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IGLU-Caribe arribó a su décimo cumpleaños

Lisbeth Bernal
Departamento de Información y Medios USB

Entre amigos, colegas, colaboradores y egresados se celebró el décimo año de vida del Centro IGLU-Caribe, creado por la Organización Universitaria Interamericana (OUI) como parte del programa de Gestión y Liderazgo Universitario en la región del Caribe, con el propósito de dar una respuesta a las necesidades de gestión universitaria.

A lo largo de esta primera década, el coordinador general de IGLU-Caribe, Guillermo Yáber resumió algunos logros entre los que destaca la formación de 153 directivos universitarios, la conformación de una biblioteca especializada de más de 1.300 volúmenes y la atención de aproximadamente 1.170 directivos en seminarios y talleres especializados.En el acto aniversario realizado en la Casa del Profesor el pasado martes, Yáber recordó los inicios del centro, cuando el 18 junio de 1997 se decide reagrupar la zona del Caribe y nace el programa enfocado a esta región. La celebración, señaló, se pospuso un mes para coincidir con los actos del 40 aniversario del decreto de creación de la USB.

Entre los retos y perspectivas de la universidad, el coordinador de IGLU-Caribe mencionó la necesidad de hacer énfasis en responsabilidad social y el desarrollo sostenible. De hecho anunció que en los próximos cursos que dictará el centro, se encuentran interesados en aplicar el concepto de gobernabilidad en la universidad y trabajar en una visión fundamentada en la responsabilidad social mediante materias como Gestión del trabajo de extensión, por citar un ejemplo.

“Inclusión social y cobertura son básicamente los retos y perspectivas por enfrentar”, puntualizó refiriéndose a cobertura como la capacidad de la universidad de atender y dar cabida a todos los estudiantes que desean ingresar a la educación superior. No obstante, aclaró que es importante no sacrificar la calidad de la educación, para abarcar un mayor número de personas.

Yáber concluyó su intervención afirmando el compromiso de continuar trabajando por el desarrollo de las instituciones de educación superior y a fin de agradecer a quienes han colaborado y dedicado sus esfuerzos para lograr el crecimiento y éxito de IGLU-Caribe, entregó varios reconocimientos. El primero fue otorgado a la Universidad Simón Bolívar, institución que ha sido sede de IGLU-Caribe desde sus inicios. Lo recibió por las autoridades, la coordinadora del rectorado, Marisol Aguilera.

La lista de reconocimientos la integraron: Freddy Malpica, ex rector de la USB y ex presidente de la OUI; Miriam Gómez de Soriano, coordinadora fundadora de IGLU-Caribe; Altagracia López, representante del Colegio de las Américas; Sebastián Sanzberro, representante del Instituto de Gestión y Liderazgo Universitario; y cinco egresados del programa, Olga Acosta (Upel), Jorge Lusitano (USB), Alejandro Martucci (Unimet), Leonardo Montilva (Ucla) y Cecilia Vicentini (Unimet).

Las trampas de la universidad moderna
En nombre del Instituto de Gestión y Liderazgo Universitario, habló en el acto aniversario Sebastián Sanzberro sobre lo que denominó las trampas de la universidad contemporánea, institución que por general, dice que aspira a la excelencia asociando dicho término a la perfección. “No existe perfección en el concepto de excelencia y ahí está lo pervertido”, comentó, agregando que la universidad más que perfecta, debe desarrollar la capacidad de mejorar.

Otro peligro está a su juicio en el concepto de calidad, entendido como forma de vida o meta. Lo ideal, expresó, es que sea definida en base al éxito de los procesos y no por la tecnología en uso, las instalaciones y números de equipos de una institución.

La tercera y cuarta trampa tienen que ver con erróneas concepciones que se manejan sobre lo que significa la sociedad del conocimiento y la lucha del conocimiento racional porque Sanzberro opina que actualmente la mayoría investiga para generar riqueza, para desarrollarla economía, restándole importancia a otras áreas como la filosofía e incluso a materias que la ciencia todavía no comprende. En ese sentido, resalta la necesidad de mantener un equilibrio o balance entre lo racional y lo que no se explica, y entre los diferentes fines que debe cumplir el conocimiento.

Para Sanzberro es prioritario evitar caer en estas trampas puesto que los profesores constantemente hacen futuro, ya que cada alumno que ellos forman es una conexión al futuro que puede cambiar la historia.

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