Especialistas en tendencias electorales evalúan el escenario venezolano

Ángel Álvarez: “En casi todos los países de América Latina existe un mercado potencial que oscila entre 40 y 80 % dispuesto a interpretar la situación de pobreza como una perversión intencional de las élites”.

Hay señales de renovación política en el país

Lisbeth Bernal / Departamento de Información y Medios USB

Como parte del XI Simposio de Ciencia Política que se desarrolla en la USB, cuatro destacados especialistas en materia de tendencias electorales analizaron en la tarde de ayer, el comportamiento de los venezolanos destacando significativos cambios que indican el rumbo que podría tomar el país para las próximas elecciones presidenciales.

Para Ángel Álvarez, conocido analista de la Consultora AKSA, “tratar de hacer política fuera de los márgenes de la polarización es un error”, ya que el mayor porcentaje de votantes de las dos tendencias políticas que dividen al país no se encuentra superpuesto sino al contrario, se concentra en ambos polos del eje electoral.

En ese sentido, quienes apuesten a los discursos moderados posiblemente no salgan favorecidos en los próximos comicios.

Esto lo ilustró Álvarez con gráficos de estadísticas que revelaban una actual desubicación del discurso formal ideológico de las élites partidistas con respecto al posicionamiento asumido por sus respectivos seguidores. “Hay una distancia entre los chavistas y el discurso del gobierno, mientras los votantes de la oposición están más radicalizados y el discurso de sus líderes más moderado, lo que los debilita”.

Según los estudios realizados, Álvarez asegura que el “debate sobre prioridades entre la igualdad y la libertad es el basamento que nutre la polarización extrema existente en Venezuela”.

Tal situación, señala, abre una tendencia a la confluencia lo que provee una mayor área de acción a las dos propuestas electorales presentes, hecho que no ocurre en el resto de los países de América Latina cuyos votantes se ubican en el mismo cuadrante de la ecuación electoral, independientemente de su orientación ideológica.

No obstante, los latinoamericanos sí coinciden con las razones por las cuales la izquierda llega al poder e irrumpe en el sistema existente. Entre ellas mencionó el agotamiento de la oferta de bienestar como parte asociada al modelo democrático, débiles respuestas efectivas dirigidas a disminuir la pobreza y las desigualdades sociales, demostración de privilegios e irregularidades en las oportunidades, corrupción e impunidad de las élites del poder, indiferencia ideológica y programática de la oferta y bloqueo de nuevos liderazgos.

Nuevos códigos

En esta cita Germán Campos, de Consultores 30-11, realizó una reflexión conceptual acerca de la tendencia electoral del país, que en su opinión será definida por el surgimiento de tres grandes grupos que dividen a los votantes por su ideología, actitud, y gestión. De ellos, destacó al primer grupo mencionado, pues ahora existe un gran porcentaje de venezolanos que votan por su ideología sin tomar en cuenta la evaluación de la gestión gubernamental.

Germán Campos: “A partir del 98, comienzan a configurarse códigos y actitudes nuevas en el comportamiento electoral”.

Sin embargo, explicó que “en estos últimos 12 años se ha podido ver que estos tres grupos se han mezclado de distintas maneras, en respuesta a un proceso de repolitización que no es gratuito”.

Dicho proceso, explicó, nació a partir del año 98 cuando los votantes eligen a un presidente con un objetivo diferente a la acción de gobernar, focalizado en cambiar al país.

Campos identificó cuatro puntos de inflexión en los últimos años que, a su juicio, provocan la composición actual de tendencias. El primero fue el “Viernes Negro”. Que ocurrió el 18 de febrero de 1983 fracturando la economía del país, y la forma de percibir la vida de los venezolanos. El segundo fue el “Caracazo”, hecho que sucedió en 1989 alterando la dimensión social respecto a la política. El tercero lo conforman dos sucesos de 1992, el 4 de febrero y 27 de noviembre, los cuales ocasionan la ruptura político militar. El cuarto concluyó, fue la elección de Rafael Caldera como Presidente de la República en 1993, hecho que generó la ruptura político partidista, es decir, la bipolaridad dominada por los partidos AD y Copei.

Entre el optimismo y el pesimismo

Según Luis Christiansen, los bajos puntos de popularidad de Chávez, sus problemas de salud y el liderazgo emergente, constituyen factores positivos para el surgimiento de alternativas políticas.

En este evento, también intervino Luis Christiansen de Consultores 21, quien considera que “pareciera que vamos a una elección polarizada, lo que pierde uno lo capitaliza el otro, aunque en este momento se observa un liderazgo político joven que incluso supera los niveles de popularidad del Presidente Hugo Chávez. Situación que no se vivió en 2006, cuando sólo había una conclusión posible”.

Según esas cifras que miden el nivel de agrado, hoy Enrique Capriles y Leopoldo López se ubican por encima de Hugo Chávez, a quien le siguen también de cerca otros líderes, lo que sin duda, dijo, es señal de renovación política en el país.

Christiansen al hablar de la dinámica de relación de los actores sociales, la capacitación en los temas económicos y sociales, y la dinámica del optimismo-pesimismo, indicó  estrategias que podrían definir los resultados electorales.

Por ejemplo, opinó que si las discusiones políticas se centran en la culpa y no en la gestión, podrían salir favorecido el gobierno. Si los discursos giran en torno al desempleo y el costo de la vida, el juego es positivo para la oposición.

A Chávez lo ha favorecido su actitud moderada en tiempos electorales, su mensaje ideológico y en ocasiones, económico - utilitario, entre otros factores, dijo José Antonio Gil Yépez de Datanálisis.

La radicalización no es la opción

Según los análisis efectuados por José Antonio Gil Yépez de Datanálisis, la radicalización le resta votos al Presidente de la República. La evaluación expuesta se basó en varios factores cuya combinación explica el éxito o fracaso electoral.

El objetivo, la estrategia y el mensaje, el liderazgo, la identificación partidista, la relación entre la evaluación de la gestión presidencial y la liquidez real, son algunos de esos factores que, según Gil Yépez, al identificarse le han otorgado mejores oportunidades a la oposición para consolidarse sin que hayan sido aprovechados.

Un ejemplo de ese escenario favorable para este sector ocurrió en el año 2004, cuando se llevó a cabo el referendo revocatorio presidencial, proceso que se inició con una elevada tendencia hacia el sí, que luego sufrió un viraje de 48 puntos porcentuales que finalmente le otorgó la victoria a la opción del no.

Este Foro titulado Tendencias de opinión pública, perspectivas políticas y electorales hacia 2012, fue moderado por el profesor Daniel Varnagy, jefe del Departamento de Ciencias Económicas y Administrativas de la USB.

En el evento, la coordinadora del Postgrado en Ciencia Política, Pascualina Curcio, recibió una orquídea en reconocimiento por su meritoria labor en la organización del simposio, que cuenta además con el apoyo del Instituto de Altos Estudios de América Latina de la USB, los Departamentos de Ciencias Sociales y Ciencias Económicas y Administrativa, además de la colaboración de las Universidades Central de Venezuela, del Zulia, Carabobo, Los Andes y Metropolitana.

Fotografías: Estrella Salazar

 

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