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“El futuro cierto está aquí en Venezuela”

Salomón Cohen, presidente de la Constructora Sambil, recibió a estudiantes de la USB

Elsa Pilato
Departamento de Información y Medios USB.-

 Preparación, trabajo y comenzar “desde abajo” han sido fundamentales en la trayectoria exitosa de Salomón Cohen al frente de la Constructora Sambil, fundada hace casi 50 años. Habría que agregar otra característica: el optimismo por el futuro de su país natal del que se enorgullece y asegura conocer ampliamente. “El futuro cierto está aquí en Venezuela, este es un país de mucho futuro, hay que estar orgulloso de ser venezolano, somos privilegiados”.

Por tercera vez, Salomón Cohen recibió a un grupo de estudiantes de la Universidad Simón Bolívar, jóvenes próximos a culminar su carrera que cursan la asignatura electiva “Proyectos Tecnológicos en Hospitales”, a cargo del profesor Rodrigo Mijares, quien persigue con estos encuentros que los muchachos se acerquen a la experiencia de personas que con trabajo y perseverancia han alcanzado el éxito.Los futuros ingenieros de Producción, Electrónica y Mecánica preguntaron a Cohen sobre sus inicios como empresario de la construcción, su visión de negocios, las claves de su éxito y los momentos decisivos de su empresa, el rol de la familia en el negocio, la inversión en el extranjero, los momentos de crisis y cómo los ha sorteado, la idea de los centros comerciales Sambil y qué aconseja a los jóvenes que están por dejar la universidad e insertarse en el mercado laboral.

Su consejo fue claro, “no tener flojera para el trabajo” y comenzar como empleado antes de emprender un negocio propio. “Como empleado puedes aprender, ganas experiencia, tienes orientación de otras personas, hay alguien que paga por tus errores”. Para Cohen es fundamental que las personas estén contentas con la labor que desempeñan. “A mí siempre me ha gustado mi trabajo, esa ha sido una característica de mi éxito. No se fijen en el sueldo para escoger un trabajo, escojan uno que les guste, que les permita levantarse contentos, con deseos y ganas de ir a trabajar”.

Un éxito, afirma, que ha conseguido lentamente. “Nunca pensé que llegaría a tener la empresa más importante de construcción en Venezuela. Sólo me preocupaba por mi familia, por mis hijos; esperaba tener dos carros y una casa”.

Recorrido por el Sambil
Cohen se graduó de Ingeniero Civil en la Universidad Central de Venezuela en 1951. Antes había estudiado en la Escuela Paraguay y en el Liceo Andrés Bello. Tras concluir sus estudios universitarios, comenzó a trabajar para el entonces Ministerio de Obras Públicas. De esos tiempos recuerda que era “más fácil hacer el trabajo que cobrar” y que la corrupción ya se notaba, los trabajos “buenos” muchas veces se otorgaban por amiguismo. “A mí me daban las sobras”.

Esa fue una de las razones que lo llevaron a fundar su propia empresa, la Constructora Sambil, en 1958. Desde entonces, son innumerables las edificaciones que ha levantado en el país: conjuntos residenciales, complejos de oficinas y centros comerciales.

Sus seis hijos, cuatro nietos y otros familiares son parte de la empresa. “También hay personas que se han formado conmigo y que trabajan en las obras, personas que empezaron muy jóvenes”.

El primero de los centros comerciales, que abrió sus puertas en Caracas en 1998, cambió el concepto de estos espacios en el país e hizo que el nombre Sambil pasara a formar parte de la cotidianidad del venezolano. “No tenía sentido abrir los comercios en el mismo horario en que la gente está trabajando. La vida del Sambil comienza a partir de las 5 de la tarde cuando la gente sale de las oficinas”.

La selección de los inquilinos -otra novedad de los centros comerciales sello Sambil es que no vende locales, los alquila- es bastante rigurosa. “Tienen que demostrar que son buenos comerciantes, deben presentar el historial de sus negocios o tiendas porque la experiencia es fundamental. Los cuarenta comercios que fracasaron cuando se abrió Sambil Caracas, eran de cuarenta principiantes en el mundo del comercio”.

Actualmente, la constructora está edificando tres “Sambiles” de forma simultánea en distintos puntos del territorio nacional. “Nunca tenemos menos de 2000 obreros trabajando. Mantenemos cinco o seis mil familias con nuestras empresas, por eso no podemos ir para atrás ni pararnos a la espera de tiempos mejores. Nunca nos hemos parado, ni siquiera en momentos de incertidumbre como 2002”. Para el presidente de Constructora Sambil, el actual es “sólo un mal momento para el país”; considera que ha habido otros tiempos de mayor crisis como en 1985.

En su opinión, en Venezuela siempre existirán las condiciones para progresar. “Sigo y seguiré trabajando en mi país. Llevarse al exterior el dinero que se ha ganado aquí, es no querer a Venezuela”.

Sí le preocupan problemas como la inseguridad o la repartición de la riqueza. “Si el dinero que tiene el país se convirtiera en casas, en Venezuela no habría nadie sin una vivienda”. Sobre la inseguridad, asegura convencido que “eso va a cambiar”. También confía en el venezolano, a su juicio, ser cordial, cariñoso, feliz y con un deseo de estudiar y prepararse que no observa en otras culturas. “Aquí todos somos iguales y tenemos los mismos derechos, esto no va a cambiar, a eso apostamos nosotros”.

A los 80 años no piensa en retirarse y continúa tomando las decisiones más importantes en la empresa. “¿Por qué me voy a retirar? Tengo una oficina muy bonita y hago lo que me gusta”.

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