Consenso acompaña propuesta de ingreso 2009
Tanto las casas de estudio representadas en la Asociación Venezolana de Rectores (Averu), como las que se agrupan bajo el título de Asociación de Rectores Bolivarianos (Árbol), participan en el nuevo giro de las discusiones sobre el mecanismo de admisión que se aplicaría a partir de 2009.
Se trata del Sistema Nacional de Ingresos y Prosecución Académica a la Educación Superior (Sinipaes), cuyo esquema tomó como base la idea que aprobó el Núcleo de Vicerrectores Académicos en octubre de 2007. El producto final de esta primera fase se encuentra actualmente en discusión en el seno del Consejo Nacional de Universidades (CNU). Sinipaes, también avalado por el Núcleo de Secretarios, propone combinar las pruebas de orientación vocacional, los instrumentos de diagnóstico de competencias, el registro integrado nacional de aspirantes, un proceso de distribución y un Curso Introductorio a la Educación Superior (Cies). Este último parte del modelo del Curso de Iniciación Universitaria (CIU), cuyo programa está funcionando en la USB desde 2005 y representa una posibilidad para aquellos estudiantes que, aunque estuvieron cerca de hacerlo, no superaron el examen de admisión para licenciaturas, ingenierías y equivalentes.
El CIU busca enriquecer los conocimientos y consolidar la formación integral de estos aspirantes. Desde su comienzo, las cifras muestran resultados positivos: En 2005, de 300 estudiantes que cumplieron el CIU ingresaron al ciclo básico 99. En 2006, ingresaron 129 de 300 en Sartenejas y 211 de 400 en la sede del Litoral. Actualmente, 400 jóvenes (por sede) están procurando ingresar a la educación superior a través de esta vía.
Ese principio, que busca corregir en los bachilleres las fallas que dejó el sistema educativo medio y diversificado, se fortalece. Eso se suma a una variante que muestra el Sinipaes frente a los planteamientos previos sobre admisión: Esta propuesta considera la prosecución de los estudios, lo cual la lleva a observar al muchacho, no como un aspirante a ser estudiante universitario, sino como un potencial profesional.
La coordinadora del Núcleo de Vicerrectores Académicos (Nvra), y vicerrectora académica de la USB, Aura López, explicó que se llegó a la conclusión de que no tenía sentido atacar y descalificar las pruebas internas de admisión, puesto que representan un método de diagnóstico para conocer el estado real de la educación preuniversitaria en Venezuela. Éste fue uno de los pasos que allanó el terreno para una discusión de naturaleza educativa y no política.
La profesora López manifestó que se sentía complacida porque las autoridades de la USB, y su Consejo Directivo, decidieron mantenerse firmes en la decisión de aplicar las pruebas de admisión el 29 de marzo y el 5 de junio, a pesar de los dictados del Ministerio de Educación Superior. Los hechos, vistos en retrospectiva, muestran que fue lo más acertado.
Otro de los puntos de consenso, al que llegó el Nvra, es a cumplir plenamente el artículo 103 de la Constitución Nacional que reza que “toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones”.
Todo alumno que quede fuera de la universidad, a pesar de tener la vocación, las aptitudes y las aspiraciones, está siendo excluido. El nuevo sistema debe contrarrestar esa condición, y para ello debe generar oportunidades a todos los que cumplan con esas tres premisas. Sin embargo, este cambio vendrá para el año próximo. Por ahora, la Oficina de Planificación del
Sector Universitario (Opsu) está conforme con un mecanismo transitorio.
Preocupación por el Registro Único
El escenario de las exposiciones fue el Paraninfo de la Casa Rectoral, lugar donde se celebró un foro organizado por los jóvenes del Grupo Editorial de la USB, apoyado por el Centro de Estudiantes de la sede del Litoral y la Organización Estudiantil de la USB para las Naciones Unidas.
La pertinencia de la invitación de estos dos académicos, Aura López y Alejandro Teruel, obedece a que ambos son autoridades uesebistas pero, más aún, a que ambos pertenecen a la comisión designada por el CNU para trabajar sobre los lineamientos y proponer el diseño de un nuevo sistema de ingreso.
Alejandro Teruel, secretario de la USB, explicó a profundidad el sistema de admisión actual aprobado para este año, por medio del cual la Opsu escoge al 30 por ciento de los admitidos.
El profesor expuso el Algoritmo de Matrimonio Variable, que considera las preferencias del estudiante, pero también las ofertas de las universidades. Además, añade el concepto de dispersión, que permite establecer una competencia más justa entre liceos que muestran niveles de exigencia distintos.
Teruel considera que esta fórmula es más eficiente que los métodos de escogencia del pasado, porque establece una designación más equitativa, toma en cuenta los méritos, es flexible y, al mismo tiempo, transparente y auditable.
Sin embargo, el profesor Teruel cree que ignora las aptitudes y, por tanto, incumple el artículo 103 de la Constitución. El académico opina que el promedio de bachillerato no es un buen predictor de desempeño, debido a que hace que el sistema no explore las potencialidades del estudiante.
Además, no enfrenta los casos de colegios y liceos que exoneran materias por falta de profesorado. En esas situaciones, las autoridades educativas promedian notas para llenar las casillas de notas, a pesar de que no han cursado las materias. Por lo tanto, los jóvenes llevan consigo un promedio ficticio, que no refleja su verdadera preparación.
Ambos ponentes muestran preocupación por la evolución del Registro Único del Sistema Nacional de Ingreso a la Educación Superior (Rusnies) puesto que problemas informáticos han retrasado los cronogramas: El CNU prometió completar las listas de asignados para el mes de agosto, a pesar de que las inscripciones de la USB para el trimestre septiembre-diciembre serán en julio.
