Unidad de Laboratorios tiene insuficiencias presupuestarias por 2 millones 800 mil bolívares

Nathaly Moreno, directora de la Unidad de Laboratorios

La cadena de eventos ocasionados por la falta de presupuesto, está obligando a la universidad a pensar en el cierre de algunas actividades docentes, pues los tentáculos del deterioro se han implantado en todo lo relacionado con el deber ser de la institución. Desde la ausencia de personal por renuncias de profesores y técnicos especializados, hasta la falta de insumos para el desarrollo de prácticas de laboratorios, ponen a la vista la emergencia académica en la que se encuentra la Simón Bolívar, panorama que empeora si se considera la asignación presupuestaria para 2012

Soraya Villarreal / Departamento de Información y Medios USB.-

En los últimos cuatro años, las universidades nacionales han recibido la misma cuota presupuestaria, la cual debe cubrir los aumentos de sueldos del personal, de las providencias estudiantiles, y el cumplimiento de obligaciones con los trabajadores, sin considerar factores como la inflación o la devaluación del bolívar, lo que ha dejado fuera en estos últimos años lo necesario para la inversión académica.

Precisamente, la reducción a 8.5% del presupuesto calculado como necesario en 2011 (Bs. 26.679.619,11) para el desarrollo de las actividades docentes que ejecuta la Unidad de Laboratorios, Ulab, ha desatado una serie de problemas que ponen a profesores y estudiantes en una emergencia inédita y plantean la obligación de disminuir prácticas de laboratorios, como una de las medidas frente a un déficit que alcanza los 70 millones de bolívares solamente para la reposición de equipos.

El deterioro progresivo de las condiciones de más de cien laboratorios agrupados en la Ulab, donde se realizan muchas de las actividades de docencia, investigación y extensión que se desarrollan en la USB y donde se forman estudiantes de pre y postgrado, es cada vez más evidente, explica su directora Nathaly Moreno; pues, de contar con casi 6 millones de bolívares del presupuesto en el año 2008, la cifra disminuyó a 1 millón 200 mil bolívares en 2009. Para el año 2010 contaron con 800 mil bolívares, y en 2011 le fueron asignados 340.084,89 bolívares, para distribuir entre todos los laboratorios de las dos sedes.

Jefes de Laboratorios agrupados en Ulab

Para el próximo año existe la promesa de la ministra de Educación Universitaria, Yadira Córdova, de que la cuota asignada a las casas de estudios será mejorada con los créditos adicionales, pero a lo largo del año las universidades desconocen, cuándo y cuánto les corresponderá y a cuál de los rubros estarán destinados los recursos, lo que pone una camisa de fuerza a la planificación académica.

En la Ulab lo presupuestado para el año 2012 alcanza los 28.887.230,99 bolívares, pero los jefes de los laboratorios no son muy optimistas al saber que el presupuesto solicitado por la USB es de Bs. 1.000.017.310,00, y que la cuota asignada es exactamente igual a la de 2011: Bs. 405.556.134,00, por lo que avizoran un panorama más difícil que el de este año.

Recientemente, la Ulab fue informada acerca de un crédito adicional por 950 mil bolívares que se sumó a una asignación adicional del equipo rectoral, vistas las insuficiencias, lo que permitirá iniciar actividades en varios laboratorios en enero 2012.

 

Desde el A hasta el G las finanzas están en 0

De acuerdo con la información institucional, en la actualidad la Unidad de Laboratorios está conformada por seis Laboratorios distinguidos con las letras “A”, donde están los laboratorios de Ingeniería Aplicada; “B”, que agrupa a los laboratorios de Biología, Química y Polímeros; “C”, donde están los laboratorios de Electrónica; “D” concentra a los laboratorios de Física; “E”, donde pertenecen los laboratorios de Materiales y Procesos de Fabricación; “F” reúne a los laboratorios de Tecnología de la Información y “G” donde están los laboratorios de la sede del Litoral.

Todos estos laboratorios constituyen una unidad académica al servicio de los programas de enseñanza, de investigación y de extensión. Sin embargo, la realidad es diferente, pues las tres funciones esenciales de la Universidad están amenazadas por las condiciones de deterioro que presenta cada uno de los recintos.

Narciso Pérez, jefe del Laboratorio B

Los jefes de varios laboratorios mencionan los casos más emblemáticos que cada día ponen en jaque la enseñanza y el desarrollo de prácticas. Por ejemplo, el Laboratorio B, uno de los que más ha demandado atención en los últimos años debido a la situación (parcialmente superada) de riesgo por la acumulación de desechos tóxicos, presenta ahora una descapitalización general, explica su jefe Narciso Pérez, traducida esencialmente en falta de personal docente y técnico especializado.

En el Laboratorio B la oscuridad no es en sentido figurado; en los laboratorios se requieren unos 700 bombillos para reponer los que han expirado, y en materia de suministros, comparte sus pesadumbres con el Laboratorio E: en ambos faltan insumos para las prácticas con los estudiantes, y, lo asignado para todos los laboratorios de la Ulab para el año 2011 (340.084,89), no alcanza para cubrir el costo por este rubro ni siquiera de un solo laboratorio.

“Funcionamos consumiéndonos el inventario, sin mantenimiento de equipos y minimizando el número de prácticas”, explica Pérez.

Minerva Dorta está a cargo de la jefatura del Laboratorio E, y considera que además de la falta de personal, de los insumos y el mantenimiento de equipos, están las infracciones a las leyes, que en materia de seguridad y prevención deben guardarse en los laboratorios; “si nos plegamos a las normas de seguridad no habría clases en todo el año; incrementamos el riesgo de los usuarios, pues no contamos ni siquiera con los lentes que debemos portar para estar en los laboratorios”.

 Desfasados y víctimas del hampa

Otro factor que está golpeando con fuerza el trabajo en los laboratorios es la cantidad de hurtos. Carolina Chang, jefe del Laboratorio F, cuenta cómo en enero de 2010 fue desmantelada la Sala CAD de Arquitectura, que contaba con 30 computadoras de las cuales 15 fueron desvalijadas, además del robo de dos proyectores, y para esa fecha, ya el seguro para equipos de la universidad había expirado.

Así mismo, en la sala de Química Computacional, ubicada en el edificio QYP, recién acondicionada con 13 computadoras, 11 fueron saqueadas en el año 2009. Igual suerte tuvo la Sala de Postgrado en Electrónica, del Laboratorio C, donde sustrajeron las memorias de 12 computadoras.

En los laboratorios de Física, no se requieren reactivos, pero la tecnología que utilizan para las prácticas docentes tienen un desfase de 30 años, según explica José Gregorio Ruiz, jefe del Laboratorio D.

En estos laboratorios, expone Ruiz, ven clases todos los estudiantes de casi todas las carreras de la USB, se atienden unos mil estudiantes por trimestre y se dividen en tres bloques diarios de actividades que comienzan a las 7:30 y se extienden hasta las 5:00 de la tarde, lo que produce un nivel de desgaste considerable de los equipos de trabajo.

José Restrepo es el jefe del Laboratorio C, y una de las complicaciones está a la vuelta de la esquina, cuando los estudiantes de la primera cohorte iniciada en septiembre pasado en la carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones se tropiecen con la falta de equipos necesarios para su formación, como los analizadores de redes, analizadores de espectros de televisión, o fibra óptica, entre otros, que requieren una inversión por 9 millones de bolívares.

Las condiciones del laboratorio de Tecnología de Información, también es crítica: equipos tienen más de diez años funcionando, ya agotaron su capacidad y la obsolescencia no permite el uso de nuevos software, lo que afecta las clases. Además, existen salones que antes disponían de 20 computadoras, ahora tienen 16, porque no hay recursos para compra de nuevos equipos. En algunos casos, explica Chang, los estudiantes deben traer su laptop, se deben ubicar 2 ó 3 estudiantes por computadora y la Universidad no tiene control sobre los programas que tienen esas máquinas.

En el Litoral la Biblioteca está en las aulas

 En la sede del Litoral, expone Ricardo Bravo, jefe del Laboratorio G, no se logró la reposición de 40% de los equipos que conforman los laboratorios livianos y pesados, y en cuanto a infraestructura, está pendiente la construcción de los laboratorios de mantenimiento mecánico. “No se ha hecho efectiva la recuperación total de la infraestructura después de la tragedia de 1999, y las carreras de Mantenimiento Aeronáutico y Tecnología Mecánica comparten espacios”.

El Restaurante Escuela Camurí Alto, Reca, tiene su laboratorio diseñado en la nueva sede, asegura Bravo, pero la planta física no está terminada. “Si llegara la dotación completa del Reca, no habría dónde ubicar los equipos. Y en cuanto a la Biblioteca, ésta todavía funciona en salones de clases”.

Los profesores coinciden en que en Sartenejas la USB tiene edificios con 30 años de construidos y que las condiciones de tuberías, acometidas eléctricas, y entorno físico en general no son adecuados. Han considerado la idea de cerrar algunos laboratorios, pero hay compromisos y por el empeño de técnicos y profesores han resuelto salir adelante a pesar de la grave situación, aunque se ha optado por realizar menos prácticas con menos estudiantes.

La Ulab concuerda en que trabajando de esa manera se afecta la calidad de la educación y de los servicios que ofrece, sea docencia, investigación o extensión, sin embargo, la situación más dramática la viven los estudiantes de pregrado.

Fotos: Alfredo Terán

 

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