Enrique Planchart: “Amenaza a la Universidad venezolana es real”

Lisbeth Bernal / Departamento de Información y Medios USB.-

Esta mañana se celebró una reunión, convocada por las autoridades rectorales, con toda la comunidad universitaria: profesores, estudiantes, empleados y obreros, para hablar sobre la situación actual de la Universidad como consecuencia de la crisis que se vive en estos momentos en el país.

En esta cita, colmada de estudiantes, el rector, Enrique Planchart, en nombre del Consejo Directivo y a propósito de estos acontecimientos, “rechazó la violación de la autonomía universitaria ocurrida en estos últimos días en varias casas de estudio de nuestro país”, así como “la violación de los recintos universitarios ocasionando pérdidas en el patrimonio de las universidades”.

Igualmente, aseguró que esta escalada de violencia podría aumentar por lo que es necesario que se establezca un diálogo verdadero, “no una pantomima como la creada por la Asamblea Nacional con la supuesta creación de la Comisión de la Verdad”, cuyo nombre real a su juicio debería ser, “la Comisión de la Anarquía”.

El Rector denunció “la irresponsabilidad del presidente Nicolás Maduro”, al haber llamado públicamente a los colectivos a destruir  barricadas, porque “la violencia trae más violencia”, dijo, recordando los hechos de agresión más recientes ocurridos en 8 universidades del país, así como los numerosos heridos y fallecidos que ha dejado el conflicto iniciado el 12 de febrero, Día de la Juventud.

Esta reunión explicó que se organizó para buscar el diálogo interno dentro de la USB. “Aquí hay profesores y estudiantes con posiciones distintas y tenemos que conversar. Tenemos que escucharnos. Tenemos que estar unidos, porque la amenaza a la Universidad venezolana y en particular, a la Universidad Simón Bolívar, es real”.

La amenaza, señaló, se debe a que las autoridades de la Simón Bolívar no comparten el modelo del Gobierno. Por eso, subrayó, no podemos olvidar nuestro objetivo final: “seguir siendo la universidad de la excelencia”. Sobre el objetivo nacional, recalcó la urgente necesidad de regresar a un régimen democrático, regido por la Constitución.

Luego de las palabras del Rector, intervino el presidente de la Apusb, Rafael Álvarez, quien condenó los actos de violencia a manos de los cuerpos represivos del Gobierno nacional y felicitó a los estudiantes porque “en lugar de estar recibiendo clases, están dando clases de dignidad”.

La postura de la Apsub, casi por unanimidad, informó, es reiniciar desde cero las actividades docentes del trimestre, cuando las condiciones sean favorables. “Tenemos las emociones y el corazón en el país”, expresó, por lo que “considera imposible estar de espaldas a la situación dando clases”. En ese sentido, señaló que los profesores han acompañado a los estudiantes en la defensa del país y del movimiento estudiantil.

Todos tienen un rol distinto en la lucha

Por su parte, Daniel Martínez Yabrudi, presidente de la Fceusb, denunció la desmedida represión de la cual fueron objeto los estudiantes durante la manifestación de ayer, dejando un saldo de tres heridos uesebistas, entre otros jóvenes de distintas universidades.

Martínez aseguró que el Plan Patria Segura no está funcionando. “Hoy todos esos efectivos están dedicados a reprimir estudiantes y aquellos que no lo hagan, los acuartelan”, manifestó.

Para Martínez, “aquí hay un grupo que quiere mantenerse en el poder y nos quiere dividir, por eso no podemos caer en ese juego y aplaudo esta iniciativa de tener un espacio de encuentro para el diálogo”. Esto, propuso, debería repetirse una o dos veces durante cada trimestre.

Martínez también denunció que el Gobierno actual invierte en armamento de guerra y no en las universidades, regalando además petróleo a otras naciones sin tomar en cuenta que lo prioritario son los venezolanos.

Sobre las elecciones de autoridades, dijo: “Nosotros como uesebistas debemos dar el ejemplo y no podemos obviar temas internos como las elecciones rectorales. Nosotros no estamos de acuerdo con el método usado en  las elecciones, pero debemos ponernos de acuerdo en base a un objetivo para no darle más excusas al Gobierno de intervenirnos”.

Con respecto a la situación nacional invitó a todos a mantenerse informados porque todos los días habrá llamados a protestas y “todos somos fundamentales”, enfatizó, pues en su opinión, todos tienen un rol distinto ya que marchar no es la única forma de lucha.

Según Martínez, la responsabilidad de la USB es muy grande, aunque, a su juicio, esa responsabilidad “no es sólo de las autoridades y gremios, sino también de todos los uesebistas. Finalmente, concluyó con el siguiente mensaje: “no vamos a aceptar otra cosa que no sea cambiar esta realidad”.

En esta reunión, también habló la estudiante María Parra, quien leyó un comunicado en nombre de los estudiantes de la Sede del Litoral, en donde se informaba que su lucha ha sido adentro y afuera de la universidad con protestas pacíficas de distintos tipos, “teniendo claro que se necesita sumar y no restar”.

Los estudiantes de la Sede del Litoral, dijo, continúan apoyando a las víctimas de estos sucesos violentos, “han herido a varios de nuestros compañeros”. Además, confirmó que “están de acuerdo con el reinicio del trimestre, sólo cuando la situación del país lo permita”.

La universidad está en el limbo

En opinión del vicerrector Administrativo, William Colmenares, estamos al frente de un conflicto que podría ser de larga duración y “la universidad está en el limbo”. “Estamos claros que el trimestre hay que reiniciarlo y que no estamos actualmente en condiciones de hacerlo, pero, mientras, permanecemos en el limbo”.

En vista de esta situación el Vicerrector sugiere revisar cómo mantener a la universidad abierta porque si se cierra, considera “que se cierra la vida y el futuro de la institución y de quienes dependen de ella”.

Por último, antes de la apertura de las intervenciones del público, tomó la palabra el presidente de Atausibo, Leornardo Caraballo, quien en nombre de la Junta Directiva leyó un comunicado a través del cual reitera su llamado a la paz y a la convivencia pacífica. “No podemos llegar a la Guerra Civil Española como lo mencionó el rector, eso no lo podemos permitir”.

Posteriormente, estudiantes, empleados, profesores y trabajadores, conformaron una larga fila frente al micrófono para intervenir en la reunión, coincidiendo en la unión y la necesidad de continuar la protesta. Incluso se escuchó un invitado externo, líder de la comunidad de Antímano que lamentó que la lucha la tengan que hacer los estudiantes cuando son los pobres los más afectados y quienes deberían estar al frente. No obstante, comentó que pese a que el Gobierno ha jugando con sus necesidades “ya en los barrios se están levantando los ánimos para también exigir un cambio”.

Bombas lacrimógenas vencidas

La profesora del Departamento de Procesos y Sistemas, Mónica Kräuter, experta en temas ambientales., informó en esta reunión que actualmente se está desarrollando una investigación sobre las bombas lacrimógenas y otros elementos usados por la Guardia Nacional en las manifestaciones.

Entre los resultados obtenidos, luego de analizar más de 300 bombas lacrimógenas, se concluyó que se están usando bombas vencidas lo que agrava el efecto de sus gases.  Otras bombas, ni siquiera poseen las etiquetas por lo que se desconocen lo que contienen y su fechas de caducidad.

Aunque este tipo de armamento se clasifica no letal, Krauter aseguró que su uso indiscriminado, tal como se observa en las protestas, finalmente termina por convertirlo en armas letales.

Algunas recomendaciones para quienes se vean expuestos a ellas, consiste en no usar vinagre porque es otro ácido que aumentaría el efecto tóxico; no usar pasta de dientes porque el polvo que sale de las bombas se va adherir a esa pasta prolongando el efecto nocivo; sólo aplicarse bicarbonato de sodio o un antiácido; emplear mascarillas para evitar respirar el gas y no agarrar las bombas con las manos directamente, sino usar guantes ya que ellas salen disparadas con una temperatura de 110º C por lo que podría causar quemaduras de segundo grado. 

Fotos: Javier Zamora