Los mártires de los salarios justos

Aunque el Gobierno ordenó un aumento de 40% para los sueldos de los profesores universitarios, la lucha por el reconocimiento de las normas de homologación continúa

Andrea Small Cardona / El Nacional.-

La lucha por reivindicaciones laborales y salarios justos para los profesores siempre ha sido una constante en la agenda universitaria nacional.

Los sueldos de los educadores de tercer nivel se rigen por un código llamado Normas de Homologación que estipula un ajuste acorde con la inflación anual. Este acuerdo legal sustituye a cualquier contrato colectivo y debe ser revisado cada dos años, según la ley.

La última vez que se revisó de manera oficial la tabla de salarios fue en 2007. Desde entonces, y según los cálculos realizados por los gremios docentes universitarios sobre la base de los datos del Banco Central de Venezuela, la inflación acumulada en el país es de 125%.

Después de 3 años de solicitar que se aplicaran las normas de homologación, innumerables marchas, paros escalonados y una huelga de hambre en febrero de este año a la que se unieron profesores de varias casas de estudio, el Gobierno nacional ofreció una respuesta: todos los trabajadores universitarios, incluyendo el cuerpo docente, recibirían a partir del 1° de mayo de este año, un aumento de 40% en sueldos y salarios.

La noticia no fue recibida con satisfacción por los educadores. De hecho, lejos de celebrarlo, el anuncio desató una ola de protestas no violentas de los profesionales, quienes aseguran que el aumento es mucho menor del que esperaban.

Durante la celebración de un Consejo Nacional de Universidades en las instalaciones de la Universidad de Nacional Experimental de la Fuerza Armada, que se realizó el pasado 28 de abril, un grupo de docentes y de representantes gremiales de varias partes del país se presentó en el lugar para aprovechar la cobertura que los medios realizaban y expresar su malestar.

“Nos habría gustado venir hasta aquí para decir que nos sentimos satisfechos con la medida, pero lamentablemente no es así porque después de 2 devaluaciones del bolívar, 4 años sin ajuste salarial y una inflación anual que está cerca de 30%, se nos aplica este aumento que nos queda corto”, dijo Luis Loaiza Rincón, quien es presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad de los Andes.

“Es un problema que ha estado aquí toda la vida, desde que la universidad existe. Pero creemos que ahora se ha agravado todavía más. El Gobierno actual tiene una política que se basa en destruir a la academia y la asfixia presupuestaria es parte de ese plan”, dice Laura Luciani Toro, profesora de la Universidad de los Andes.

Rafael Álvarez, presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar, secunda la idea y pidió al Gobierno respetar las conclusiones de las mesas de diálogo instaladas por el gremio.

Pero para lograr las reivindicaciones que consideran justas, un grupo de ellos promueve acciones que los colocan en el ojo del huracán, arriesgando su seguridad personal e incluso la vida misma.

Marisol Aguilera / Universidad Simón Bolívar

Egresada de la escuela de Biología de la Universidad Central de Venezuela y actual presidenta de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia, Marisol Aguilera perteneció durante casi una década a la junta directiva de la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar, donde ha desarrollado gran parte de su carrera científica. Allí invirtió energías en alcanzar beneficios justos para el cuerpo de profesores: “Eran tiempos menos difíciles que los actuales.

Ahora participo activamente en la misma batalla, pero desde otra dimensión: el derecho a investigar, a producir conocimientos.

Eso va de la mano con la lucha por obtener salarios justos, porque al final, eso también redunda en mayores condiciones de libertad y de contribuciones tangibles que podemos hacer para lograr el desarrollo de la sociedad”.

Laura Luciani Toro / Universidad de Los Andes

Ex decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de los Andes y docente activa en la misma facultad, Laura Luciani Toro fue la primera mujer en unirse a la huelga de hambre que se llevó a cabo en febrero de este año frente a la sede del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en Caracas. “Siempre he estado en todas las actividades que defienden nuestros beneficios.

Nuestros salarios se rigen por las normas de homologación, que no son realmente un aumento, sino un ajuste de acuerdo a la inflación.

Tenemos sueldos que se pulverizan frente a la realidad del país”. Señaló que seguirá incorporándose a las actividades que emprenda su gremio para hacer cumplir las leyes: “En la ULA hemos realizado marchas, vigilias, paros escalonados y clases al aire libre. No descansaremos hasta que se nos haga justicia”.

José Guerra / Universidad Central de Venezuela

Egresado y actual director de la escuela de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela, José Guerra, ha participado activamente durante muchos años en el debate de salarios y beneficios dignos para el personal docente universitario.

Recientemente dictó clases abiertas en la entrada de Plaza Venezuela de la UCV, para explicarle a los educadores cómo la inflación incidía negativamente en el aumento de 40% decretado recientemente por el Ejecutivo. “Es importante mantenerse en la protesta activa. Este Gobierno utiliza la inflación como una excusa para no pagar los compromisos adquiridos. Es necesario que los trabajadores comprendan por qué no deben conformarse con lo que están ofreciendo y por qué debemos unirnos para exigir una revisión. Todo se traduce en menor calidad de vida”.

Robert Rodríguez y José Silvio Torres / Universidad Pedagógica Libertador

Desde sus inicios como estudiantes en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Robert Rodríguez y José Silvio Torres apoyaron las luchas que por reivindicaciones salariales mantenían sus profesores. “Es un asunto de solidaridad y conciencia”, dice Torres, egresado de Educación, mención Matemáticas.

Ambos participaron de la huelga de hambre organizada a las puertas del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, por estudiantes universitarios en febrero pasado, por salarios y beneficios dignos para el profesorado. “Nos mantuvimos nueve días en la protesta. Es lamentable que gente tan comprometida con este país tenga que llegar tan lejos para que le reconozcan lo mínimo indispensable para vivir con dignidad”, expresó Rodríguez. Ambos se desempeñan como dirigentes sindicales de la UPEL.

El Nacional, 30 de mayo de 2011, Ciudadanos / 1

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