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“Venezuela tiene una deficiencia acumulada de 1.200.000 unidades de vivienda”

Durante la segunda jornada del foro titulado “Arquitectura Responsable”, Arnoldo Gabaldón, presentado como ex ministro de Ambiente, ofreció una exposición que da cuenta del abrupto crecimiento de la urbanización que vivió Venezuela a partir del inicio de la explotación petrolera

Gerardo Guarache Ocque
Departamento de Información y Medios USB

 En 1925 Venezuela era un país en el que menos del 30% de la población vivía en localidades que sobrepasaban los 2.500 habitantes. El censo realizado en 2005 demuestra que actualmente más del 80% de los habitantes residen en ciudades. Esto, si se suma al dato de que Venezuela pasó en ese período de tener una población por debajo de los 2 millones y medio de habitantes a tener más de 26, permite afirmar que este país experimentó el más fuerte y acelerado proceso de urbanización.

Estos datos fueron presentados por Arnoldo Gabaldón, profesor del Postgrado de Desarrollo Sustentable en la Universidad Simón Bolívar, a través de gráficas que comparaban el proceso venezolano con promedios de los cinco continentes. La curva venezolana fue la que partió desde el punto más bajo y llegó al punto más alto en menos tiempo. Para este académico, quien se desempeñó como ministro de Obras Públicas (1974-77) y ministro del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables (1977-79), ese proceso abrupto de urbanización no ha sido suficientemente considerado para analizar la crisis social, política y económica que se vive en Venezuela.  “Tuvimos un salto para el cual el país no estaba preparado”. Gabaldón manifestó que en aquel entonces no se tenía la capacidad institucional y, ni siquiera los ingresos petroleros, que parecían montañas de dinero, eran suficientes para acometer ese proceso con eficiencia. Eso se intensificó a partir de 1936, justo tras la caída del General Gómez, cuando el Gobierno comenzó a asumir seriamente el tema de las políticas sanitarias. Las tasas de crecimiento que, a partir de ese momento, exhibieron ciudades como Caracas, Valencia, Maracay y Barquisimeto, reflejan la explosión demográfica, el éxodo masivo del campo a la ciudad y todos los cambios de variable que eso implica.

Una de las consecuencias fue el llamado urbanismo descapitalizado, que consiste en el crecimiento incontrolado de zonas marginadas con infraestructura precaria y carencia de servicios.El ejemplo capitalino es el más resaltante del fenómeno: Caracas rodeaba el 20 ó 30% de áreas marginales en la década de los 50, y las cifras se fueron acumulando hasta que ese porcentaje comenzó a tener mayor peso. Pero, según Gabaldón, durante los últimos 25 años la disminución del ingreso petrolero per cápita, y la pésima administración en el uso de los recursos públicos, ha aumentado la gravedad de un fenómeno que se extiende a toda la República.  

Medidas urgentes
El ingeniero Gabaldón considera que hay una serie de medidas urgentes. Uno de los puntos que él considera de suma importancia es el fortalecimiento de los gobiernos municipales. En ese aspecto critica la Reforma Constitucional promovida por el presidente Hugo Chávez, por considerar equivocada la decisión de “suprimir unas estructuras que ya funcionaban precariamente para crear unas nuevas que no se sabe ni siquiera qué son”. Considera que llevar a la práctica esa idea sólo generará una crisis aún más profunda.  

Otros aspectos señalados corresponden al concepto de la ciudad sustentable, basado en la históricamente desdeñada costumbre de la planificación. Considera Gabaldón que el Estado debe servir el terreno a los entes privados de construcción, estimular las ciudades garantizando servicios a todos los habitantes, considerando la posibilidad de proporcionar “techo para todos”, equipando los barrios pobres ya existentes, financiando las iniciativas de urbanización sustentable y promoviendo la ecología.

Otro punto resaltante se refiere a la educación para la sustentabilidad, que debe procurar cambios de paradigma en la población, orientados hacia ese principio. Casos exitosos de urbanización planificada en ciudades latinoamericanas como Curitiba, Bogotá y Medellín van ligados curiosamente a grandes programas educativos.  

La urbanización no seguirá creciendo, simplemente porque “no hay más gente que trasladar hacia las ciudades”. Pero el crecimiento poblacional continuará y actualmente Venezuela tiene una deficiencia acumulada de 1.200.000 unidades de vivienda, que se aúnan a todo el equipamiento, infraestructura y servicios que se requieren para alcanzar la meta: “Un país sustentable que permita que la gente viva en ciudades mejorando su calidad de vida progresivamente”.

“Darle a la sociedad venezolana un urbanismo sustentable es uno de los retos económicos, sociales y políticos más grandes”, expresó el doctor Gabaldón a manera de cierre. Así trató de estimular a los jóvenes estudiantes que representaban el grueso de su audiencia en la sala Rosario Horowitz de la Biblioteca, y así logró cumplir con el objetivo general del foro de promover la responsabilidad social en la enseñanza y práctica de la arquitectura.

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