Benjamín Scharifker: Más de 30 años de aportes orientados por el deber ser académico

Soraya Villarreal/ Departamento de Información y Medios USB.-

Las autoridades rectorales confirieron a Benjamín Scharifker Podolsky el título de Profesor Emérito de la USB, máxima distinción que otorga la universidad a su personal académico, por sus contribuciones en materia de docencia, investigación y extensión  en diferentes áreas de la Química, particularmente en la Electroquímica, y por sus servicios a la institución en los diferentes estamentos de la Universidad.

En un solemne acto celebrado en el Paraninfo de la Casa Rectoral, Benjamín Scharifker, jubilado de la USB desde febrero de 2003, pasó a ser el décimo cuarto profesor de esta Universidad en recibir esta distinción por la carrera desarrollada durante más de treinta años en favor de la búsqueda de la verdad, generación de nuevos conocimientos, formación de profesionales, pero, sobre todo, por defender a ultranza la verdadera universidad, según resaltó el rector Enrique Planchart en sus palabras.

Después de la lectura de la Resolución del Consejo Directivo del 26 de septiembre que acuerda otorgar la distinción al profesor Scharifker, Jorge Mostany, profesor titular del Departamento de Química y Miembro correspondiente de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, pronunció el Discurso de Orden, en el que resaltó la carrera de Scharifker signada por una dedicación a todos los aspectos de la vida académica, “incluyendo una docencia impecable mediante la cual ha orientado a numerosos estudiantes e inculcado una intachable ética profesional, investigación reconocida en el ámbito internacional como rigurosa, creativa y original”. 

Tres dimensiones del profesor fueron resaltadas por Mostany: el Benjamín Académico, el Benjamín Político y el Benjamín Amigo.

Benjamín Scharifker nació en Buenos Aires el 23 de septiembre de 1953. Sus padres lo trajeron a Venezuela a la edad de cuatro años. Luego de graduarse de Licenciado en Química en 1976 en la USB, se fue a Inglaterra a realizar estudios doctorales, “sin una idea clara de cuál sería el objeto de sus esfuerzos, según él mismo ha comentado. Benjamín tuvo el privilegio de llegar al lugar apropiado en el momento apropiado: la Universidad de Southampton, que era en su momento la meca de la electroquímica. “Graham Hills (su supervisor), Lawrence Peter, Martin Fleischmann, Stanley Pons, Derek Pletcher y muchos otros nombres de la electroquímica pertenecieron al Grupo de Electroquímica de Southampton, por lo que Benjamín tuvo la oportunidad de formarse con los mejores y al mismo tiempo cosechar una sólida reputación y el respeto de sus mentores y colegas, que reconocieron en él a un original y disciplinado científico”, refirió Mostany en su discurso.

La fórmula propuesta por este académico para lograr tener éxito en el trabajo científico es sencilla, dijo Mostany: trabajo duro, rigurosidad conceptual, honestidad intelectual y  pasión por la ciencia, desarrollado en torno a lo que para todos es un compromiso vital: la reunión semanal de los viernes en la tarde.

Del Benjamín político resaltó su participación en la toma de decisiones, en cualquier instancia donde se desenvuelva. “En todas estas instancias Benjamín ha demostrado una de sus más prominentes virtudes: su capacidad de liderazgo”. Su vocación política también ha encontrado expresión en su desempeño y bien conocemos su paso por las diferentes instancias del gobierno universitario donde ha demostrado liderazgo, visión de futuro, habilidad política y un apego a los principios y la ética que ha dejado profunda huella en nuestra comunidad. 

Acerca del Benjamín amigo, Mostany expresó que se trata de “un compañero de almuerzo muy solicitado. “Tiene afición por opinar y su gusto por la polémica, por llevar la discusión al límite exige a su interlocutor utilizar argumentos para convencerlo, todo esto salpicado de ironía y buen humor. Si tienen oportunidad, no dejen de almorzar con él, no se van a aburrir ni a arrepentir”.

Del país de las oportunidades a los riesgos del totalitarismo

Ataviado con la medalla de Emérito, Benjamín Scharifker pronunció su discurso titulado El oficio del profesor: oportunidad, responsabilidad y desafío, en el que además de hacer un recuento desde los inicios en la USB como estudiante seguidos de una larga carrera profesional, como investigador y en la gestión universitaria que lo llevó a ocupar el cargo de Rector, recordó las oportunidades que ofrecía el país a quienes querían continuar estudios en cualquier parte del mundo.

Aprovechó para reconocer la disciplina y el talento de los profesores Jorge Mostany, Carlos Borrás, Lenys Fernández, Ronald Vargas y Lorean Madriz, con quienes consecuentemente asiste a las citas de los viernes, “llueva, truene o relampaguee”, y especialmente a los estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado que “contribuyen con resultados e ideas frescas y le dan vida a las reuniones, reduciendo semana tras semana los límites de nuestra ignorancia”.

Para el ex Rector, la labor académica no está fragmentada en actividades de docencia, investigación y extensión, sino que todas son funciones imbricadas en la labor diaria del profesor. “La naturaleza de la labor académica introduce un componente importante del mundo real que no podemos dejar de mencionar: la gestión universitaria”.

“La universidad es una organización muy compleja, requiere de múltiples competencias y del despliegue simultáneo de esfuerzos muy diversos, cosas que no pueden manejarse sin la debida delegación de funciones. De ahí la necesidad de la autonomía universitaria y la libertad de cátedra que la origina: el profesor y el estudiante no pueden cumplir con sus cometidos si se les ponen límites a la búsqueda del conocimiento, si se les imponen los esquemas que deban seguir, si se restringen las ideas que puedan manejar o si se les indican las conclusiones a las que deban llegar”.

A propósito de conmemorarse 54 años de autonomía universitaria en Venezuela, refirió, y que quedó consagrada con la ley de universidades promulgada el 5 de diciembre de 1958, dijo que hoy la autonomía es tan necesaria como entonces y como lo había sido 40 años antes, en 1918. “No hemos terminado de eliminar de nuestro continente el autoritarismo. Es muy largo el camino que tenemos por delante y formidables las tareas que nos corresponde cumplir como universitarios para formar los hombres libres, críticos y capaces que nuestra sociedad merece”.

El cierre del acto quedó a cargo del Orfeón USB, con la interpretación de aguinaldos navideños y el Himno de la USB, Canción del Nuevo Mundo.

Fotos: Javier Zamora

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