Sectores universitarios deben trabajar en torno al reglamento de elecciones

Enrique Planchart, rector de la USB

Soraya Villarreal/ Departamento de Información y Medios USB.-

Varios retos enfrentará la universidad venezolana durante el año que se aproxima, y en la USB, uno de los más inmediatos es la elección de las autoridades, cuyo reglamento electoral requiere de una discusión en la que participen todos los sectores de la comunidad universitaria, canalizada por la Asamblea Universitaria.

Así lo refirió el Rector Enrique Planchart en sus palabras durante el acto de entrega de los Premios Universitarios 2012, que organiza la Asociación de Profesores de la USB, y en el que trece profesores recibieron reconocimiento.

Planchart recordó que el déficit presupuestario ha mantenido bajo amenaza a las universidades, “es el mismo presupuesto de hace cinco años y cuyo decrecimiento ha llevado a las universidades a no disponer de recursos para sus funciones vitales y sólo con el pago de la nómina se va todo el presupuesto”.

Llamó la atención, además, acerca de lo que representó en su momento la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación, a través de la cual las universidades tuvieron recursos y pudieron desarrollar proyectos científicos; sin embargo, dijo, “con la reforma de la Locti, todo el dinero va al Ministerio de Ciencia y Tecnología, donde reposan miles de millones de bolívares de los que no se rinde cuenta sobre cómo ni en qué se invierten”.

En 2013 vendrán momentos difíciles, dijo al referirse a la elección de nuevas autoridades, por lo que se debe trabajar con todos los sectores de la universidad en un reglamento electoral. “Debemos estar unidos internamente y con otras universidades, pues todos tenemos intereses comunes, y en la USB nuestro interés sigue siendo la búsqueda de la excelencia”.

Rafael Álvarez, presidente de la Asociación de Profesores USB, también hizo referencia a los comicios electorales para la elección del nuevo equipo rectoral, evento que precisa de la participación de todos los estamentos de la institución para analizar la relación gobierno-universidad, y la evaluación y propuesta de un reglamento para realizar unas elecciones viables”, dijo el profesor.

Advirtió además, que con el nuevo equipo rectoral se deberá repensar la universidad y volver a consultar conceptos como trabajo en equipo, compromiso, sinergia, pensamiento sistémico, “necesitamos actualizarnos, acercarnos más a la sociedad y repensarnos como organización.

Seguidamente el secretario general de la Apusb, William Anseume, hizo la lectura de los veredictos y se procedió a la entrega de los premios. El Premio Simón Rodríguez que reconoce la trayectoria, calidad y aportes que a la docencia universitaria haya realizado algún miembro del personal académico de la Universidad Simón Bolívar, fue entregado a Luis Lara Estrella, profesor del Departamento de Tecnología de Procesos Biológicos y Bioquímicos.

El Premio José Francisco Torrealba, en el área Ciencias Aplicadas, que reconoce la trayectoria, calidad y aportes que a la investigación haya realizado algún miembro del personal académico de la USB, fue entregado a Adelmo Ortiz, del Departamento de Electrónica y Circuitos.

El objetivo del Premio Andrés Bello, que reconoce la labor de investigación de los profesores durante los dos últimos años, en el área de Ciencias Básicas correspondió a Romano Dorta y Julio Herrera, del Departamento de Química; en Ciencias Aplicadas, a Carlos Graciano, profesor del Departamento de Mecánica, y en Ciencias Sociales, a Leticia Guarino, del Departamento de Ciencia y Tecnología del Comportamiento.

Rafael Álvarez, presidente de la Asociación de Profesores USB

El Premio Antonio José de Sucre, que reconoce la labor docente de los últimos dos años de los profesores activos o jubilados, correspondió este año, en el área de Ciencias Básicas, a Karen Noris, del Departamento de Biología Celular; en Ciencias Aplicadas, a Miguel Asuaje, del Departamento de Conversión y Transporte de Energía; en el área de Ciencias Sociales, a Marina Meza, del Departamento de Idiomas.

El Premio José Santos Urriola, creado para reconocer la trayectoria, calidad y aportes que a la extensión haya realizado algún miembro del personal académico, activo o jubilado, lo recibió este año Renzo Boccardo, del Departamento de Mecánica.

El Premio Fernando Fernández, que distingue la labor de extensión de los últimos dos años de los profesores de la USB, activos o jubilados lo recibieron, en la mención Ciencias Aplicadas, Nila Montbrun, del Departamento de Mecánica, María Fátima Pinho y Francia Andrade, en la mención Ciencias Sociales.

Honestidad intelectual

Las palabras en nombre de los académicos reconocidos correspondió al profesor Carlos Graciano, quien destacó en su discurso la importancia de fomentar la honestidad intelectual dentro y fuera de las aulas; “actuando con integridad y ética, lograremos generar la confianza y la credibilidad necesarias para el establecimiento del liderazgo que se requiere ante la crisis que atraviesa la universidad y la sociedad venezolana. Sólo con la coherencia entre nuestros pensamientos, nuestros discursos y nuestros actos, podremos intentar cambiar la realidad que hoy nos agobia, como país y como universidad”.

Graciano también se refirió a la función del profesor universitario, enmarcada en la docencia, investigación y extensión, “que son la razón de ser de la Universidad, y hacia el desarrollo pleno de estos deben estar dirigidos nuestros esfuerzos institucionales”.

Docencia, investigación y extensión son fundamentales para la creación de futuro, expuso, “pero no cualquier futuro sino el futuro que todos deseamos, el de una sociedad libre para pensar, libre para expresar y libre para generar conocimiento, si uno de estos tres pilares se ve afectado también lo estará  la universidad”.

“No es un secreto para nadie que en los últimos años la universidad se ha visto perturbada por las continuas restricciones que el gobierno ha impuesto en diferentes niveles del quehacer universitario. El presupuesto de las universidades ha sido el mismo por cinco años consecutivos, lo que se ha traducido en restricciones para la realización de actividades científicas, como congresos y conferencias internacionales, así como para la realización de años sabáticos fuera de nuestras fronteras, limitando de esta manera el desarrollo profesional y humanístico del profesor universitario. Las restricciones también han afectado la adquisición de equipos y materiales necesarios para el cabal cumplimientos de las funciones académicas, con lo cual se compromete cada día la productividad de nuestra actividad científica”.

Para Graciano, la realidad compleja del país sobrepasa a la propia universidad, “tal vez las cosas podrían empezar a cambiar si comenzamos por lo más pequeño, por preguntarnos a nosotros mismos qué hemos hecho por la universidad y qué estamos dispuestos a hacer por ella”, dijo para finalizar. Discurso completo del profesor Graciano

Fotos: Javier Zamora

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