Fraude o instrumento democratizador
Posiciones antagónicas sobre la reforma constitucional en el foro organizado por la Apusb
Lisbeth Bernal
Departamento de Información y Medios USB
En el foro organizado por la Asociación de Profesores de la USB para promover el debate sobre la propuesta de reforma constitucional, se escucharon argumentaciones a favor y en contra de parte de los ponentes, entre quienes se encontraban, en orden de intervención, los profesores Pablo Sánchez del Departamento de Ciencias Sociales y Rafael Crespo del Departamento de Tecnología de Servicios, Leonardo Caraballo, presidente de Atausibo y Jorge Padrón, representante de los empleados ante el Consejo Directivo.
Los dos primeros opinaron que la reforma es un “fraude”, mientras que los dos últimos aseguraron que la propuesta es sinónimo de “igualdad y justicia”, en la cita celebrada ayer bajo la moderación del presidente de la Apusb, Rafael Álvarez.
Un fraude
Sánchez señaló que la reforma es un fraude porque plantea la modificación de 69 artículos y 15 disposiciones transitorias, lo que altera todo el contenido de la Constitución vigente. “Es un intento de golpe de Estado, no al viejo estilo usando tanques, sino a través de la perversión de mecanismos legales”.
Entre los cambios que Sánchez analizó y que considera negativos para el país, citó la propuesta de crear un Estado socialista, dado que está en contra de la tradición cultural y la idiosincrasia de los venezolanos, cuyas constituciones se han regido tradicionalmente por el Estado Social de Derecho, caracterizado por la construcción de un Estado democrático, republicano y participativo.
“El socialismo y la democracia son incompatibles, hasta hoy no conozco la existencia de una república socialista y democrática”, dijo agregando que el socialismo por su naturaleza resulta excluyente porque no admite a los ciudadanos que no sean socialistas.
Sobre la conformación del bloque geopolítico que enfrentará al imperialismo (Art. 153 de la propuesta), Sánchez acotó que eso es consecuencia de poseer un gobierno de corte militar y le recordó a la audiencia que después de la Guerra de la Independencia, Venezuela se ha caracterizado por ser un país pacifista y no un pueblo guerrero. Por último, comentó que los ideales de Bolívar no tienen nada que ver con esta propuesta, tal como lo afirman quienes defienden la reforma y aplaudió el movimiento estudiantil definiéndolo como la gran esperanza para el pueblo.
Por su parte, el profesor Crespo coincidió con Sánchez en que la propuesta resulta profundamente discriminatoria, “porque los que no somos socialistas quedamos por fuera de la Constitución”. A diferencia del sistema democrático, el cual por su naturaleza no puede ser discriminatorio en cuestión de género, raza, aspectos sociales, económicos, religiosos y de ideologías políticas.
Esto lo evidencia el artículo 70, en donde a su juicio se observa un patrón ideológico al proponer la construcción del mencionado socialismo, en vez de proclamar la construcción de la nación.
Con respecto a la materia económica (Art. 236), criticó la centralización de poderes en manos de una sola persona, el Presidente, y aunque señaló que la propuesta no elimina la propiedad privada, destacó que la misma queda supeditada a cuatro tipo de propiedades, que a su vez, quedan supeditadas a las directrices del Estado.
Un instrumento democratizador
Las dos últimas intervenciones correspondieron a Caraballo y Padrón, quienes defendieron la reforma argumentando que constituye un instrumento para democratizar aún más la Constitución y la sociedad.
Caraballo opinó que el socialismo planteado en la reforma, permite la atención y solución de los problemas del pueblo, pues para él es evidente que el capitalismo fracasó y para muestra citó varias cifras de la onU y la OIT que aseguran la existencia de 980 millones de personas en pobreza crítica y 1.000 millones de trabajadores que devengan un salario de 2 dólares diarios.
A fin de abordar las virtudes de la propuesta, Caraballo resumió los lineamientos básicos que la estructuran. En ese sentido, mencionó las nuevas formas de producción y tipos de propiedades que expresó “cambian el paradigma de la propiedad privada”; la creación de mecanismos para aumentar la participación de los ciudadanos y el traspaso directo de la administración de servicios públicos a comunidades organizadas lo que cree que fortalece el Poder Popular; y la reivindicación social del trabajador gracias a cual, indica, se logrará la reducción de la jornada laboral y se creará un fondo para los trabajadores independientes.
Padrón aprovechó su intervención para ampliar los puntos expuestos por Caraballo y desmentir lo dicho por los profesores Crespo y Sánchez. “Aquí no hay fraude. Leamos el artículo 342, el cual explica todos los lineamientos para realizar una reforma constitucional”.
Para Padrón el socialismo no es nada excluyente, al contrario, es sinónimo de igualdad, equidad y justicia, mientras que el capitalismo “no tiene alma”. Pruebas de esto último se pueden encontrar en la propia historia de Venezuela, dijo, recordando la tragedia del Caracazo y la supuesta intentona en los años 90 de privatizar a la USB, sobre la cual comentó que un grupo de estudiantes se pintó de azul como modo de protesta.
En relación a uno de los artículos que tachó como más polémicos, el 115, explicó que nada de lo que se dice en contra es verdadero. “No es cierto que se le va quitar la propiedad a la gente, ni su herencia, solo se garantizan otro tipo de propiedades”.
Un artículo que en su opinión democratiza la participación es el 109, por cuanto le permite a los trabajadores y estudiantes votar en las elecciones de las autoridades universitarias con igual peso que los profesores.
Finalmente Padrón defendió la nueva geometría del poder que se propone, ya que permite la puesta en marcha de la política del Estado, a través de ciertas figuras que considera, no le restan atribuciones a los alcaldes y gobernadores.
