Educación a distancia se potencia con el uso de nuevas tecnologías

• La facilidad de crear aulas virtuales ofrece una oportunidad para incorporar a la población excluida
• Programas online no prescinden de la interacción con los
  profesores

Emily Avendaño / EL Nacional.-

La educación a distancia borra las barreras de espacio y de tiempo. La autonomía y la independencia de que disfruta el alumno para investigar y buscar nuevos contenidos son la base de ese sistema, en el que el estudiante se convierte en responsable de su propio aprendizaje y cuyo desarrollo va a la par de la evolución tecnológica.

Karen Carrasquel, estudiante de noveno semestre de Computación en la Universidad Central de Venezuela, ha asistido a tres cursos en esa modalidad y opina que son innovadores: “Es una ayuda. Hoy en día, la gente está inmersa en la tecnología y esta es una buena manera de adaptarse a ella; sobre todo, al ser estudiante hay que ir acorde con los nuevos tiempos”.

En el campus virtual de la UCV, por ejemplo, hay alrededor de 800 aulas virtuales con asignaturas de carreras pertenecientes a las 11 facultades de la institución.

De acuerdo con la gerente del Sistema de Educación a Distancia de la UCV, Carmen de Ornés, Educación es la única carrera que puede dictarse en pregrado casi completamente a distancia. “Es así desde hace 30 años y se ha incorporado a la tecnología del momento”.

Predominio de la bimodalidad. En las instituciones de educación superior, las materias dictadas en línea dependen de que haya profesores formados en esa modalidad y de su iniciativa para adaptar los contenidos y desarrollar un programa.

En sus experiencias, Carrasquel ha usado las aulas virtuales como un apoyo a los contenidos que se dictan en el aula.

Las universidades han optado por una estrategia B-Learnig para el pregrado, que mezcla lo virtual y lo presencial e implica un mayor acompañamiento para el estudiante, señala Hugo Quintero, coordinador del Sistema de Educación a Distancia de la Universidad del Zulia.

Agrega que de ese modo la responsabilidad del aprendizaje la comparten los 23.000 usuarios, entre profesores y estudiantes, que tiene el campus virtual de LUZ.

Lybia Pujol, jefa de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Simón Bolívar y miembro de la comisión que adelanta el proyecto de educación a distancia en esa institución, sostiene que se ha demostrado que resultan más exitosos los programas online que tienen un componente presencial, aunque es frecuente encontrar posgrados y diplomados que se dictan totalmente en línea.

Cambio de paradigma. El éxito de la educación a distancia depende de la capacidad de adaptación que tengan docentes y estudiantes. Rita Amelii ofrece Matemática a distancia desde 2005 en la Escuela de Economía de la UCV. “Al venir de la educación presencial, el comienzo de este proceso cuesta.

Es necesario hacer una inducción, tomar el ritmo y adaptarse a la plataforma porque no estamos acostumbrados a la autoconstrucción del conocimiento”, opina.

Desde su posición como estudiante, Carrasquel señala que el principal obstáculo puede ser la velocidad de conexión a Internet: “Si la conexión está lenta puede ser muy pesado hacer tareas en línea”. Agrega que es fundamental que el alumno no pierda el contacto con los profesores.

Pese a las dificultades, la democratización y la inclusión son otros beneficios que se le reconocen a la formación en línea. Arsenio Pérez, director del SED de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, asegura que los cursos a distancia tienen a su favor que permiten cambiar la capacidad física por la virtual. “Se requiere un mínimo de espacio físico para una mayor cantidad de estudiantes, y de ese modo se puede atender hasta 60% de la demanda insatisfecha de cupos”, dijo.

Pujol refiere que la educación a distancia abre posibilidades de aprendizaje a personas que físicamente no están cerca de un centro de educación superior, como la población penal y los que tienen alguna discapacidad; pero advierte que para ello es necesario que exista una política de Estado que facilite los recursos para acceder a esa tecnología.