“El gobierno no sabe cómo afrontar el problema de inseguridad”

Soraya Villarreal / Departamento de Información y Medios USB.-

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Luis Buttó, profesor del departamento de Ciencias Sociales.

Luis Buttó, profesor del departamento de Ciencias Sociales, investigador e historiador, revela la realidad que viven los venezolanos frente a la inseguridad, mediante una conferencia ofrecida en las charlas sobre la Seguridad en Venezuela, como parte de la programación de la V Semana Latinoamericana y Caribeña en la Simón, evento organizado por el Instituto de Altos Estudios de América Latina, adscrito a la Fundación de Investigación y Desarrollo de la Universidad Simón Bolívar  

“Los fanáticos de los Tiburones de La Guaira están orgullosos de seguir al mejor equipo de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. Se llaman a sí mismos ‘la mejor fanaticada del mejor conjunto de pelota’, sin embargo, reconocen que un encuentro donde participen los escualos no llena el Estadio Universitario,  el único juego que llena las 25 mil sillas de ese recinto es una final Caracas-Magallanes, pues la eterna rivalidad convoca a fanáticos de uno y otro equipo. Son 25 mil espectadores que enaltecen a sus jugadores, misma cantidad de personas que no sobrevivieron a la inseguridad del país el año pasado, pues fueron víctimas de la violencia que azota las calles de Venezuela como parte de la tragedia infinita que agota a cada venezolano”.

Con esta analogía comenzó su conferencia Luis Alberto Buttó, profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la USB y experto en relaciones civiles y militares, para dar una idea de las dimensiones que ha tomado el problema de la inseguridad “en una nación atrasada, pobre y miserable”, y que conlleva a que dentro de 50 años, esa nación siga siendo “atrasada, pobre y miserable”.

Las referencias de la pérdida que tiene el país cada vez que muere un venezolano, en su mayoría hombres de entre 15 y 45 años de edad, en pleno período de productividad, las relacionó el profesor con el Producto Interno Bruto de Venezuela, que el año pasado fue de 438 mil millones de dólares (uno de los más altos del mundo) y cuya pérdida es de 65 mil millones de dólares en capacidad de producción debido a las muertes ocurridas.

Las 25 mil personas asesinadas el año pasado eran económicamente activas, con mayores capacidades para producir, formaban parte de lo que el Fondo de Población de las Naciones Unidas denomina el Bono Demográfico, que supone que durante las próximas cuatro décadas la mayor parte de la población venezolana estará conformada por jóvenes en edades comprendidas entre los 15 y 45 años.

Buttó asegura que Venezuela asesina ese Bono Demográfico, pues con la pérdida de esas vidas se disipó 15% del PIB de 2013, 65 mil millones de dólares, que son el PIB de Nicaragua, Cuba, Honduras y El Salvador juntos.

Otra tragedia asociada a la inseguridad es que, como no toda la gente víctima de violencia muere en el hecho, queda herida y permanece en tratamiento, cuyos costos suponen otro 15% del PIB, lo que sumado al anterior da un total de 30% del PIB perdido por causa de la inseguridad. “Son 130 mil millones de dólares por las víctimas de la violencia”, dijo el profesor.

Buttó explicó que estos indicadores muestran la parte que se registra en hechos violentos, pero existe la llamada franja gris que no mide los daños que sufre la población por cautividad, en el caso de los secuestros, y no se contabiliza, ya que 85% de los secuestros no se denuncian, sino que se negocian, así como tampoco se registra 80% de los hurtos, ni 70% de los robos.

Según el investigador, se registran 180 hurtos al año por cada cien mil habitantes y 220 robos por la misma cantidad de habitantes. Asimismo, a partir de 2007, como política de Estado, en el país no se contabilizan las muertes cuyas razones no están claras, lo que supone otra franja gris de la que el país no tiene conocimiento.

Desde 2004, dijo, no hay familia que no haya sido víctima de violencia, directa o indirectamente, lo que se traduce en estrés, terror, enfermedades mentales y orgánicas, factores que tampoco se cuentan en el impacto económico como producto de la delincuencia.

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Según el profesor, se registran 180 hurtos al año por cada cien mil habitantes.

Cerebros en fuga

Con la frase “estampida de cerebros” definió Luis Alberto Buttó la cifra de 1 millón 600 mil venezolanos que se han ido del país en los últimos años, lo que genera un enorme costo en la población que no está medido. La mayoría de esos emigrantes son profesionales, en los que el Estado ha hecho una gran inversión para formarlos, reconoció.

Pero lo más triste , asomó el profesor, es que la posibilidad de mejorar y salir del atraso económico, con niveles vergonzosos en cuanto a calidad de vida, no tiene sustento. “No hay manera de que Venezuela rompa el atraso por más operativos que diseñe y realice el gobierno”.

El investigador refirió que el gobierno, a través de los organismos de seguridad, debe trabajar en tres líneas estratégicas: reducción de los índices de criminalidad, aumento y mejora de la convivencia ciudadana e incremento del capital social de la población a través de la educación. Sin embargo, reconoce que los últimos dos aspectos son difíciles de alcanzar actualmente con la polarización política y la situación económica que tiene el país.

Con respecto a la reducción de los índices de criminalidad, explicó que se debe trabajar en la prevención del delito mediante el patrullaje disuasivo y la acción policial efectiva (eficiente, eficaz y de calidad), pero que en Venezuela se requieren 150 mil policías y actualmente sólo hay 70 mil, debido a lo poco atractivo de los sueldos e ínfima seguridad social para los efectivos.

Para que exista seguridad personal, dijo Buttó, los policías deben trabajar sin que se note. “En los barrios ocurre 70% de los casos de homicidio, y ningún vecino se atreve a denunciar la presencia y acción de los azotes de barrio, porque no tienen protección de ninguna clase, y no se puede hacer inteligencia policial por el terror que ya está sembrado en la población”. “Estamos frente a un Estado fallido, con una población desprotegida que no puede participar en la disminución del delito”.

La desproporción de las capacidades de los cuerpos de seguridad versus la delincuencia armada es una realidad palpable; existen 6 millones de armas ilegales en la calle, y 350 mil oficiales armados de todos los cuerpos, tanto policiales como militares. “La táctica del desarme es que debe ser de forma voluntaria, pero las organizaciones paraestatales que controlan vastas zonas del territorio nacional no lo permiten”.

Para afrontar el problema de la inseguridad se debe atacar las causas, hacer investigación, represión y castigo, concluyó, pero en Venezuela 90% de los homicidios queda impune.

El gobierno no entiende el problema de la inseguridad y no cree que se resuelva con represión (la represión opera sólo en el ámbito político de oposición), y lo conceptualiza como un problema estructural mundial que no puede resolver. “El Estado entiende que la inseguridad es resultado de la pobreza, producto del capitalismo, por eso nunca se va a resolver, y si el Estado no entiende el problema de la delincuencia, el país está condenado a muerte”.

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Un comentario

  1. Entonces, ¿que hacemos? ¿nos acostumbramos a vivir en este estado fallido? o asumimos los cambios que se necesitan hacer y el reto que se nos presenta a nosotros como juventud venezolana en este siglo XXI.

    Cada quien debe responderse esa pregunta y actuar partiendo de ella.

    Recordemos la situación de extrema violencia que nuestro país vecino y hermano Colombia vivía hasta hace unos pocos años, ejemplo el cambio de la cara Medellín con el trabajo llevado desde el cambio del “gobierno” y la forma de hacer política Alcalde Sergio Fajardo.

    Medellín “Del miedo a la Esperanza”
    https://www.youtube.com/watch?v=YBaVbSE5uXg
    A partir del minuto 5, recomiendo esta conferencia altamente y el libro que salió de esa experiencia.

    Por cierto, excelente intervención Prof. Buttó.

    “Mientras tenga un pie en Venezuela, será un pie firme de lucha” U.R.

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