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“Déficit de viviendas se habría eliminado con las urbanizaciones populares de crecimiento progresivo”

Lisbeth Bernal
Departamento de Información y Medios USB

Leandro Quintana, ex presidente del Inavi, fundador de Conavi y precursor de la denominada vivienda en pendiente hizo un recuento de la historia de las políticas y soluciones habitacionales en Venezuela de 1928 hasta 1998, que concluyó en una afirmación: “el déficit de viviendas se habría eliminado en 1989 de continuar con la política iniciada años atrás de urbanizar las zonas populares con viviendas de crecimiento progresivo”.

Esta intervención la realizó Quintana durante el seminario ”La vivienda en Venezuela: déficit habitacional y políticas de vivienda”, organizado en la USB en el marco de las actividades preparatorias del Congreso Internacional de Urbanismo y Medio Ambiente.

En orden cronológico, Quintana resaltó varios hechos. Por ejemplo en 1928 mencionó la importancia de la creación del Banco Obrero y la importación de ideas como los superbloques. Tras un período de dictadura y la vuelta de la democracia destacó entre 1959 y 69, la creación de la vivienda rural, la remodelación de barrios, el inicio del sistema nacional de ahorro y préstamo, la puesta en marcha de la Ley de Regulación de Alquileres, así como la paralización y reaparición de los superbloques, además del comienzo del cooperativismo de vivienda y el aumento de las áreas marginales en gran medida generado por el alto costo de las viviendas construidas para aquellos años como solución habitacional.

La siguiente década, 1969 – 1974, comentó que fue clave para Venezuela, ya que se desarrollan soluciones habitacionales para todos los sectores, con énfasis en los de menores ingreso. Una de ellas consistió en el desarrollo de las urbanizaciones populares de crecimiento progresivo, aunque “mucha gente no entendió ese concepto” que fue inicialmente impulsado por el decreto presidencial de urbanizar y equipar a los barrios.

“Por ejemplo en Caricuao, se empezó con una vivienda de unidad básica de 38 m2 que luego continuó ampliándose en la planta baja”. Otras zonas carentes de pendientes permitieron la construcción de casas a media agua con la inclusión de únicamente una unidad de baño. Para Quintana, la transformación de estas casas, años más tarde, fue impactante. De hecho, afirma que mediante dicha política, se logró producir aproximadamente 100 mil viviendas en un año y que de haberse continuado para 1989 se habría eliminado el déficit en Venezuela.

Políticas que van y vienen
La historia resumida por Quintana entre 1975 al 79 incluye la paralización, por instrucción presidencial, de las citadas urbanizaciones populares y el regreso a las edificaciones de altura, la transformación del Banco Obrero en Inavi y la creación de Fondur.

“Del 81 al 84 surgió una crisis de viviendas por el deterioro de la capacidad de pago y la desaparición del financiamiento a largo plazo, así como del cooperativismo de vivienda”. Entre los aspectos positivos comentó que surgieron las asociaciones civiles provivienda y la Ley de Ordenación de Urbanismo que reconoce la incorporación de los barrios a las ciudades.

Un hecho relevante para Quintana fue el marco de discusiones que precedió a la Ley de Política Habitacional, cuyo proyecto fue introducido en 1986 y posteriormente debatido en la búsqueda de un acuerdo entre los sectores ejecutivo, político, empresarial y obrero involucrados en el asunto, siendo aprobado en el año 89, cuando se crea Conavi adscrito a Mindur.

“En 1989 se desarrolla también el Sistema Nacional de Asistencia Técnica, instrumento que facilita la autogestión de la población para la producción de vivienda, apoyando a las familias en diferentes aspectos como el de construcción, financiero, legal y organizacional”.

En este evento, celebrado el 29 de junio, también se dieron cita los profesores Alfredo Cilento y Josefina Baldó, quienes expusieron su visión sobre la materia y compartieron su experiencia en el desarrollo de las políticas habitacionales en Venezuela.

El seminario estuvo moderado por el profesor David Gouverneur y es una iniciativa de Roberto Rodríguez, jefe de la División de Ciencias Sociales y Mariela Rivas y Claudia Jiménez, ambas profesoras del Departamento de Planificación Urbana.

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