Universidades están asumiendo la tarea de mejorar el nivel de los bachilleres

Representantes de varias universidades públicas y privadas presentaron en la sexta edición del Encuentro de Saberes, celebrada en la USB, sus experiencias en materia de cursos de nivelación para los bachilleres que aspiran ingresar a la educación superior coincidiendo en un punto central: el bajo nivel de preparación que presentan los estudiantes de la educación media del país.

La dramática situación, señalaron varios ponentes, no sólo ha llevado a las universidades a diseñar estos programas de reforzamiento escolar, sino además en algunos casos, a bajar los niveles de exigencias de estos cursos para evitar la deserción de los jóvenes.

La USB, a través de su Programa de Igualdad de Oportunidades ha desarrollado estudios pioneros sobre los mayores problemas que afectan a los estudiantes de liceos, a fin de promover actividades que apunten a la solución de los problemas.

Independientemente del nivel de desarrollo de las iniciativas expuestas y su trayectoria, todas concluyeron que dichos cursos constituyen hoy en día una tabla de garantía para la mayoría de los jóvenes que aspiran estudiar en las universidades.

Nuevas y viejas experiencias

Cada uno de los representantes de las universidades que participaron en este encuentro compartió sus avances y las características más resaltantes de sus programas de iniciación.
Por ejemplo, la Universidad Marítima del Caribe expuso su proyecto Velero de Preparación con el cual pretende favorecer la participación protagónica en la formación en competencias de los jóvenes. Debido a su alta demanda y las limitaciones físicas de la institución casi todas sus materias se cursan de manera virtual.

“Inicialmente, el programa estaba recargado, así que hemos tenido que simplificarlo apuntando hacia las debilidades de los estudiantes, por lo cual, a partir de 2008 se atienden las áreas de informática básica, formación integral universitaria, lógica y numérica”, explicó la coordinadora académica, Silvia Milles.

A diferencia de la Marítima del Caribe con apenas cuatro años de haber iniciado el Velero de Preparación, el curso de la Universidad Metropolitana está cumpliendo 40 años a lo largo de los cuales se han formulado varios cambios.

“El curso de preparación brinda espacio y condiciones para explorar en los estudiantes las destrezas que poseen y orientarlos. Está conformado por tres módulos: matemáticas, lenguaje y procesos de elección vocacional”, mencionó la profesora Rosana París de la Unimet.

Entre los desafíos, adelantó que este año ha comenzado una nueva reforma que busca preparar al alumno para la educación permanente y reformar los lapsos de estudios de semestres a trimestres.

Más iniciativas
Otra universidad presente en las discusiones fue la Universidad Católica Andrés Bello. Por ella habló María Alejandra Barreto, quien informó que sólo tienen dos años trabajando en los cursos de iniciación universitaria. Mediante ellos, explicó, “se brindan una segunda oportunidad de ingreso a los estudiantes que no alcanzaron el promedio necesario para ingresar a una carrera específica”.

De acuerdo a su exposición, la evaluación es continua y abarca módulos de razonamiento lógico y matemático, habilidad lingüística y autogestión académica. “Evaluamos el curso con encuestas de opinión a los estudiantes y análisis psicométricos, y nos proponemos consolidar el seguimiento académico de los estudiantes que realicen dichos cursos”.

Por la USB, intervino Evelyn Abdalá para presentar el Programa de Igualdad de Oportunidades y Zaida Reverón para conversar sobre el Ciclo de Iniciación Universitaria. Abdalá mencionó los inicios del PIO en 1997 cuando se detectó que sólo un número muy bajo de estudiantes del sector oficial aprobaron el examen de admisión y se decidió fijar la misión de nivelar las condiciones académicas y psicoafectivas de los jóvenes que deseaban ingresar a la educación superior. Sin embargo, los beneficios del programa no se concentran sólo en los estudiantes de la educación media y diversificada, sino también se extiende a los profesores, ya que el PIO, desde su nacimiento, contribuye a mediano y largo plazo con la formación de los profesores.

De hecho, se entrena de forma permanente a los profesores de las instituciones oficiales participantes en el PIO en las áreas de Matemáticas, Habilidad Verbal, Orientación y Computación, y gracias a su acción, actualmente la USB cuenta con una Licenciatura Docente en Matemática desde 2002 y una especialización en Didáctica de la Matemática en Educación Media desde 2004 y aspira abrir muy pronto la especialización en Enseñanza del Español como Lengua Materna.

Entre otros logros, Abdalá destacó el ingreso de 700 bachilleres en la USB y un total de de 374 jóvenes que ya egresaron de la universidad, de los cuales, 333 cursaron carreras cortas y 41 carreras largas. El PIO ha entrenado además a 150 universitarios como tutores académicos, ha formado a 1.800 padres de alumnos participantes y les ha dictado a más de 10.000 jóvenes sus charlas. Actualmente, trabaja en 108 unidades educativas públicas.

El programa bandera de la Universidad Central de Venezuela, Samuel Robinson, ya con trece años de trayectoria también mostró varias estadísticas. Según Mery González, alrededor de 60 mil estudiantes recibieron información del programa, 29 mil aplicaron la prueba diagnóstico, 2.500 fueron seleccionados y 1.994 recibieron la inducción. De ellos, afirmó, 1.049 ingresaron a sus carreras. En estos momentos 167 jóvenes cursan el programa.

Estudios pioneros
Varios resultados ha obtenido el PIO de la USB tras sus estudios sobre las limitaciones que presentan los liceos del sector oficial. Algunos de ellos han orientado las actividades de este programa hacia otras áreas como la de educación sexual ante el grave problema del embarazo precoz presente en esta población adolescente.

Otras limitaciones se refieren a la ausencia de tecnología, la exoneración de asignaturas por falta de profesores, la ausencia de orientadores, el deterioro en la planta física y la violencia estudiantil. Este último catalogado como uno de los problemas más complejos de mayor impacto negativo en la educación.

Entre anécdotas
Durante la instalación del evento, el rector Enrique Planchart aprovechó la ocasión para hacer un recorrido por la historia de la educación en el país e identificar algunas de las causas que han generado la actual situación. Recordó que, antes, quienes deseaban terminar su bachillerato debían viajar a Caracas para culminarlo en uno de los pocos liceos que existía en aquella época, pues en el interior del país no había posibilidad de hacerlo. Posteriormente, cuando comienza la democracia en el país, comenta que se declara prioritaria la educación y se crean numerosas escuelas y liceos en todas las regiones del país. “Lamentablemente dicha política no estuvo acompañada de una visión que promoviera la formación de profesores y mientras se perdía la calidad de la educación masificada, tampoco se les dio a los educadores el estatus social que merecían y que aún en estos días se merecen”, dijo.

“Hemos visto como egresados de liceos públicos o privados son incapaces de dividir con decimales y de hablar un idioma que se parezca al castellano, y las universidades han tenido que crear programas para mejorar el nivel de los bachilleres para lograr que egresen, pero los dirigentes de la educación no entienden esto, no entienden que hay que ofrecerles alternativas a los estudiantes, programas que les den la posibilidad de crecer intelectualmente y emocionalmente para convertirse en ciudadanos”.

Para los jóvenes, afirmó, son vitales estos programas, porque “no podemos abandonar a nuestra juventud y el drama es que estamos construyendo un país sin futuro. Son muy pocos los que egresan con la idea de producir cambios”.

El decano de extensión, Oscar González, también hizo referencias personales para ilustrar la situación que vivieron los venezolanos de otra época que contaban con escasas opciones para educarse en el país. De hecho, “antes era más económico viajar y estudiar en España que vivir y estudiar en Caracas”, contó, a través de la experiencia vivida por su padre, a quien le resultó más viable y accesible viajar y estudiar medicina en España que cursar su carrera en la capital venezolana.

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