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“El mejor accidente es el que no sucede”

Lisbeth Bernal
Departamento de Información y Medios USB
Con la participación de invitados internacionales y la intervención del rector Benjamín Scharifker, hoy comenzó en los auditorios de la USB, la quinta edición del Congreso de Gerencia y Tecnología Automotriz organizado por las agrupaciones estudiantiles Fórmula SAE y Mini Baja SAE.

Camilo Jiménez representante de Renault Colombia, inició el bloque de exposición previstas para el primer día del evento hablando en torno a la actualización en seguridad. Principalmente enumeró los factores que influyen en los accidentes de tránsitos y explicó las tendencias para combatirlos.

Jiménez aseguró de acuerdo a estudios de la industria automotriz que la fatiga, el estrés, el alcohol y las drogas son las causas más frecuentes por las cuales suceden accidentes automovilísticos.

Los trabajos más recientes de la industria automovilística orientados a eliminar la fatiga y disminuir el estrés, señaló son desarrollos de la ergonomía. El control de los vidrios eléctricos, la bomba para ajustar la silla del conductor, el comando satelital en radio son solo algunos productos de esta tendencia que persigue que el auto se adapte a la morfología del conductor, explicó Jiménez.

Otro avance en seguridad consiste en la presentación de la información en forma clara y sencilla, aprovechando al máximo los espacios, por ejemplo dijo que hoy en día los autos tienden a presentar los datos de forma más visual empleando códigos de colores y utilizando los espacios internos del velocímetro o tacómetro y los vehículo más modernos, ya están introduciendo pantallas alfa numéricas de cristal líquido.

La creación de sistemas inteligentes como los sensores de luces que controlan la iluminación interna, así como la incorporación de una tercera luz en los faros delanteros que solo se prende cuando el auto está girando en una curva, también forman parte de esta serie de actualizaciones expuestas por Jiménez a favor de una mayor seguridad.

No obstante, con respecto al factor alcohol y drogas, expresó que lo único que se puede hacer es educar puesto que todavía no se ha generado tecnología que le permita al auto reconocer cuando el piloto no debe manejar.

“Esto es un problema mundial, durante el primer trimestre de este año en Venezuela se han registrado 24.321 accidentes de tránsito de los cuales 652 presentaron víctimas fatales y 20 por ciento del total, se determinó que ocurrieron bajo la influencia del alcohol”.

Con las drogas y algunos medicamentos, comentó que los riesgos se multiplican. Específicamente con la marihuana se altera la percepción de la vista y se produce una pérdida de la memoria inmediata, con la cocaína se obtienen una sensación de omnipotencia física e intelectual, con la heroína hay efectos secundarios como parálisis, vértigo y vómito, con el éxtasis se incita a un comportamiento errático y con los analgésicos, se sufre de somnolencia.

Por la fatiga del conductor se genera el 30 por ciento de colisiones y la mayoría ocurre en ciertos horarios, de 1 a 4 de la tarde y de 12 de la noche a 6 de la mañana. Lo recomendado por Jiménez cuando estamos fatigados, es revisar continuamente los instrumentos del tablero, nunca fijar la mirada en un solo punto y estar atentos a los períodos de riesgo antes mencionados.

Según las estadísticas de Jiménez, se encontró que los errores más frecuentes del conductor poseen los siguientes porcentajes: mala percepción del peligro 50 %, valoración incorrecta de la situación 15 %, interpretación imprecisa del problema 8%, Malas decisiones 10% y actuación inadecuada en situación de riesgo 17%.

En el Laboratorio de Biomecánica y Accidentología de la Renault, además de tomar en cuenta la fatiga y el estrés a la hora de crear nuevos sistemas, se estudia fundamentalmente el comportamiento humano. Dos casos que ejemplifican los beneficios de analizar la conducta del piloto en situación de riesgo, son el sistema de asistencia al frenado de emergencia que mide la velocidad con que se oprime el pedal de freno para en caso de alto riesgo, frenar automáticamente y el sistema ABS que incluye sensores en el volante y un péndulo electrónico que bloquea las ruedas para que la trayectoria coincida con la dirección del volante.

Ambos ejemplos tienen que ver con las reacciones de las personas, ya que por lo general en momentos de pánico no frenan lo suficiente para evitar choques y no manipulan la dirección de acuerdo a la velocidad que exige un cambio en la ruta, aclara el conferencista invitado.

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