Estudiantes de la Sede del Litoral protestaron por cierre del comedor

Rina Pérez Barito / Sede del Litoral USB.-

Este martes 22 de septiembre, los diferentes accesos a las aulas de la Sede del Litoral amanecieron cerrados con pupitres, sillas y escritorios, como medida de protesta efectuada por los estudiantes -en su mayoría residenciados-, que exigen la reapertura del comedor, el cual ya cumplió una semana paralizado.

Los uesebistas plantean que existe una gran cantidad de estudiantes residenciados que están “pasando hambre” porque no cuentan con los recursos para comprar almuerzo diariamente y en muchas de las residencias no tienen acceso a la cocina, por lo que deben comer pan durante la mañana y la noche.

Los estudiantes manifiestan que las autoridades del Ministerio de Educación Universitaria “deben solucionar esta situación, pues son ellos los que están en la obligación de cumplir con el pago de las providencias estudiantiles, entre ellas comedor y transporte”.

Kenia Rivas, estudiante de Administración Hotelera cohorte 2014, vive en Charallave y se encuentra residenciada en Naiguatá, destacó que sufre de un problema de salud el cual se ha agudizado con la precaria alimentación que mantiene en estas últimas dos semanas.

“Desde que el comedor inició el recorte de la fruta, el pan y la sopa en el almuerzo, mi condición de salud ha sufrido un desgaste mayor al acostumbrado, he bajado 3 kilos en mi peso que ya era bastante bajo, tengo anemia y ya me he desmayado dentro de la sede. Mi familia no quería que viniera esta semana a la universidad pero hay profesores que si están dando clases y no quiero perder esas materias, es por esa razón que estoy haciendo este sacrificio”, recalcó.

Por su parte, Dayalin Hernández, estudiante de Comercio Exterior, cohorte 2014, señaló que vive en Caribe pero su horario es de 7:00 de la mañana a 4:30 de la tarde, lo que le impide establecer un espacio para salir a comer. Además, recalcó que el costo de la comida fuera de la universidad es elevado y no cuenta con los recursos para costear desayuno, almuerzo y cena diariamente.

Johanna Pirela, estudiante de Comercio Exterior cohorte 2012, está residenciada en Naiguatá y mencionó que prepara a diario un buen desayuno y cena en su residencia para soportar estar en la universidad sin almorzar, pero añade que esta situación ha agudizado sus problemas de gastritis. Johanna, al igual que muchos de sus compañeros, resaltó que aun cuando la mayoría de los profesores no iniciaron sus actividades académicas este trimestre, dos profesores si han ofrecido clases y es por ello que asiste diariamente a la universidad.

Alexandra Jiménez, estudiante de Administración Aduanera, cohorte 2013 y deportista residenciada, recalcó que es muy alto el costo que deben cancelar los estudiantes residenciados para hacer las tres comidas fuera de la universidad. Concretó que la beca no es suficiente para cubrir estos gastos y además pagar el resto de los servicios.

Las actividades en protesta por el cierre del comedor continuarán desarrollándose hasta que las autoridades del Ministerio de Educación Universitaria envíen los recursos correspondientes para honrar este servicio estudiantil.