Comenzó Festival Juvenil de la Ciencia en la USB

Lisbeth Bernal / Departamento de Información y Medios USB.-

Proyectos de investigación de distintas áreas de las ciencias realizados por estudiantes de educación secundaria fueron expuestos hoy por sus propios autores, durante la inauguración del Festival Juvenil de la Ciencia, etapa regional, cuya sede este año, es la Universidad Simón Bolívar.

Este festival, previsto para los días 21, 22 y 23 de junio, es un programa creado en 1968 por la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia, que consiste en un conjunto de actividades orientadas a estimular el interés por la ciencia y la tecnología y a desarrollar las aptitudes asociadas con la búsqueda del conocimiento.

Participan en el evento los trabajos seleccionados en las diferentes ferias escolares, festivales locales y encuentros regionales de ciencia realizados en los estados Vargas, Miranda y en el Distrito Capital.

Según las reglas, los ganadores representarán al Capítulo Caracas de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia, en el XLIII Festival Nacional, el cual se llevara a cabo en La Grita, estado Táchira, del 17 al 21 de julio.

Aunque este programa está dirigido a los estudiantes de educación secundaria, también participan estudiantes de educación primaria e inicial, quienes tendrán la oportunidad de mostrar sus trabajos el 22 y 23 de junio. Días durante los cuales también se realizarán laboratorios de demostración en física y química, además de una obra de teatro que tratará el asunto del embarazo precoz.

Inauguración

En la apertura del evento participaron la presidenta de Asovac, Marisol Aguilera, la secretaria general de Asovac, Yajaira Freites y la coordinadora de Educación Permanente del Decanato de Extensión de la USB, Violeta Urbina, quienes se mostraron muy satisfechas por la respuesta de los estudiantes a esta convocatoria que involucra al mismo tiempo a la ciencia y a los jóvenes.

La clase inaugural estuvo a cargo del profesor de la USB, Jorge Mostany, destacado investigador del campo de la química. En su intervención, desarrolló el concepto de ciencia asociándolo a la cultura de la duda, tal como lo planteó Richard Feynman, premio nobel de la física.

“La vida del científico no es fácil porque vive asediado por la duda”, aseguró Mostany, destacando la importancia de practicar el simple ejercicio de cuestionar, pues producto de ese cuestionamiento han surgido cambios paradigmáticos en todas las áreas de las ciencias.

Mostany aprovechó la ocasión para aclarar las diferencias entre la ciencia básica y la aplicada, llegando a concluir que ambos son fundamentales para el desarrollo de una nación. “Lo importante es hacer ‘ciencia buena`, que es aquella que aprueba la revisión del sistema de pares en cualquier lugar del mundo. Sólo esos países que se preocupan por hacer ‘ciencia buena’ exhiben cifras de desarrollo importantes”, dijo.

No obstante, señaló Mostany que para poder hacer ciencia, hace falta libertad. “La ciencia descansa sobre el pensamiento crítico y libre, esencial en un mundo democrático”.

Proyectos 2011

Numerosos estudiantes ataviados con sus uniformes escolares mostraron sus proyectos. De acuerdo a la naturaleza de los trabajos, algunos efectuaron experimentos, mientras otros explicaban mediante afiches sus propuestas.

Edinson Tinoco, estudiante del Complejo Educativo Andrés Eloy Blanco, creó una maqueta para demostrar la importancia del Fluviómetro, “un instrumento utilizado para medir la fluidez del agua a través de una escala en una superficie determinada”. Su idea, explicó que surgió con el objetivo de disminuir los riesgos de accidentes en los planteles educativos ubicados en zonas propensas a inundaciones. Enfatizó que los entes del Estado deben llevar a cabo procesos de capacitación para preparar a la población sobre qué hacer en caso de inundación. Esta política, aunada a la puesta en marcha de criterios unificados respecto a las alarmas y vías de escape, le añadiría mayor efectividad al Fluviómetro, afirmó.

Otro proyecto fue expuesto por seis estudiantes de la Unidad Educativa Estadal El Jarillo, quienes presentaron el Aerosembrador. Héctor Breindembach, Deisy Higle, Wilson Rondón, María Oropeza, Nuribel Rodríguez y William Gavidia, construyeron una máquina que permite sembrar unas 200 semillas de plantas en menos de cinco minutos; un agricultor aplicando métodos convencionales tarda alrededor de medio día. Entre los materiales utilizados están una aspiradora, bandejas de almacigo, hisopos, un motor de lijadora, resortes, silicón, goma espuma, tubos y suiches.

En otra área de las ciencias se destacaron los estudiantes del Colegio Emil Friedman al desarrollar  un prototipo de mano biomecánica. Ellos fueron Alberto Jesús Gil Díaz, Gustavo Andrés Méndez Hernández y Andrés Alejandro Ortiz Celeste. El prototipo, indicaron, simula movimientos simples que podrían beneficiar a la industria al poder realizar tareas con equipos pesados que ninguna mano humana podría llevar a cabo. Entre otras aplicaciones, mencionaron sus ventajas en el campo de la medicina para el desarrollo de prótesis. Para construir el prototipo, los jóvenes emplearon pitillos que imitaban los túneles carpianos, cuerdas de nylon que simulaban los tendones, así como cartón y barras de silicón, que ayudaron en la creación del sistema esquelético y muscular.

Una creación inspirada en la cultura del reciclaje la idearon Silena Ayala, Moisés Sifontes y Maricelis Mata, estudiantes de Educatuy y del Centro de Ciencias, Tecnología y Educación Ambiental Dr. Jacinto Convit. Los jóvenes decidieron construir un pequeño ascensor para trasladar material de reciclaje en la institución, utilizando para ello, materiales reciclados.

Otras iniciativas consistieron en producir fuego de diferentes colores como vía de ensayo para detectar ciertos elementos en mezclas y compuestos, la construcción de un prec amplificador de sonido a través de una pila de 9 voltios, la creación de un tablero de prueba para explicar el funcionamiento de los circuitos eléctricos utilizando materiales conductores y aislantes, la determinación de la huella de carbono que producen los integrantes de la comunidad del Idea, entre otros trabajos.

Fotografías: Alfredo Terán

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