El legado de Maritza Pulido en la USB

Maritza Pulido Santana- una mujer de destacada dedicación y amor por la educación ambiental se incorpora a la Universidad Simón Bolívar en el año 2005 para diseñar unos senderos de interpretación ambiental, como parte del programa “La Dimensión Ambiental de la Universidad Simón Bolívar” realizado por las profesoras Nila Pellegrini y Rosa Reyes, de los Departamentos de Estudios Ambientales y Biología de Organismos, respectivamente, apoyadas por la División de Ciencias Biológicas.

A partir de ese momento y en el marco de una visión  de promover un plan de interpretación que considera la riqueza del capital natural presente en el Campus, Maritza diseña 4 senderos didácticos:

  1. Las partes de una planta semejanzas y diferencias.
  2. Los árboles emblemáticos presentes en el Valle de Sartenejas.
  3. Adopta un parque.
  4. Valores culturales y patrimoniales de la USB.

El objetivo principal de los senderos fue proveer al visitante experiencias activas por entrar en contacto directo con su entorno, con la idea que se vinculen a nivel emotivo, sensorial e intelectual, no solamente con el ambiente natural, si no también con el cultural, artístico, histórico y social de la USB.

El diseño de los senderos requirió de un plan de interpretación que se realizó en varias etapas: una fase diagnóstica, la cual consistió en realizar el inventario de los recursos existentes en la universidad: toma de datos, análisis de los recursos y su potencial interpretativo.

Una segunda fase comprendió la interpretación de esos datos.

Finalmente, una última etapa que consistió en la definición de problemas, necesidades e intereses.

Durante el pre-diagnóstico de este programa se analizaron ciertos espacios con potencial interpretativo y los criterios para su selección fueron los siguientes: espacios atractivos, de fácil acceso, seguros, resisten el impacto de los visitantes, además que facilitaran su conocimiento.

De esta forma, cada sendero se conformó por aproximadamente unas nueve paradas sucesivas, que fueron estructuradas de acuerdo con un objetivo predeterminado dentro de un tema específico, el cual sería dado a conocer a través de un guía o anfitrión entrenado para conducir a los participantes a indagar sobre aspectos ambientales que pudieran interactuar con los procesos que se estaban sucediendo en el lugar, previamente.

Como les mencionaba las estaciones o paradas están interconectadas para que los participantes recibieran información y entraran en acción, vivenciando los objetos y temas presentados. 

Una vez diseñados los senderos, es en el año 2007 cuando María Teresa Arbeláez, Directora de Asuntos Públicos de la Universidad, propone que nos encarguemos de impulsar los senderos,  como un proyecto institucional, momento en el que Maritza Pulido se integra al Departamento de Relaciones Interinstitucionales y comenzamos a trabajar juntas, en el desarrollo de los senderos como un programa de servicio comunitario, dándole la forma y estableciendo todos los aspectos logísticos funcionales que se requerían para abrirlo al público general.

Esta incorporación al Decanato de Extensión nos permitió dar entrenamiento a un grupo de guías o anfitriones en dinámicas de integración y ejercicios de exploración y observación para finalmente diseñar instrumentos de evaluación y conocer los niveles de comprensión de la actividad. Cabe destacar que en la etapa preparatoria nos apoyaron estudiantes de ese primer grupo de guías  del servicio comunitario.

De las reuniones y la creatividad del equipo, acordamos que debíamos trabajar en definir un nombre que tuviera impacto y lo hiciera atractivo para su promoción y fue cuando acordamos llamarlo RUTAS ECOLÓGICAS de la USB, convirtiéndose en “ECO-RUTAS”.

Entre los aspectos que se destacan, una vez operativo, yo diría que hay dos significativos, el 1°, el entrenamiento de los estudiantes como guías, su participación, entusiasmo, atención que prestaban a Maritza, además de la concurrida inscripción de estudiantes en ese servicio comunitario, marcan el liderazgo que tenía Maritza para llamar su atención, por muchos años fue el proyecto de servicio comunitario con más estudiantes, seguido del proyecto guardabosques. El 2°, la actividad propia de mostrar la ecoruta a los visitantes.

El proyecto contaba con un coordinador docente, un coordinador institucional y un coordinador operativo o en campo, y esta última labor la hizo Maritza Pulido con una entrega, amor y dedicación inigualables.

Llegar a la Universidad, pasar frente al jardín donde estaba Maritza, bajándose de su wolskwaguen anaranjado, para recibir a los estudiantes del servicio comunitario con sus franelas amarillas y prepararse para recibir la cantidad de alumnos de primaria y bachillerato, era todo un espectáculo, verlos bajar de los autobuses a aquel montón de muchachos que venían de diferentes colegios públicos y privados, diariamente, fue sin duda una actividad que le dio color a los jardines.

El jardín tuvo una vida muy especial, podías ver grupos de franelas amarillas con niños y adolescentes jugando y vivenciando experiencias sensoriales, jugando con el paracaídas de Maritza y sobre todo con ese contacto con la naturaleza que sin duda era lo más importante, sensibilizar y concientizar al participante.

Recibimos, como les mencioné, estudiantes desde primer nivel, básica, media y diversificada, recibimos grupos organizados como por ejemplo, boy scouts, grupos de niños con discapacidades y condiciones especiales, grupos de personas de la tercera edad, empresas que querían vivir los jardines, entre otros. Se ofrecía el programa en las actividades vacacionales del Decanato de Extensión, donde participaban niños de las zonas rurales y aledañas a la universidad.

Las Ecorutas que impulsamos desde el año 2007 hasta el año 2014 no podían continuar siendo un proyecto de servicio comunitario, por algunas razones que no entendimos, sin embargo para nosotras en Asuntos Públicos debía continuar; en ese momento, consideramos que debían ser adoptadas por el Programa Guardabosques.

En esta etapa posiblemente hubo un giro de las Ecorutas, significativo, pero comenzó una nueva actividad, la de las visitas a los viveros, donde Maritza con toda su dedicación enseñaba las diferentes etapas de plantación de árboles, semillas y todo lo vinculado a esa actividad, desarrollando un nuevo sendero al  que llamó y en el que estaba trabajando: “Vivero fábrica de vida”.

Para nosotros en la Universidad Simón Bolívar, es un orgullo y un privilegio haber recibido tanto y haberle dado tan poco a Maritza Pulido, siempre alegre, dispuesta, comprometida por dar lo mejor, es por eso que su legado, a través de las actividades didácticas que interpretaron la riqueza natural de nuestro campus, es sin duda una herencia invaluable que nos deja Maritza Pulido a la Universidad. Ella estará siempre presente en nuestros jardines, pero por encima de todo estará siempre presente en nuestros corazones.

María Eugenia Gutiérrez (USB)

Mayo, 2021

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *