“La mejor celebración es la que se recuerda”

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La charla se llevó a cabo en el Conjunto de Auditorios

Stella Torcat / Departamento de Información y Medios USB.-

El conversatorio Hablemos de Consumo Responsable: La mejor celebración es la que se recuerda, se llevó a cabo el pasado martes en Conjunto de Auditorios, con la finalidad de educar a los miembros de la comunidad uesebista sobre la ingesta moderada de bebidas alcohólicas.

La charla fue facilitada por la psicóloga María Fernanda Nunes, representante de la empresa Consultora BrújulaRSE, como parte del programa de responsabilidad social empresarial, organizada por el Decanato de Extensión, la Dirección de Gestión del Capital Humano y la Dirección de Desarrollo Estudiantil.

Nunes explicó que, el alcohol, al ingresar al organismo, se absorbe por el intestino delgado, y desde allí se envía por el torrente sanguíneo al hígado, órgano encargado de descomponer hasta el 90% del alcohol, mientras que el 10% restante se libera a través de la orina, lágrimas, leche materna y sudor, por lo que destacó la importancia de evitar que embarazadas, menores de edad y personas con problemas de salud física y mental y bajo tratamiento médico, consuman bebidas alcohólicas.

La especialista enumeró cuatro sugerencias necesarias al momento de consumir licor. En primer lugar, señaló que las personas deberán conocer cuáles bebidas están acostumbradas a ingerir, y sus límites antes de que comiencen a surtir efectos en el organismo, tomando en cuenta que el hígado procesa 10 gramos de alcohol por hora.

Igualmente, recomendó tomar agua y consumir alimentos (carbohidratos, grasas y azúcares) entre cada trago, y emplearlos como “separadores” para prolongar la absorción de alcohol en el cuerpo, ya que la válvula pilórica, ubicada en la parte inferior del estómago, se cerrará y mantendrá la comida en el estómago para la digestión y retrasará la llegada del alcohol al intestino delgado. Sin embargo, resaltó que el consumo de alcohol, acompañado de bebidas gaseosas (refrescos y soda), debe ser despacio ya que el aire provoca que la válvula se abra nuevamente y permita el paso del alcohol.

Nunes comentó que los tragos dulces “enmascaran el sabor y olor del licor”, lo cual genera que las personas aceleren el ritmo y la medida de su consumo; mientras que al combinarlos con bebidas estimulantes, el daño podría ser mayor y causar un coma etílico.

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La psicóloga María Fernanda Nunes durante el conversatorio.

La psicóloga agregó que las mujeres son más propensas a sufrir primero los efectos del alcohol que los hombres, entre otras variables, por la cantidad de grasa corporal. “Los hombres tiene más fibra y más agua y eso hace que se disuelva más rápido el licor, mientras que la mujer produce menos alcohol deshidrogenasa (ADH), que es la enzima responsable de descomponer el licor”, refirió.

Por último, Nunes recomendó no manejar luego de ingerir alcohol, debido a que el consumo excesivo puede ocasionar retardo de los reflejos, cambio en la visión, trastornos del sueño, dolor de cabeza, náuseas, cambios de humor, modificación de los procesos de pensamiento y el juicio, disminución de la capacidad de estar alerta y pérdida de la memoria, enfatizando en la idea que “la mejor celebración es la que se recuerda”. Además comentó que a largo plazo, el alcohol causa desnutrición, debilidad de la musculatura cardiaca y, por consiguiente, disminución de la capacidad para bombear sangre.

Fotos: Javier Zamora

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