Gonzalo Rojas Doctor Honoris Causa de la USB

CARLOS PACHECO
Equinocticias 19
Novedades de la Editorial Equinoccio

En atención a sus méritos como creador, académico y ciudadano, el Consejo Directivo de la Universidad Simón Bolívar ha decidido conferir el título de Doctor Honoris Causa al renombrado poeta chileno Gonzalo Rojas, quien fuera docente en Sartenejas durante la segunda mitad de los años setenta. El anuncio coincide con la publicación del volumen antológico Esencial. 104 poemas y otros textos, ya presente en las vitrinas de las librerías. Se trata de una coedición de Equinoccio con bid & co, la casa editora especializada en poesía que dirige Bernardo Infante Daboín. La obra ofrece lo mejor de la escritura lírica de Rojas y viene enriquecida con algunos textos inéditos, el discurso de aceptación del premio Cervantes y sendos epílogos críticos del poeta venezolano Eugenio Montejo y el crítico chileno Eduardo Llanos. Cuenta con una ilustración de portada de Alfredo Herrera Salas, diseño gráfico de Bernardo Infante Daboín y fotografías de Enrique Hernández D´Jesús, en un original formato especialmente adecuado para poesía.

Originada en el Departamento de Lengua y Literatura y la Coordinación del Postgrado en Literatura de la USB, la iniciativa contó con el respaldo del Decanato de Estudios Generales, el Decanato de Extensión y la Dirección de Cultura. La ceremonia para el otorgamiento de la distinción será organizada tan pronto se confirme una próxima visita de Rojas a Caracas, durante la cual dialogará con estudiantes y ofrecerá varios recitales. Entretanto, se programa
para muy pronto una presentación del libro con la participación de los más distinguidos poetas de nuestro país.

Nacido en Lebu, Chile, en 1917, Gonzalo Rojas, es autor de una obra lírica vasta, rigurosa, innovadora y consistente, ampliamente traducida y antologada, compuesta por una decena de poemarios Algunos de sus títulos más distinguidos son La miseria del hombre (1948), Contra la muerte (1964), Oscuro (1977), Trastierro (1979), Del relámpago (1984) y Desocupado lector (1990). Según los críticos, Rojas despliega su atención hacia cinco vertientes temáticas: la memoria de la propia vida, la preocupación social y política, lo numinoso y sagrado que permanece sin respuesta, lo amoroso en el sentido más amplio y la autoconciencia poética.

Rojas ha recibido los más importantes galardones en el ámbito de la lengua española, entre los que se cuentan el Premio Cervantes de Literatura 2003 (España), el Premio Reina Sofía de Poesía 1992 (España), el Premio Octavio Paz (México) y el Premio José Hernández (Argentina), así como el Premio Nacional de Literatura de Chile en 1992. Es también Profesor Emérito de la Universidad de Chile (1990) y de la Brigham Young University (1992). Durante los últimos años ha figurado como recurrente candidato al Premio Nobel de Literatura.

Gonzalo Rojas fue parte del cuerpo académico de la Universidad Simón Bolívar hace treinta años, cuando a causa de la represión política del régimen militar se vio obligado a abandonar su Chile natal y a iniciar un exilio de diez años que después lo llevaría a Alemania y los Estados Unidos. Nuestro país le ofreció entonces asilo, como a incontables emigrados del sur y le brindó la nacionalidad venezolana, que el poeta conserva y exhibe con orgullo. Durante los años en que ejerció la docencia en Sartenejas, fue miembro del Departamento de Lengua y Literatura, desde donde contribuyó, junto con nuestro distinguido poeta y crítico Guillermo Sucre, a establecer los primeros cursos avanzados de literatura latinoamericana, que conducirían más tarde a la creación del Postgrado en Literatura. Trabajó también en aquel momento como docente en los cursos de EstudiosGenerales. En una reciente entrevista, recuerda que fue en esa época cuando escribió Oscuro, uno de sus libros emblemáticos, publicado por Monte Ávila en 1977. El novelista mexicano Carlos Fuentes, ponderó la importancia de su obra, incluyéndolo, junto a Rubén Darío, Leopoldo Lugones, Vicente Huidobro, Pablo Neruda, José Gorostiza, César Vallejo, Juan Liscano, José Lezama Lima y Octavio Paz “en el gran arco lírico […] por el cual los novelistas entramos en posesión de nuestro lenguaje”.

Es fuerza concluir esta nota con uno de sus poemas incluidos en Esencial:

E-mail para violín

Vez que vengo vez
que lloro de ti, otras veces
me alimento de tus pestañas
y entro en tu luz, se es hombremente
hombre en la medida de enloquecer los
animales, todos los animales que es uno, especialmente
uno que es su cuerpo.

Así las cosas me hago vidrio
hasta más allá de la transparencia, ahí mismo
te trizo, empiezo
para verte por lo raquídeo
de tu esbeltez, sigo por lo alto desde la nuca
de tus pelos hasta la humedad, ahí duermo, entonces
beso tus pies de
animala trémula.

Van 15 versos, ¿Qué hago con estos 15 versos? ¿Los
guardo para después? ¿Los tiro
al aire contra las estrellas? Pienso
y pienso, Dios
no da para más, el Hueco
de Él no da para más.

E-mail, E-mail de viejo, ala
libérrima, escríbeme esta noche a
las tres de nunca, pasadas
las aguas de la era de los muertos, llámame
para confirmar lo diáfano
del teclado.
Vez que tengo, vez
que lloro de ti.

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