La universidad está necesitada de nuestra asistencia

IMG_2988 [640x480]Lisbeth Bernal / Departamento de Información y Medios USB.-

Los egresados tienen un rol importante sobre la situación que padecen las universidades hoy en día, pues más allá del factor numérico, que de por sí es preponderante, resulta fundamental “el impacto que pueden ejercer en la construcción de la institucionalidad”. Así lo afirmó el profesor y exrector de la USB, Benjamín Scharifker, el pasado viernes al ser distinguido con la Orden Ernesto Mayz Vallenilla, en su primera entrega, la cual también fue recibida por la urbanista Olga Ramos, como reconocimiento a  la excelencia profesional y el aporte destacado a la sociedad de ambos egresados uesebistas a lo largo de su carrera, tanto dentro como fuera del país.

A juicio de Scharifker, actual rector de la Universidad Metropolitana, “la institución está necesitada de nuestra asistencia, tenemos que hacer énfasis en hacer valer a la universidad venezolana, por encima de arbitrariedades. Es momento de fortalecer nuestra universidad, enaltecer sus méritos y resolver problemas, atendiendo las causas no de manera efectista. Es tiempo de contribuir para que la universidad pueda cumplir sus misiones”.

Según su análisis, la USB, al igual que el resto de las universidades venezolanas, sufre momentos muy dramáticos. “Posiblemente nunca antes se había visto a la universidad decayendo a un nivel tan acelerado”, en contraste con lo ocurrido a partir de 1958, cuando las universidades fueron surgiendo como “instituciones líderes”. Incluso hasta el 2000, “convergían en las universidades venezolanas todos los perseguidos políticos de países que no respetaban las ideas y la libre expresión de pensamiento”, comentó, pues en aquel entonces, recuerda que cualquier proyecto de vida podía ser realizado. Hoy, ante el acoso presupuestario, Scharifker se pregunta si están dadas las condiciones para que surjan generaciones como las anteriores.

En su discurso, también hizo un llamado a los egresados a ejercer influencias en el tema de la sostenibilidad de estas instituciones, a fin de promover un cambio en las estructuras de financiamiento, ya que los presupuestos de las universidades que lideran los ranking mundiales, sean privadas o públicas, utilizan la matrícula estudiantil para cubrir hasta un máximo de 30 % de su presupuesto, debido a que el resto, es sostenido por medio de diversas fuentes de financiamiento como proyectos con el Estado y el sector privado e impuestos, entre otras; mientras en Venezuela, casi 100 % del presupuesto de las universidades privadas lo cubre la matrícula estudiantil, y en el caso de las públicas, el Gobierno.

En este primera entrega de la Orden, el destacado químico y también Profesor Emérito de la USB, agradeció la distinción y destacó la clara visión de Ernesto Mayz Vallenilla al crear una estructura y un estilo académico, “posiblemente único en Venezuela y que muchos quisieran seguir”.  

Scharifker contó que Mayz Vallenilla fue controversial en más de una oportunidad, a través de sus clases magistrales y discursos. Mientras estuvo en el rectorado, varios fueron los intentos fallidos para homenajearlo, dijo el exrector.  Sin embargo, “luego de explicarle que tales distinciones además de reconocer sus méritos, buscaban recobrar su  vínculo con la universidad, el profesor Mayz sugirió le entregaran el título de Jardinero”. Algo que comentó Scharifker, sorprendió a todos en su ignorancia, ya que se desconocía el elevado significado histórico que lleva ese título, creado en la antigua Grecia, cuando los jardines se identificaban como el símbolo de la academia.

La clave es la empatía

IMG_3067 [640x480]Durante este acto de reconocimiento, la urbanista Olga Ramos aprovechó la ocasión para expresar su agradecimiento a quienes la postularon y seleccionaron para recibir la Orden que catalogó como “una gran responsabilidad”. Con la Guía de Estudios Libres en la mano, recordó “uno de los mejores programas de la USB”, que, paradójicamente, cuando fue delegada estudiantil, fue eliminado.

Ramos, quien se definió como una persona crítica, mencionó que en esta universidad se pueden aprender muchas cosas y, quizás, esa mezcla de vivencias fue lo que le permitió crecer y entender nuevas realidades. “La universidad es un entramado de relaciones, nosotros existimos porque nos relacionamos con otros y esto lo aprendimos  e incluso, trabajamos en ello”, dijo, comentando a modo de ejemplo cuando los propios estudiantes trabajaron en la transformación de la institución para generar mayores espacios de participación.

Ramos también abordó la realidad nacional. “La Venezuela que hoy tenemos es la resultante de un país donde coexistimos, pero no necesariamente convivimos, podemos ser, a partir de la empatía o a partir de la indiferencia, pero no supimos cultivar la empatía. Hoy en día, esto marca la institucionalidad de nuestro país”, dijo. En ese sentido, planteó trabajar en la construcción de una visión más ecológica que favorezca la convivencia.

La mayoría de los egresados, añadió, trabajamos con excelencia y asumimos la vida con responsabilidad, pero “en la medida en que todos, entendamos que la empatía es el elemento que hace la diferencia, tendremos un mejor país”.

Sólo para embajadores de la calidad y la excelencia

IMG_2918 [640x480]Ramos y Scharifker recibieron en el Paraninfo de la Casa Rectoral esta nuevo reconocimiento por representar “a cabalidad los valores de calidad, excelencia, responsabilidad y creación de futuro”, como egresados de la USB, según lo revela el veredicto del jurado conformado por los egresados Alberto Held, Geraldina Palm, Eduardo Capiello y Mineau Reyes.

El acto constituyó la primera entrega de esta distinción, creada por el Consejo Directivo en su sesión ordinaria del 12 de marzo de 2014, mediante una resolución que establece el 19 de julio de cada año como el Día del Egresado de la USB, “con la idea de reconocer la excelencia profesional y el aporte destacado a la sociedad de los egresados de esta Universidad a lo largo de su carrera, tanto dentro como fuera del país”.

En la cita, el presidente del jurado, Alberto Held, leyó el veredicto, informando que para esta primera edición se recibieron 12 postulaciones. La selección de los candidatos, explicó, se centró, muy especialmente en reconocer a quienes han trabajo intensamente en el país y aún se mantienen trabajando en suelo venezolano.

Entre otras consideraciones, la nueva Orden destaca que el egresado es “evidencia viva y permanente del cumplimiento cabal de uno de los objetivos fundamentales de la universidad, que es la formación integral del individuo; que el desempeño de los egresados de la USB en diferentes áreas, dentro y fuera del país, los convierte en legítimos embajadores de la calidad y la excelencia con la cual la Universidad Simón Bolívar forma a profesionales para el futuro; y que las primeras promociones de egresados en Programas de Estudios de la Universidad Simón Bolívar fueron el resultado de la labor dedicada, meritoria y trascendente de la gestión rectoral del profesor Ernesto Mayz Vallenilla”.

Para esta edición 2014, el premio consistió en un diploma y una escultura elaborada por la artista del vidrio, Mónica Cárdenas.

Medidas insólitas que marcan a la USB

IMG_2928 [640x480]En ese sentido, el rector Enrique Planchart resaltó el papel de los 35 mil egresados de la USB, en la reconocida excelencia de la institución. Gracias a ellos, considera que se ha “cambiado la manera de ser de las universidades venezolanas”.

Según  el rector, Enrique Planchart, “el egresado de la Simón Bolívar, es acogido en todo el mundo como un profesional competente, por ello, ocupa por lo general posiciones de liderazgo y esto también se debe a la labor de nuestro fundador Ernesto Mayz Vallenilla, al implementar dos medidas que en los inicios de la institución, finales de 1960, eran consideras insólitas. Una medida consistió en que los estudiantes ingresaran a la universidad por sus conocimientos, y se mantuvieran estudiando en ella por sus propios méritos. La otra medida planteaba que el personal académico sólo podía ingresar al Escalafón Académico por sus destacadas labores de docencia, investigación y extensión”. Por esta gran visión, que permitió sentar las bases de una “universidad única en el país”, Planchart explicó que se decidió de manera unánime, con el consentimiento de la familia Mayz Vallenilla, denominar a la orden con el nombre del jardinero y fundador de la USB.

Tras la entrega de la nueva Orden, se procedió a la conmemoración de los 40 años de la primera promoción de egresados.

Fotos: Javier Zamora

 

 

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