterior huso horario, concluir Tocoma, y planificar el crecimiento de la población e infraestructura en los próximos 20-25 años. “La proyección era concluir Tocoma en 2012, hoy está casi paralizada su construcción. Si estuviera operativa, la situación actual no sería tan compleja”.

Para el experto, la infraestructura del país debe ir a la par del crecimiento de la población e industria. “Entre 1958 y 1998 se construyeron 83 embalses, y en los últimos 17 años solo se terminó Caruachi (hidroeléctrica) y se amplió El Diluvio (riego, agua potable), pero la población creció en 9 millones de habitantes”.

Caída de la demanda

Páez Pumar destacó que “la destrucción de la industria nacional”, con empresas cerradas u operando al 30-35 por ciento de capacidad, se refleja en cómo ha descendido la demanda del SEN, que el 14 de marzo de este año, según afirmó el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, era de 14.831 MW. “En 2015 la demanda máxima fue de 18.300 MW, la crisis económica ha propiciado una caída brusca de 3.469 MW”.

La recuperación del sector industrial pasará por tener disponibilidad de energía para reactivar las empresas, dijo; en este sentido, señaló que la capacidad instalada total (hidroeléctrica y termoeléctrica), según las estimaciones del Grupo Zuloaga, porque no hay información pública desde 2010, es de 34.475 MW (17.616 MW de generación termoeléctrica y 16.859 de generación hidroeléctrica). Sin embargo, la realidad indica que las plantas tienen indisponibilidad, sobre todo las termoeléctricas, y la disponibilidad de megavatios es de 15.900, según estimaciones del consultor Aguilar, enfatizó Páez Pumar.

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