USB 48 años al servicio de la juventud y del país

Soraya Villarreal / Departamento de Información y Medios USB.-

La Universidad Simón Bolívar arribó a sus 48 años de inicio de actividades académicas “con la mejor carta de presentación: sus egresados y la calidad y excelencia de su trayectoria puesta al servicio de la juventud y del país”.

Así lo refirió el rector Enrique Planchart en el izamiento de banderas realizado en la Laguna de los Gansos, acto que marcó el inicio de la celebración y donde se dieron cita las autoridades universitarias apoyadas por un nutrido grupo de la comunidad uesebista: profesores, estudiantes, empleados administrativos, obreros y representantes de las fundaciones.

En su discurso, el Rector destacó la trascendencia de la USB, cuya historia gloriosa ha estado marcada por la calidad de su trabajo, dijo. “Tenemos una institución con gran producción científica y tecnológica puesta a disposición de la sociedad venezolana a través de sus fundaciones: Funindes, Parque Tecnológico Sartenejas y Fundación Artevisión, las cuales han sido vínculo y apoyo para las principales empresas del país, como Pdvsa, Corpoelec y Empresas Polar, entre otras”.

Planchart también destacó el trabajo que desarrolla el personal académico, administrativo y obrero, y la dedicación de sus estudiantes, quienes siempre aspiran lo mejor, y que en conjunto hacen de la USB una institución honesta y transparente en todos sus procesos.

Reseñando parte de la historia de la USB, el Rector recordó que los primeros edificios que conformaron la planta física en Sartenejas fueron construidos con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, por 19 millones de dólares, y que 48 años después ese préstamo ha dado rendimiento al país, gracias a que han sido bien empleados y administrados.

“Nunca habíamos tenido un aniversario tan nublado”, dijo el Rector acerca del mal tiempo que acompañó a ese primer acto y usó la metáfora para hacer referencia a los tiempos difíciles por los que atraviesa la Universidad; a pesar de las circunstancias, “al mal tiempo, buena cara. Vamos a seguir adelante con los objetivos claros en beneficio del país”.

Previo a las palabras del Rector, el Orfeón Universidad Simón Bolívar interpretó el Himno Nacional y la Canción del Nuevo Mundo, mientras las autoridades izaron la bandera nacional y la bandera de la USB.

Concluida esta parte de la celebración, los jóvenes de la Banda Marcial del Colegio San Ignacio de Loyola interpretaron varias piezas mientras el grupo se movilizó, por la Calle Inglesa, hasta el Bolívar Académico donde continuaron los actos.

USB excelencia, integridad y pasión

Una vez frente al Bolívar Académico, la comunidad se congregó para hacer las ofrendas arbóreas de manos de representantes de los diferentes gremios, fundaciones y direcciones que funcionan en esta casa de estudios: Funindes, PTS, Artevisión, Asociación de Amigos, Asociación de Egresados, Sutes, Atausibo, Federación de Centros de Estudiantes, entre otros.

Posteriormente, tomó la palabra Javier Silva, presidente de la FCEUSB, quien se refirió a su visión de la USB desde dos perspectivas: como un reto, pues actualmente “nos encontramos en uno de los pocos espacios libres que quedan en Venezuela, en donde las amenazas, incluso desde adentro, asechan cualquier oportunidad para destruir en poco tiempo lo que se ha forjado durante 48 años; y la Universidad del privilegio, donde prefiero estar para seguir siendo parte del legado de esas casi cinco décadas y que se ha extendido más allá de sus fronteras”.

El estudiante reiteró que como miembros todos de la universidad del futuro “no nos dejemos intimidar por las amenazas de un gobierno, ni por la ineficiencia de los ministerios o por la indiferencia legal, el terror armado, los ilógicos obstáculos y sobre todo, por nuestros angustiados sentimientos, más bien busquemos la excelencia para adaptarnos a los cambios repentinos”.

La Banda Marcial del Colegio San Ignacio de Loyola interpretó una pieza con la que se dio fin a este segundo acto de celebración.

Fotografías: Estrella Salazar y Alfredo Terán