Aseguran que los gases radiactivos de Japón no llegarán a Venezuela

Hayden Barros, experto en física nuclear, descarta riesgos
La “nube” que alcance las costas americanas del océano Pacífico tendría un insignificante nivel de toxicidad, explicó.
Edgar López / El Nacional.-

–¿Por qué la radiactividad es peligrosa?

–La radiactividad, en sí misma, no es peligrosa. Es un fenómeno natural que se produce en todas partes, incluso en nuestro cuerpo. Lo peligroso son los niveles por encima del fondo de radiactividad ambiental, como los detectados en Fukushima, sin mayor precisión por parte de las autoridades.

–¿Hasta dónde puede extenderse la radiactividad emanada de la central de energía nuclear de Fukushima, en Japón?

–Hay que aclarar lo que ocurrió en Fukushima, pues muchos órganos de prensa han sido alarmistas. Las vasijas que contienen el material radiactivo no sufrieron mayores daños. Hubo fugas de hidrógeno que causaron explosiones químicas y no nucleares. Se han escapado gases radiactivos, pero en cantidades que no son preocupantes. El área evacuada se extendió a 30 kilómetros alrededor de los reactores para evitar la propagación de los gases por efecto de los vientos. Lo que ocurrió en Fukushima fue el colapso de unos reactores de segunda generación que no tenían capacidad para soportar las consecuencias de un terremoto de 8,9 más un tsunami. El Organismo Internacional de Energía Atómica, la máxima autoridad mundial en la materia, ha establecido que el accidente es de magnitud 5. Pudiera pasar a 6 si las barras que recubren el núcleo de los reactores se funden, pero ello no ha ocurrido. En Fukushima y sólo en Fukushima habrá sitios que quedarán sucios y que tendrán que tapar con cemento. Tendremos un terrible cementerio nuclear en Fukushima, pero es probable que nadie muera a causa de la radiactividad.

–Desde Estados Unidos se ha dicho que alguna nube radiactiva procedente de Japón alcanzará el territorio norteamericano. ¿Es factible?

–El material radiactivo va a ser medido. Quizás haya un aprovechamiento de la histeria colectiva ­a propósito de que ha trascendido que las dosis de yodo que se utilizan como tratamiento para evitar daños en el cuerpo humano han elevado su costo de 16 a 300 dólares, e incluso se ha especulado con importaciones de Canadá. El Gobierno estadounidense va a decir que hay niveles inusuales de radiactividad. Pero si es responsable, también va a decir que si es probable que ningún japonés muera, no hay riesgo para los estadounidenses.

–¿La inusual radiactividad pudiera llegar a otras costas americanas del océano Pacífico?

–El material radiactivo en la atmósfera se diluye y su propagación se va debilitando progresivamente. Si algo llega a América será insignificante en términos de efectos negativos sobre el ambiente y los seres humanos.

–¿Las lluvias implican algún riesgo? –No es probable que el viento sople hacia el oeste y que las lluvias perjudiquen a una población. Ni siquiera una lluvia en Tokio pudiera acarrear riesgos, por lo cual no hay nada que temer con las precipitaciones. Por el contrario, las lluvias contribuyen a la dilución del material radiactivo que se haya podido escapar de la central de Fukushima.

–¿Los venezolanos corren algún peligro después del accidente en Fukushima?

–Definitivamente, no. ducación y Sociedad Espectrómetro La USB tiene listo el medidor El profesor de la USB Lázlo Sajó-Bohus llama a la calma: “Un poco de radiación en el cuerpo hace bien, pues estimula procesos bioquímicos que favorecen la salud”. Explicó que es muy baja la concentración de gases radiactivos que emanaron de Fukushima y al cabo de tres semanas va a estar reducida a niveles insignificantes : “Ni siquiera la población de Japón va a estar expuesta”, aseguró. Sajó Bohus recordó que después del accidente nuclear más grave de la historia, el 26 de abril de 1986 en la central ucraniana de Chernóbyl, investigadores de la Universidad Simón Bolívar y del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas examinaron durante mes y medio el agua de lluvia caída en Venezuela. “Con un aparato denominado espectrómetro de radiación gamma de alta resolución, apenas pudimos detectar cesio con una masa atómica de 137, que no representaba peligro alguno para el ambiente y las personas”, indicó. El Grupo de Física Nuclear de la USB tiene el espectrómetro listo para hacer las mediciones necesarias.

La USB tiene listo el medidor

El profesor de la USB Lázlo Sajó-Bohus llama a la calma: “Un poco de radiación en el cuerpo hace bien, pues estimula procesos bioquímicos que favorecen la salud”. Explicó que es muy baja la concentración de gases radiactivos que emanaron de Fukushima y al cabo de tres semanas va a estar reducida a niveles insignificantes : “Ni siquiera la población de Japón va a estar expuesta”, aseguró. Sajó Bohus recordó que después del accidente nuclear más grave de la historia, el 26 de abril de 1986 en la central ucraniana de Chernóbyl, investigadores de la Universidad Simón Bolívar y del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas examinaron durante mes y medio el agua de lluvia caída en Venezuela. “Con un aparato denominado espectrómetro de radiación gamma de alta resolución, apenas pudimos detectar cesio con una masa atómica de 137, que no representaba peligro alguno para el ambiente y las personas”, indicó.

El Grupo de Física Nuclear de la USB tiene el espectrómetro listo para hacer las mediciones necesarias

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