Proponen dar más relevancia a investigación en la universidad

Sugieren que desde los primeros años de estudio se incentive la experimentación

Expertos reclaman que el nuevo instrumento legal garantice el presupuesto para proyectos científicos

Araina Guevara Gómez / El Nacional

La academia universitaria se asienta en una tríada: docencia, extensión e investigación.

Esas áreas son trascendentales para que las instituciones produzcan conocimientos y formen ciudadanos.

El pilar de la investigación es otro asunto pendiente en el debate sobre una nueva ley de universidades. Alejandro Gutiérrez, coordinador del Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico, Tecnológico y Artístico de la Universidad de los Andes, tiene una certeza: hay que reformar lo que está en la Ley de Universidades de 1970 sobre investigación. En el instrumento legal vigente se establece el desarrollo de esa actividad como una de las funciones de las instituciones de educación superior. Se regula el funcionamiento de institutos dedicados a esos fines y de los consejos de desarrollo científico y humanístico.

Gutiérrez considera que hay que darle mayor rango a la investigación. Eso se explica, a su juicio, porque la actividad se ha desarrollado considerablemente en las últimas cuatro décadas, sobre todo en las universidades autónomas.

Félix J. Tapia, coordinador del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela, hace algunas consideraciones concretas. Para él, uno de los cambios que se puede introducir tiene que ver con la formación de los estudiantes: que desde el primer día se vinculen con la investigación, por ejemplo, a través de las bibliotecas virtuales o físicas. “El método científico puede ayudar a formar ciudadanos”, asegura.

También se puede llevar la ciencia a las aulas. Que se hagan más experimentos y menos clases teóricas, por ejemplo. Tapia piensa que se puede revisar el sistema de homologación, para que se promueva la movilidad del conocimiento entre las universidades.

Para Gutiérrez, también deben renovarse los posgrados, que son niveles de educación muy vinculados a la actividad investigativa. “En la ley vigente no está muy claro ese punto, porque en esa época los posgrados no estaban tan desarrollados”, explica.

Trabajo en red

No se pueden obviar los avances. Por ejemplo, dice Gutiérrez, ahora los investigadores trabajan en red, que conectan a personas de sitios distantes. “La geografía ya no es un problema. La investigación es una actividad altamente globalizada”, asegura.

Tapia tiene una opinión parecida a la de Gutiérrez. Para él, la institucionalidad es importante en el desarrollo de la investigación, pero también se puede hablar de institutos virtuales que permitan la creación de alianzas estratégicas.

El coordinador del CDCH de la UCV cree en la importancia de los observatorios, formados por investigadores, la comunidad, las empresas y otros actores. “En Europa, los observatorios de estadísticas, por ejemplo, están regulados por ley. Aquí eso puede estar estipulado claramente en la ley e, incluso, en la Constitución”.

Presupuesto y libertad

Elia García, decana de Investigación y Desarrollo de la Universidad Simón Bolívar, apunta a un tema práctico: el dinero.

Ella subraya que una nueva ley de universidades debe garantizar la asignación de presupuesto para desarrollar actividades científicas: “Se deben dar recursos para la generación de conocimientos y el desarrollo tecnológico”.

Marisol Aguilera, presidenta de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia, comparte la opinión de García. “Yo creo que el tema del presupuesto debe estar en la ley. Así como se debe garantizar el acceso a la educación, también es una obligación responder por el desarrollo de la investigación”, dice.

Aguilera hace otra precisión: la investigación debe caracterizarse por la libertad, sin olvidar, por supuesto, el servicio a la sociedad. Explica que las universidades se han dedicado al desarrollo de proyectos para solucionar problemas de las comunidades y también a otros trabajos menos aplicables en lo inmediato, pero que en el futuro tendrán una razón de ser. Eso, dice, debe mantenerse. “No hay que ponerle un corset a la investigación”.

Gutiérrez cree en la investigación libre. Eso de agregarle a esta actividad el apellido de útil o pertinente, no es algo correcto. “Si es una buena investigación, es útil”, asegura.

Agrega que los investigadores generan conocimientos y forman profesionales. También pueden ofrecer propuestas para el desarrollo del país.

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