|

Recursos humanos de diez países se capacitan en genética al servicio de la conservación

El III Taller de Genética de la Conservación: La Genética al Servicio de la Conservación, se desarrollará en la USB hasta el 31 de enero

Elsa Pilato
Departamento de Información y Medios USB

Dieciocho personas de diez países latinoamericanos se están capacitando en el área de genética de la conservación, a través de un taller que se está realizando en la Universidad Simón Bolívar como parte de las actividades que promueve la Red de Genética de la Conservación (ReGeneC) en su objetivo de integrar y formar recursos humanos para facilitar la conservación y el uso adecuado de la riqueza biológica de la región.

En el III Taller de Genética de la Conservación: La Genética al Servicio de la Conservación, que comenzó el 20 y concluirá el 31 de enero, participan estudiantes de pre y postgrado y profesionales de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guatemala, México, Perú, Uruguay y Venezuela.

“La filosofía del curso es promover el uso de la genética como una ciencia al servicio de la conservación de todas las especies de organismos vivos”, destacó Angela Martino, profesora de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda y miembro del comité organizador del taller.De acuerdo con el sitio de ReGeneC, la genética de la conservación “es una ciencia multidisciplinaria, que requiere la participación de genetistas de poblaciones, en conjunto con profesionales provenientes de diferentes áreas de la biología, así como con planificadores, administradores de recursos y juristas, en el diseño de programas de manejo adecuados para mantener la diversidad biológica”. Entre sus objetivos se encuentra la conservación de la diversidad genética para mantener los procesos evolutivos de las diferentes especies.

Conocer para conservar
Según ReGeneC, entre los supuestos de la genética de la conservación “se encuentra que el conocimiento de las poblaciones desde el punto de vista genético, de su variabilidad y de los procesos que la regulan, es vital para el establecimiento de planes y programas que minimicen el deterioro genético de las poblaciones, con objeto de reducir su riesgo de extinción”.

Para conocer la composición genética de una especie, explicó Martino, se emplean diversas técnicas de laboratorio. “Debemos conocer qué herramientas hay, qué herramientas teóricas a nivel de la Biología existen para entender el problema, y qué herramientas de bioinformática (precisamente, uno de los temas del taller) nos permiten analizar de forma adecuada toda la información que se va generando. Con esa información, podemos decirles a los organismos interesados en la conservación de qué manera se puede conservar una especie”.

La información permitirá determinar, por ejemplo, si los patrones de cruzamiento de determinada especie pueden seguir siendo los mismos, si es conveniente hacer otro tipo de cruzamientos para preservarla o si vale la pena mantener a poblaciones separadas porque son entidades diferentes y no es adecuado cruzarlas.

“Cuando la población es muy pequeña, tenemos un alto grado de probabilidad de que exista endocruzamiento, con lo que se puede correr el riesgo de que se pierda más rápidamente la especie. La genética es una herramienta fundamental para entender cómo está la salud de la población de una especie”.

El oso frontino o el cóndor de Los Andes son dos de los más conocidos organismos vivos en peligro de extinción. Hay muchos más, apuntó Martino, “sería interminable enumerarlos, porque no sólo hay vertebrados, también invertebrados y plantas”.

Expertos para formar
El taller cuenta con la participación de profesionales de distintos países de Latinoamérica con experiencia en las disciplinas que en conjunto permiten el desarrollo de la genética de la conservación. Ellos son: Andrea Premoli (Universidad Nacional del Comahue, Bariloche, Argentina), Angela M.G. Martino (Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda), Antonio Solé-Cava (Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil), Claret Michelangeli (Universidad Central de Venezuela), Cristina Y. Miyaki (Universidad de São Paulo / Instituto de Biociencias, Brasil), Elie Poulin (Universidad de Chile), Jazzmin Arrivillaga (Universidad Simón Bolívar), Jesús E. Maldonado (Smithsonian Institute, Washington, DC, USA), Kathryn M. Rodríguez-Clark (Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas), Marisol Aguilera (Universidad Simón Bolívar), Susana González (Universidad de la República Oriental del Uruguay) y María A. Oliveira-Miranda (Universidad Simón Bolívar).

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *