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USB en Camurí, optimismo y grandes avances

Los jóvenes que cursan carreras en los predios uesebistas del litoral varguense ven con entusiasmo los adelantos de las obras pero reclaman mejorías en los servicios de comedor y transporte

Gerardo Guarache Ocque
Departamento de Información y Medios USB

 Ayer en horas del mediodía, una vez culminada la sesión del Consejo Directivo celebrada en la Casa Colonial, las autoridades rectorales conocieron el estado de las obras de planta física que se están adelantando en la sede de la Universidad Simón Bolívar en Camurí Grande, estado Vargas. 

 Al edificio central, en el que funcionan oficinas administrativas, aulas, laboratorios livianos y el comedor estudiantil, se agregó un nuevo módulo que se conecta al extremo a través del segundo piso. Esta nueva edificación servirá para el funcionamiento de laboratorios pesados. Frente a él se erige el edificio de Biblioteca, que luce como el más vistoso e imponente, y que albergará cubículos de profesores y otras oficinas. Otro, que también está en su última etapa de construcción, servirá para un auditorio que tendrá una capacidad aproximada de 400 personas. Además, habrá otro comedor estudiantil en su primer nivel, un restaurante y fuente de soda en el segundo y, en el tercero, el Restaurante-Escuela.El rector Benjamín Scharifker, quien iba acompañado por el maestro de obra, Humberto Altuve Godoy, conociendo las especificaciones de cada espacio, manifestó estar contento con el progreso. “Ahí están los avances. A principios de año no había nada en ese espacio, ahora están tres nuevos edificios casi listos. Los avances en Planta Física son grandes. Esta obra está yendo a pasos agigantados”.

El vicerrector administrativo, José Ferrer, manifestó estar optimista de que el Estado responderá positivamente a la reciente solicitud de 33 millardos de bolívares. Este monto corresponde a los recursos, pedidos a través del Ministerio de Finanzas, que permitirían la finalización de las obras necesarias para el funcionamiento óptimo del Núcleo. “Solicitamos el dinero en cuatro etapas porque es lo más lo más viable. Nosotros hacemos pedidos reales sujetos a rendición de cuentas”. 

Ferrer también expresó su preocupación por el abandono de la construcción del edificio Directivo. Ese proyecto está en manos del Ministerio de Infraestructura y su ejecución se inició simultáneamente a la del edificio de Biblioteca, que ahora está próxima a culminar. Sin embargo, ese trabajo se detuvo y las bases se están deteriorando hasta el punto de que podría generar la necesidad de volver a empezar. Esto ha causado algunos inconvenientes en el edificio de Biblioteca, que por ahora deberá conformarse con una entrada provisional: El proyecto general incluye una caminería que va sobre el futuro edificio Directivo y constituye la entrada principal de la Biblioteca. 

Sonrisas y quejas de pasillos

Las obras siguen creciendo ante la mirada de los estudiantes. Los obreros pasan de un lado a otro llevando desechos, o se elevan sobre una plataforma movida por una polea para frisar paredes, mientras los jóvenes transitan de las aulas al comedor y del comedor a la Plaza Cubierta. Allí hay una mesa de ping pong, una venta de gaseosas y dulces y un espacio sombreado agradable para esperar entre clases o simplemente conversar. El ambiente es de optimismo, todos parecen estar contentos con lo que es y lo que será su universidad, a pesar de que el polvo invade todos los espacios y los servicios presentan carencias. 

Patricia Villanueva comenzó a estudiar Administración Aduanera en Sartenejas en 2005 y manifiesta su alegría por el progreso de las obras. Sin embargo, cree que hay cosas que mejorar. “Todo va bien: Las clases comenzaron a tiempo, no hay deficiencia de profesores y DACE (Dirección de Admisión y Control de Estudios) trabajó muy bien. El comedor es buenísimo pero hay demasiada gente y los autobuses no son suficientes. Lo bueno es que a pesar de las carencias, a pesar de estar resurgiendo, se tiene la voluntad y se está haciendo lo necesario para resolver los problemas”. De igual manera piensa Oslimar Sánchez, también de Administración Aduanera, quien valora el trabajo de ingeniería que se está llevando a cabo y añade las ventajas que le proporciona el nuevo cajero automático del Banco Mercantil ubicado en el edificio central.

Dailí Hernández, quien cursa Organización Empresarial, y Rodrimar Rojas, de Administración Aduanera, concuerdan en que las obras van muy adelantadas, aunque quisieran verlas listas. Sueñan con ver la universidad funcionando plenamente. 

Griccy Benítez, estudiante de Comercio Exterior proveniente del CIU (Ciclo de Iniciación Universitaria) confía en que se resolverán los problemas de transporte y comedor, y afirma que en estas primeras fechas han tenido problemas para conseguir salones. “Hoy, por ejemplo, tuve que esperar desde las 10:00 hasta las 3:30 para conseguir un aula y ver clases. Vivo en La Guaira y me he tenido que venir en transporte público porque hay muy pocos autobuses de la universidad y siempre están full. Las comidas del comedor son excelentes pero es demasiada la demanda. Pero sé que todo esto se va a solucionar y nos sentimos bien aquí.”

 Carmen Delgado, estudiante de Comercio Exterior, afirma que se impresionó cuando vio el edificio de Biblioteca porque no había visitado el campus desde marzo, pero subraya los problemas recurrentes en dos servicios, comedor y transporte. “Cuando llegamos, nos dieron un paseo por las instalaciones y vimos los progresos. Todo esto nos da muchos ánimos de estudiar”.

 Anthony Echeverría se graduará en Administración Aduanera en febrero de 2008 y se emociona al pensar en “lo rápido que han avanzado las obras en los últimos seis meses”. Además, aunque lamenta no estar presente para el momento, le alegra saber que las próximas generaciones van a disfrutar de una universidad con todas las comodidades.

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