Consejo Directivo de la USB exige asignación presupuestaria y ajuste salarial adecuados

El Consejo Directivo de la Universidad Simón Bolívar se pronunció sobre la “grave crisis” que atraviesan las universidades nacionales, y exigió al Ejecutivo Nacional “la asignación de los recursos presupuestarios adecuados -incluyendo lo correspondiente a los ajustes salariales de los años 2009 y 2010- para asegurar en el tiempo el valor que la Universidad venezolana ha de representar en la formación de capital humano y la generación de  conocimiento que conlleven a la resolución de los problemas y al desarrollo del país”.

El Consejo Directivo acordó en sesión extraordinaria, celebrada el pasado 27 de mayo, emitir un pronunciamiento público sobre los problemas que están afectando a la Universidad, que se resumen en “la insuficiente asignación de los recursos presupuestarios requeridos para financiar su misión fundamental: docencia, investigación y desarrollo y extensión, actividades éstas que la USB ha venido realizando con altos estándares de calidad durante más de 40 años”.

El pronunciamiento destaca  que las universidades públicas venezolanas “experimentan dificultades que comprometen seriamente su funcionamiento, mientras que las instituciones de educación superior de países vecinos, en consenso con instancias gubernamentales, experimentan un crecimiento académico importante, aumentando de manera alarmante la brecha existente cuyas consecuencias negativas serán observadas más claramente en los próximos años”.

Dice el comunicado, que en el año 2010, la asignación de la cuota presupuestaria para 2011, por parte del Ejecutivo Nacional, alcanzó niveles tan bajos que imposibilitó que el Consejo Directivo aprobara un proyecto de presupuesto equilibrado.

La continua carencia de asignación de presupuestos adecuados, indica el Consejo Directivo, es responsable de una serie de problemas que afectan las labores de docencia, investigación y desarrollo y extensión, tales como:  falta de mantenimiento y renovación de equipos de laboratorios y de insumos; imposibilidad de realizar salidas de campo para la formación de estudiantes; insuficiencias superiores al 70 por ciento para atender los programas de proyección social, así como Servicio Comunitario e Igualdad de Oportunidades; escaso mantenimiento de la infraestructura; deterioro de las condiciones laborales, aunado al retiro de profesores (20  por ciento de la planta profesoral ha egresado por renuncia en los últimos cinco años) y de personal especializado, así como la poca capacidad para cubrir los cargos vacantes con profesionales de altas credenciales que aseguren la consecución y formación de la generación de relevo.

Asimismo, señala que el aumento salarial lineal de 40 por ciento decretado en abril por el Presidente de la República para el sector universitario, “se hizo sobre la base

de remuneraciones que no eran ajustadas desde del año 2008, y que, por lo tanto,  muy poca justicia le hacen al esfuerzo que realiza el personal día a día y a los elevados índices de inflación que han caracterizado la economía venezolana en los últimos años”.

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