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Definen líneas de acción para la construcción de procesos innovadores en las universidades

La Comisión Nacional de Currículo expuso durante su séptima reunión, efectuada este mes en la USB conjuntamente con el Primer Congreso Internacional de Calidad e Innovación en la Educación Superior, un documento sobre las necesidades innovadoras de las instituciones de educación superior. El papel de trabajo dice hacia dónde deben orientarse los cambios en estas instituciones, cómo entender la innovación y cuáles son las líneas de acción que permitirán orientar la construcción de procesos innovadores en las universidades.
El camino hacia la transformación, según la Comisión, debe orientarse en el mejoramiento de los aspectos cualitativos en las distintas funciones sustantivas de las instituciones de educación superior: docencia, extensión e investigación. También debe enfocarse en la puntualización de la relevancia social y pertinencia de los conocimientos que se generen y transmitan, vinculando los mundos de la educación superior y el trabajo; en la formación de profesionales con saberes básicos sólidos y con competencias que les permitan ir adaptándose a los cambios tecnológico; en la promoción de la equidad y la igualdad de oportunidades tanto para el ingreso como para mantenerse en el recorrido de su carrera; en el fortalecimiento de la capacidad de innovación de los programas y de gestión de las instituciones e incorporación de tecnologías modernas en la enseñanza; y en la formación en valores.

Una de las proposiciones de la Comisión que busca la construcción de procesos innovadores tiene que ver con una visión innovadora en las políticas educativas y consiste en definir criterios y lineamientos dirigidos a impulsar el cambio institucional para incidir en la transformación social, económica, cultural y política del país.

Otra línea de acción se centra en la innovación curricular. Sobre esta materia, señalan que hace falta: “estar en la búsqueda continua de pertinencia local y global en los procesos educativos a través del desarrollo de currícula que consideren el papel del conocimiento y su uso social; generar vías con opciones creativas para solucionar problemas desde una perspectiva local con fundamento en los avances globales científicos y tecnológicos; desaplicar el diálogo colectivo e identificar problemas medulares; crear líneas de investigación; profundizar en los campos de actuación de la profesión y asumir el autoaprendizaje como propósito central en el desarrollo del currículo.

La Comisión escribe que además se requiere impulsar el proceso de formación de profesionales integrales, enfatizar la conciencia social del futuro egresado, organizar de manera flexible, con carácter académico y vinculación social las prácticas profesionales, fundamentar la formación basada en competencias, establecer sistemas de evaluación y acreditación con criterios de integralidad y fomentar una formación apoyada en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), principalmente.

Algunas conclusiones
El documento termina con una afirmación de la Comisión en donde se hace énfasis al papel preponderante que juegan las instituciones de educación superior y las innovaciones, en la consecución del desarrollo sustentable del país y su inserción creativa en un mundo que sufre transformaciones aceleradas.

“Se requiere de manera indiscutible, de innovaciones en constante adecuación que estimulen a las instituciones tradicionales y que favorezcan el mejoramiento de la calidad, el acceso a la educación, la diversidad, la construcción de redes universitarias y profesionales y mejoras en los mecanismos de financiamiento y que de forma definitiva, se consigan las vías que permitan la superación del estigma de la incapacidad presente en las instituciones de educación superior ante la introducción de innovaciones.

Para la Comisión el proceso de transformación de las universidades nacionales es una necesidad impostergable. Sin embargo aclara que las innovaciones no son algo que se pueda decretar, porque su validación tiende a estar asociada con la aceptación por parte de la sociedad, cuando tiene un impacto de mejora social o tecnológica.

Entre los factores de mayor relevación para el cambio en las concepciones y prácticas curriculares, la Comisión menciona las TIC “por las nuevas e inmensas posibilidades de creación de nuevas formas de aprendizaje”. Otro elemento “es la creciente valoración que se le otorga, en la sociedad moderna, a la subjetividad, la individualización, las opciones personales, la flexibilidad en la experiencia educativa, la posibilidad de cambiar de área de estudio (…) Todo esto implica nuevos contextos de flexibilidad curricular, diversificación institucional y de oferta de programas de estudio y utilización creativa de las potencialidades de aprendizaje generadas por las TIC”.

Lea el documento completo en la página 15 del programa publicado en
http://www.cies2007.eventos.usb.ve/progama_detallado.pdf

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